Torni Segarra

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3763. La comunicación puede ser verbal o no. La más interesante es la no verbal. Pues nada se puede esconder ni ocultar.
Dicho esto, evidentemente la intención y la necesidad de cada cual va a determinar la profundidad de la comunicación. Para ello, nos tiene que interesar todo lo de la vida, tener pasión –que no es fanatismo-, no tener miedo de lo que pueda surgir o ya está surgiendo. O lo que es lo mismo, ir más allá del pensamiento y la mente y lo que nos proporcionan, generan.  
 
3764. La atención total, profunda, que es amor, destruye el conflicto y todos los inventos del pensamiento, de la mente.
 
3765. La necesidad es la que puede hacer que se genere esa pasión y energía creadora, que nos trae lo nuevo. Lo nuevo nadie ni nada lo ha tocado, nadie sabe lo que es. Por eso, sus posibilidades, al ser lo desconocido, pueden ser infinitas. La mente, y su pensamiento, son lo viejo y conocido, son tiempo, el pasado. Y la comunicación no verbal es la que va más allá de todo lo conocido. Pues el ‘yo’, no puede contener toda la energía de la vida, y va más allá de él. Y por eso, es que a partir de ahí, todo lo que llega es lo nuevo, lo sagrado, el amor.
 
3766. En un hospital, donde la vida y la muerte a veces juegan tan íntimamente, la comunicación no verbal para los que trabajan allí en contacto con los enfermos graves, es algo cotidiano. Pero también en las guerras, en las situaciones espeluznantes de dolor, de opresión y angustia, aparecen las percepciones nuevas, la comunicación que es lo nuevo y desconocido, donde todo puede ser, o no.
 
3767. Ese es el problema que no podemos sostener esos momentos de unión con los demás donde todo desaparece: la enfermedad, la raza, las diferencias, la división. Ese es todo el problema de la humanidad: el ‘yo’ se va, desaparece, pero vuelve otra vez a estar activo, operando. Y toda esa unión con lo que hacemos, con lo que observamos, con lo que realmente somos, desaparece dando paso a toda la miseria humana de miedo, dolor, angustia.
Por tanto, la pregunta es: ¿Puede la división, que es lo que da vida al ‘yo’, desparecer definitivamente de nuestras vidas?
 
3768. Cuando uno tiene algo lo quiere para él. Pero los menos afortunados también lo quieren. Eso es así, porque va en nuestro condicionamiento, programación. Por lo que cuando más tenemos, más tenemos que defender. Por lo que, nos hacemos brutales y crueles, dispuestos a lo que sea para seguir teniendo en abundancia eso que queremos y creemos necesitar.
Y es el miedo, que es ignorancia, el que nos hace que acumulemos, seamos ricos, estemos poseídos por eso que tenemos. Y cuando nos falta tenemos el síndrome de abstinencia. Por lo que, como los drogadictos, hacemos lo que sea necesario por satisfacer ese deseo de tener eso de lo que somos adictos, dependemos: dinero, casas, coches, propiedades, derrocharlo. Y por supuesto, todo eso es la actitud divisiva que va a generar el desorden. Es decir, los menos afortunados también quieren vivir de la misma manera, pero como no hay para todos, llegan los conflictos, las revueltas, la anarquía, la violencia. Ese es el panorama en el que vivimos, ya seamos conscientes o no.
 
3769. Sí, Marielh, pero el problema no está resuelto –tal vez, no se puede resolver como nosotros queremos-. Porque, ¿qué hacemos cuando el ‘yo’ vuelve a operar por medio del rechazo, la atracción, el contraste, la indiferencia, la dualidad? Entonces, como no podemos luchar con ese ‘yo’, ya que lo fortaleceríamos, y se incrementaría la confusión, hemos de vivir con él sin hacer un problema, sin huir ni querer reprimirlo. Y de esa manera al no haber división, cesa el conflicto entre lo que quiero y lo que es, la realidad.
Es decir, cuando nos damos cuenta de nuestra confusión y desorden, es cuando vuelvo a estar en orden.
 
3770. Gracias por el escrito interesante que has publicado. Gonzalo. Pero no es lo mismo comer carne o comer vegetales. Pues, cuando se come carne toda la agresividad, el daño, la crueldad, la violencia de ese acto de matar a un animal, la agresión a toda la naturaleza es mucho mayor que si cosechamos trigo o arroz, cogemos naranjas, tomates o berenjenas. Esa es sólo la diferencia. Y por eso la ganadería industrial causa tanto daño al medio ambiente. Pues todo el proceso de criar un animal, lo que come, la matanza, los traslados, los contaminantes de sus defecaciones y ventosidades, toda esa cadena hace más daño a la naturaleza. Y por tanto, moral y espiritualmente, nos afecta negativamente. 
 
3771. Desde el mismo principio la libertad ha de estar presente. Porque si yo te amo a ti, ¿cómo te voy a hacer sufrir cuando te reprimo lo que necesitas, ya sea ir de paseo, ir a hacer una visita, a coger aire? Por tanto, no lo compliquemos. Pues estamos hablando tentativamente sin querer ganar ni derrotar a nadie.
La justicia para que lo sea, ha de ser para todos por igual. Lo que pretendo informar es de las consecuencias de vivir generando desorden, sin comprender cómo funciona la vida, cómo opera el pensamiento, la mente. Pues nadie le puede decir a otro lo que tiene que hacer, pues eso no es posible. Ya que los hechos no se pueden alterar, pues como suceden más allá del tiempo no es posible aplicarles un método, idea o teoría para alterarlos. Yo puedo decirle a alguien ahora: en tal situación haz esto. Pero cuando llega esa situación todo el campo de acción no es el mismo que el del momento de dar el consejo. Así que con libertad no hay manera de inmiscuirse ni de dominar a otro. Cada uno se las tiene que arreglar con los retos que le llegan. Y esa es la única manera de aprender y de ser libre de todo maestro, del que dice que sabe, de los libros, de los gurús.
 
3772. No sé por qué te crees que estoy contra ti y tu manera de ver las cosas, la vida y cómo la vives. Solamente soy como una señal informativa que indica hacia dónde va esa dirección por la que uno va. Eso es todo, amigo Adria.