1. Olvidar, tal vez, no se pueda ni con el tiempo, pues todo está almacenado y registrado en la memoria. Por lo que en un momento u otro todo puede salir y manifestarse, dependiendo de la intensidad de los retos que nos lleguen. Además, no sólo está registrado lo reciente, sino lo de hace un millón de años, todo lo que nos pasó, lo que hicimos, etc., está registrado en lo profundo de la mente, la llamada mente subconsciente, el inconsciente colectivo de toda la humanidad desde su creación.
De manera que el olvidarse de todo el pasado, no es un acto de la voluntad, sino de la comprensión de que eso está ahí y no le hemos de tener miedo. Los mismos problemas que tenemos ahora, los tenían hace un millón de años: competitividad para encontrar una pareja, para encontrar comida, para defender el territorio, para defendernos del frío, del calor, de los que nos quieren destruir ya sean los animales o los otros con quienes convivimos. Es decir, miedo, defensa y ataque, que es como vivimos ahora también.
Así que nuestros problemas siguen siendo los mismos después de tanto tiempo. Y hemos de vivir con eso, lo queramos o no, ya que eso es la realidad, lo que es, nos guste o no.
2. ¿Por qué prometemos algo, o nos fiamos de las promesas que nos hacen los demás? Si nos conociéramos de verdad, nos daríamos cuenta que una promesa se puede o no cumplir. Porque la realidad de la vida es cambiante, está en función de los eventos que suceden y que no dominamos ni controlamos. Por lo que, en un día nos comprometimos con promesas cumplir o hacer algo, no lo podemos hacer. No hay explicación posible para que los demás lo entiendan y comprendan, porque eso se ha de vivir por cada cual, tiene que tener esos motivos que le hacen incumplir los compromisos y promesas. Póngase a prueba y lo descubrirá. Y verá como la compasión por los otros, y usted mismo, está ahí.
3. Cuando hablamos pausadamente, sin ninguna compulsión, puede que haya un control de lo que vamos a decir. Pero cuando nos desbordan los hechos, lo que nos dicen los otros, que nos irrita, no hay control posible.
Pero ese control es una ilusión. Porque el controlador y lo que está descontrolado son lo mismo. Es decir, es un fragmento el que se erige en el ordenador, el controlador, el que va a poner orden. Pero como es un fragmento, no puede vérselas con la totalidad de la mente.
Por lo que seguimos en el ámbito de la confusión, de la división, del conflicto. Y todo eso nos deja en el mismo desorden del que pretendemos huir, evitar. Pero si estoy con eso, sin dividirme, sin huir, si querer cambiarlo, entonces esa misma acción nos despierta la percepción y la inteligencia que nos lleva al orden. Y en ese orden, que es sabiduría, todo lo que haga será lo adecuado.
4. Es decir, las personas que vemos cuando vamos subiendo y haciéndonos ricos, son las mismas que cuando vamos bajando porque hemos quebrado. Así que si es que somos cuerdos, lúcidos, con amor, saludaremos a todos por igual.
Para comprender eso, hemos de comprender también que todos somos igual, lo mismo: personas desvalidas, vulnerables, necesitadas de todo y de todos.
5. El dolor, el hambre, el frío, la calor, el miedo, etc., nadie sabe lo que es capaz de soportar. Hay lugares en África central donde soportan cincuenta grados de temperatura, otros en los polos de cuarenta a cincuenta bajo cero, hay sitios en Rusia, en Siberia, donde los tractores y los camiones nunca les paran el motor, siempre están en marcha, para que no se hielen. Y allí viven las personas que se aclimatan.
Con la comida y el agua pasa lo mismo: hay quienes comen una vez al día, hay quienes no comen carne, beben poca agua comparada como lo hacemos los que vivimos en la abundancia.
Hay también quienes viven rodeados de fieras salvajes, pero que no tienen miedo. O hacen toda clase de actividades peligrosas, como corredores de motos y de Fórmula Uno, subir a una alta montaña, hacer surfing con las olas del mar u océanos, rafting en los ríos, acrobacias aéreas, etc.
También están los dolores de las madres al dar a luz a sus hijos, que unas lo hacen muy complicado, pero que otras lo hacen casi con la sencillez de los animales.
Así que todo tiene su relatividad. Solamente es uno el que tiene que ver el desorden que genera en su vida o no. Pues el dolor no es mensurable, cada cual lo experimenta a una intensidad.
6. Tanto si damos como si recibimos, si no nos olvidamos de ello, hacemos como un cheque para cobrar o para pagar, es decir, se convierte en un negocio. Y nos olvidamos cuando la mente no está distraída, sino que está completamente atenta a todo lo que estamos haciendo.
7. Sólo puedo decir, que gracias por la publicación de esa foto tan conmovedora del hijo dando de comer a su madre que no tiene brazos.
8. Los finales pueden ser felices sólo cuando uno los acepta completamente, sean los que sean los resultados.
9. Hola Marc. Encantado de poder decirte que hace unos treinta años unos cuantos empezaron en Valencia ciudad a alquiler un piso para reunirse y hablar sobre las enseñanzas de Jiddu Krishnamurti. Conocí algunos de ellos, en especial un herbolario, Kino, o tal vez, Tino –no lo recuerdo exactamente-, que sólo hablaba castellano, con el que teníamos una relación sincera, abierta, tanto que llegaba a sernos intimidante. Pero el respeto, la compasión y el amor estaban allí.
Luego no me fue posible seguir. Y marché a Ibiza a vivir. Por lo que ahora no me es posible ponerme en contacto con ellos, aunque sólo viva a unos treinta y cinco kilómetros.
Respecto de las respuestas, tengo que decirte que todo lo que queramos que hagan los otros, ha de pasar primero por nosotros –si es que queremos y podemos ser serios, claro-. Aunque cuando respondemos a la pregunta de: ‘¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a ser completamente sinceros –si es que ello puede ser-?’ Tiene su trampa, porque eso no puede ser, ya que esa sinceridad o no dependerá del reto que nos llegue, lo perturbador e impactante que sea, etc. Por eso, ya advertí a manera de aviso aclarador: ‘Si es que ello puede ser.’