3143. Hillary. Te has pasado. Puede que sea porque estás condicionada y te identificas con la raza y la cultura judía.
Además quiere ganar las elecciones a presidenta de Estados Unidos. Por lo que ya está haciendo ruido para que suene su nombre.
3144. Había venido con su coche desde una distancia de varios kilómetros por carretera. Y uno le preguntó, ¿cómo se ven los horizontes, se ven nubes o está el cielo limpio? A lo que ella contestó con toda naturalidad: ‘Pues no lo sé, no me he dado cuenta.’ Otro día dijo: que se había equivocado, al tener que ir a una hora prevista, a primera hora de la mañana, para acompañar a su madre al médico. Que se dio cuenta cuando ya llevaba varios kilómetros con su coche conduciendo en dirección hacia su lugar donde ella trabajaba. Por lo que tuvo que llamar por teléfono y avisar de la demora por no llegar a la hora prevista.
Era una mujer de aire moderno, con zapatos nuevos negros relucientes estilo inglés con cordones, que siempre vestía con ropa cara. Que desde muy joven se puso a trabajar. Lo había conseguido casi todo: tenía un marido que la atendía, la amaba, dos hijos ya independizados, un trabajo como enfermera del estado. Y tenía y gastaba mucho dinero en viajes, en ropa, en todo lo que necesitaba. La ropa, casi nueva la descartaba y la daba poniéndola en los contenedores de cierre herméticos, según dijo ella. También tenían dos casas: una para el invierno y otra para el verano en la playa, coches, motocicleta.
Pero era una mujer irascible, superficial, que no quería saber nada. Leía con fruición las revistas de chismes de los famosos, veía culebrones –aunque era maestra sin haber ejercido-. Cuando se la confrontaba con la realidad de los hechos cotidianos, más o menos importantes, se alteraba y gritaba para confundirlo todo de manera que no se pudiera proseguir con el diálogo. Era fría y calculadora, aunque no lo aparentaba con su aire moderno y fácil de entrada. Tenía actitudes racistas. Sólo le interesaba la familia más íntima, hablar de las propiedades, de lo que hay que hacer con ellas, de lo conveniente o no de los posibles beneficios o pérdidas. Con sus parientes más íntimos se encontraba a gusto y segura, ya que ellos tenían la misma manera de vivir: conseguir abundante dinero y propiedades. Sin darse cuenta que vivían aislados, en una pequeña y mezquina burbuja. Por eso, vivían obsesionados por la seguridad, con el miedo de que les quitaran algo suyo. Desconfiando de todos los que se acercaban a ellos, por si fuera alguien que les pudiera quitar algo.
Y así es como vivimos todos, unos de una manera más escandalosa que otros, que viven con más sencillez. Pero con el mismo paradigma egoísta, de insatisfacción, siempre deseando, anhelando más seguridad, más bienes materiales, es decir más placer. Por lo que la vida se convierte en una batalla, una guerra de todos contra todos. ¿Se puede salir de ese círculo infernal de más y más por siempre, que no tiene fin?
3145. Hay algunos que creen que solo ellos son los buenos, que solo ellos tienen el derecho de ser como ellos quieran, violentos, rebeldes, creando la anarquía. Pero, el imperio de la ley es para todos por igual: en democracia no hay lugar para conseguir algo con violencia y su crueldad.
3146. ¿Qué sentido tiene apoderarse de un espacio público, infectan-lo de suciedad, impidiendo a los vecinos que hagan su vida normal, que los establecimientos vean interrumpidas las ventas, creando caos, desorden y más confusión? Sólo puede salir esto que pretenden y quieren cambiar: corrupción. Pues, una cosa es hablar de la corrupción y de la violencia de los demás. Y otra es vivirlo, hacerlo posible en nuestra vida cotidiana.
3147. ¡Qué curioso es el ser humano! Hace unos días pateaba todas las leyes, no les hacía ningún caso. Pero, ahora que ha cogido el poder mediante un golpe de estado, ya pide que se cumpla la ley, que es la ley suya. Y es que no hay vergüenza, solo corrupción e inmoralidad.
3148. ¿La ley no es igual para todos? Si uno es violento y es sancionado, ¿por qué hay otros que también lo son pero la ley no los sanciona?
3149. Si la ley no sanciona, corrige, entonces la ley no sirve. La ley con agravios, es corrupta e irritante. La locura del miedo nos hace mentir.
3150. Cuando entramos en la dinámica de la mentira ya todo se pisotea: la ley, las personas, las instituciones, el poder vivir la vida cotidiana.
3151. Creerse al margen de la ley es la ignorancia operando. Por eso queremos convencer con más mentiras. Y así creamos un mundo de mentiras.
3152. Decir que los otros son violentos, pero no asumir nuestra propia violencia, nos hace a todos violentos. Yo sí que puedo, pero tú no puedes.
3153. Cuando más poderosos somos más violentos también. Porque tenemos más que defender. Defender es atacar. El miedo blanquea el ataque, su dolor.
3154. El poder no es bueno para la vida, porque somos egoístas y crueles. Si uno quiere el poder se convierte en una fiera enloquecida, sin amor.
3155. Los que hacen de la ley algo fea y cruel también son violentos. Son igual que los que la pisotean. Porque la ley verdadera es la del amor.
3156. La ley se inventa para los que la violan, porque son como salvajes. Y la ley los intenta domar, pero no puede. Sólo uno es el que la inventa.