3773. Pero, si cada uno tiene un trabajo. Todos no pueden ser agricultores, ingenieros, albañiles, abogados, políticos. Por tanto, cada uno que haga lo que tenga que hacer. Y la vida ya nos pondrá en el sitio que conscientes o no, nos hemos puesto. Recuerda que el caos genera orden. Y ese orden va a generar más caos, que a su vez se convierte en orden, en una dinámica que no tiene fin.
3774. El fin no justifica los medios. ¿Por qué no? Si vamos a hacer un servicio cuando un amigo se le rompe el coche y necesita arreglarlo. Y no tiene dinero y se los dejamos. Pues, alguien puede decir que esa persona no se merece que le dejen dinero porque no le cae bien, tiene una mala opinión de él, etc.
Por lo que volvemos a la libertad. Y cada uno que haga lo que cree que ha de hacer.
3775. Lo que tú dices los acomodaticios no lo son –al menos no por mi parte-, solamente es para no caer en el conflicto. Ahora mismo, podríamos caer en el conflicto, en el insulto, en el enfrentamiento, y si estuviéramos el uno frente al otro en un mismo lugar nos podríamos agredir físicamente. Pero claro, ese es el fracaso de la humanidad: la división, el enfrentamiento, el conflicto, la violencia.
Porque, ¿qué sentido tiene poner orden con violencia y guerra, cuando todo se destruye con las bombas y las balas? ¿Los malos modos, los malos materiales, no generarán malas construcciones? Una guerra, y su violencia, ¿no es el acto más cruel y destructivo? ¿Dónde quedan la sensibilidad hacia la vida, que se destruye al lanzar bombas de mil quilos encima de una gran ciudad o un pequeño pueblo? ¿Todos sus habitantes son culpables de esa guerra para tener que asesinarles y destruirles todo lo necesario para poder sobrevivir?
Todos los males que queremos erradicar en los demás, resulta que también los tienen los que los quiere cambiar a base de violencia y guerra. Por lo que volvemos al principio de toda esta conversación: ‘Yo sí que puedo hacer lo que quiera, ser corrupto e inmoral –ser violento, hacer la guerra-, pero tú no lo puedes ser y no te dejaré por los medios que necesite para conseguirlo.’ Y eso es lo que hacen los poderosos, los ricos, roban, son corruptos, etc., pero hacen leyes, tienen policías, militares, para que los otros no lo hagan –y si lo hacen les llevan a la cárcel-.
Por eso, la paz es imposible. Porque esa paz, en realidad es un agravio. La paz es hacerla dentro de uno. Y todos los problemas de uno quedan resueltos.
3776. ¿Quieres decir, Auringal, qué es lo mismo asistir a una matanza, que a una exposición de cuadros relacionados con los paisajes, las vistas de los mares, montañas, bosques? No es lo mismo. Como no lo es tomar alcohol o agua, porque el cuerpo es un laboratorio químico, que responde a las milésimas alteraciones. Además de lo meramente físico, también está lo psicológico, que nos programa queramos o no por todo lo que vemos repetidamente.
Los vegetarianos no se pueden abstraer de su agresividad y violencia básica, que es preciso para poder estar vivos, sobrevivir. Pero, si comieran carne, esa agresividad y violencia se incrementaría. Porque el combustible de la carne es lo que más poderoso nos hace. Y cuando más poderosos somos, también lo somos más brutales, crueles, violentos. Solamente hay que ver la agresividad, la violencia, etc., de los herbívoros y los carnívoros que viven en su medio natural.
3777. El fin de los problemas llega cuando uno se da cuenta que es uno mismo el problema. Y como tal ha de empezar por el mismo a resolver los problemas. Si no nada tiene sentido. Llegan las dictaduras de que los otros han de hacer lo que otro quiere que haga, pero que él no hace.
3778. Y la cadena sigue. Hasta que si somos afortunados nos liberamos de ella, aunque sea momentáneamente.
3779. Pero si cada uno tiene un trabajo. Todos no pueden ser agricultores, ingenieros, albañiles, abogados, políticos. Por tanto, cada uno que haga lo que tenga que hacer. Y la vida ya nos pondrá en el sitio que conscientes o no, nos hemos puesto. Recuerda que el caos genera orden. Y ese orden va a generar más caos, que a su vez se convierte en orden, en una dinámica que no tiene fin.
3780. El fin no justifica los medios. ¿Por qué no? Si vamos a hacer un servicio cuando un amigo se le rompe el coche y necesita arreglarlo. Y no tiene dinero y se los dejamos. Pues, alguien puede decir que esa persona no se merece que le dejen dinero porque no le cae bien, tiene una mala opinión de él, etc.
Por lo que volvemos a la libertad. Y cada uno que haga lo que cree que ha de hacer.
3781. Lo que tú dices los acomodaticios no lo son –al menos no por mi parte-, solamente es para no caer en el conflicto. Ahora mismo, podríamos caer en el conflicto, en el insulto, en el enfrentamiento, y si estuviéramos el uno frente al otro en un mismo lugar nos podríamos agredir físicamente. Pero claro, ese es el fracaso de la humanidad: la división, el enfrentamiento, el conflicto, la violencia.
Porque, ¿qué sentido tiene poner orden con violencia y guerra, cuando todo se destruye con las bombas y las balas? ¿Los malos modos, los malos materiales, no generarán malas construcciones? Una guerra, y su violencia, ¿no es el acto más cruel y destructivo? ¿Dónde quedan la sensibilidad hacia la vida, que se destruye al lanzar bombas de mil quilos encima de una gran ciudad o un pequeño pueblo? ¿Todos sus habitantes son culpables de esa guerra para tener que asesinarles y destruirles todo lo necesario para poder sobrevivir?
Todos los males que queremos erradicar en los demás, resulta que también los tienen los que los quiere cambiar a base de violencia y guerra. Por lo que volvemos al principio de toda esta conversación: ‘Yo sí que puedo hacer lo que quiera, ser corrupto e inmoral –ser violento, hacer la guerra-, pero tú no lo puedes ser y no te dejaré por los medios que necesite para conseguirlo.’ Y eso es lo que hacen los poderosos, los ricos, roban, son corruptos, etc., pero hacen leyes, tienen policías, militares, para que los otros no lo hagan –y si lo hacen les llevan a la cárcel-.
Por eso, la paz es imposible. Porque esa paz, en realidad es un agravio. La paz es hacerla dentro de uno. Y todos los problemas de uno quedan resueltos.