Torni Segarra

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7233. La conciencia nadie sabe de dónde viene. Es algo consustancial de la vida. Por lo que sabemos, cuando la conciencia no está, nada existe: ni el ‘yo’, ni la naturaleza, la materia. Todo lo demás, son especulaciones, teorías e ideas, escapes y huidas.
Y una de esas huidas es la creencia en dios. Que nadie sabe lo que es, cómo es. Pues sí existiera eso que llamamos dios, sería omnipotente, omnisciente, lo absoluto, lo total o la totalidad, todo unión. Y claro, esas palabras que usamos para apoyar que dios existe, no son adecuadas para describir la realidad de lo que queremos decir.
Por ejemplo, si decimos a alguien que le amamos, ¿es eso una realidad, o es una declaración interesada, una declaración de alguien que está condicionado por la cultura, la religión, las normas, la tradición?  Cuando decimos, o nos aclamamos al cielo, ¿cómo podemos saber eso qué es si nadie lo ha visto? Pero las leyendas, las habladurías de personas con miedo –que es ignorancia-, tras repetir millones de veces lo mismo le dan vida en su mente. Como lo hacen con el demonio, los ángeles, Drácula, los santos.
La conciencia está dentro de ese mismo ámbito de lo desconocido. Pues antes y después de la conciencia, como ya hemos dicho, no hay nada. O sea, que después de la conciencia, lo que nos interesa es la percepción. Pues la percepción, que es un instrumento que se generó a base de repetir millones de años el hacer las mismas cosas: andar, agarrar con  las manos, vernos el cuerpo, ver todo lo que estaba fuera de nosotros, sí que podemos manejarla.
Pues, según lo que hagamos, esa percepción  va a ser clara, armoniosa, confusa o desordenada. Así que, cuando más orden tengamos internamente, más clara percepción. Es decir, la percepción clara, que es orden, que es inteligencia, es la compasión y el amor.
 
7234. Sin aceptación tal vez no puede haber comprensión. La aceptación quiere decir que estamos, y que pasamos por los retos que nos llegan. Es entonces cuando todo el problema del reto es una cosa con nosotros, donde todo queda a la vista: lo que vemos, nuestra ignorancia y comprensión.
 
7235. ¿Los caminos, las enseñanzas, las supersticiones, no es todo creación y apego del ego, del ‘yo’? ¿Si hay apego, cómo puede haber libertad? La libertad es amor. Y con eso ya sabemos dónde está lo negativo.
 
7236. Quien tiene hambre, come. No habla ni opina de la comida.
Pero quien no tiene hambre, charla, se distrae, pierde el tiempo.
Quién quiere la libertad, lo quiere ahora como sea. Es como el que se está meando, si no lo hace adecuadamente, se mea encima porque no lo puede parar.
 
7237. ¿Cómo sabemos que es la felicidad divina? Si existe la divinidad –dios-: todo lo que existe también es divino, ¿no? Y por eso, es que ser religioso es algo tan serio, tan difícil: porque todo lo que existe tiene la máxima e igualdad importancia.
 
7238. No nos podemos quedar con el pensamiento positivo, porque el pensamiento se compone tanto de lo positivo, como de lo negativo. La mente global y sus actos engloban a todos los pensamientos que llegan o pueden llegar a nosotros. Es algo natural, como cuando llegan las olas a la orilla de un océano, que no se pueden parar.
Así que si esas olas mentales, los pensamientos negativos, no los reprimimos, ni huimos de ellos, no los tocamos, como las olas del mar cuando llegan a la orilla de la playa se deshacen y  desaparecen. Sin generar contradicción ni conflicto, división, desorden, confusión.
 
7239. Te estoy viendo en…
Los viejos son torpes, porque son miedosos. Pero porque en realidad, se saben derrotados por la vida, ya que los jóvenes llevan consigo lo nuevo. Los jóvenes son como aquel que pasa por todos los peligros, situaciones difíciles, enfermedades, pero como son para la vida todo lo pasan, lo superan y van hacia delante.
Aunque no por eso el viejo se tiene que excluir. Pues si tiene una actitud abierta y libre, puede participar de eso que hacen los jóvenes en la medida de sus posibilidades.
 
7240. Cuando decimos algo eso no tiene ningún valor. El valor llega cuando nuestros hechos están operando en relación con lo que decimos.
Decir te amo, no quiere decir que tenemos amor.
 
7241. Ves -no sé quién eres ni cómo te llamas-, ese es el problema: que está ya todo burocratizado. Estáis ya como si fuerais a mil, en un bólido, o como los tiburones que salen a cazar para comer y no atienden a nada. Por eso, es que ya sois la casta política. No es que estoy en contra de ese hecho. Solamente os lo digo, os lo señalo, para que no lo olvidéis, para que estéis enterados. Sois unos políticos peligrosos como todos.
Y aún no hemos entrado en los temas de calado: la monarquía, y su ejército que la defiende a muerte, la Iglesia católica y su poder. ¿Cómo se quita eso -si es que lo queréis abolir-?
O, mejor dicho, sois unos seres humanos como todos, que vendéis humo. Diciendo que tenéis una gran llama pura. Antes de vosotros han habido todos los que os preceden, que decían lo mismo que vosotros decís ahora. El gobierno actual de España, cuando entró dijo: solamente con que uno tenga un indicio de corrupción, será apartado del cargo que desempeñe. Y mira hasta donde han llegado en la degeneración corrupta generalizada de todos sus políticos que lo componen. Unos por acción, otros por aceptar y tolerar la corrupción, haciéndose cómplices.
La pregunta es: ¿Se puede ser político, ganar el poder -sea el que sea: de barrio, local, provincial, nacional, internacional- y no tener que participar en actos corruptos? Ya sabéis que eso no es posible.
Con afecto y con cariño.