1. Nunca seremos tan inteligentes para no perder algo que amamos por completo. Porque la vida, tiene previsto que todo lo que tenemos puede desaparecer de un día para otro.
Así que si comprendiéramos la vida, no nos resistiríamos cuando perdemos algo, porque eso sería otro cambio de los que nos suceden. Pero cuando nos toca a nosotros pasar por ese reto de perder algo, eso es otra cosa. Y es entonces cuando nos conocemos, nos damos cuenta de la realidad de lo que es la vida, de todo el dolor y el sufrimiento que puede llegar a ser.
2. Las preguntas, si no son en el ámbito de la investigación material, técnico, científico, todas llevan una carga de agresividad e indiscreción. Porque, ¿por qué queremos saber tanto de una persona? Indudablemente, es porque tenemos miedo a la inseguridad de no saber lo necesario para tener certidumbre respecto de una persona. Lo que quiere decir que es un acto egoísta, del ego que está funcionando. Y a partir de ahí todo lo que llegue, va en la dirección del desorden.
3. El amor no tiene causa. Y por tanto, ni principio ni fin. Ni las palabras ni los conceptos no pueden describir eso que está más allá de ellos.
4. Hay algo que la verdad hace cosas y situaciones que parecen imposibles, pero que no lo son. Cuando uno conoce a Jiddu Krishnamurti, su enseñanza, entonces ella misma -que es la verdad- nos da la posibilidad de poder defenderla como de rechazarla infinitamente. Por eso, la verdad es una tierra sin senderos ni caminos.
Para que de esa manera estemos libres de identificación, de apego, de lo que nos agarramos.
5. Si huimos, si rechazamos, si queremos cambiar la realidad, eso va a generar conflicto entre lo que es, la realidad y lo que nosotros queremos que sea. Y es la división y el conflicto que genera, donde está la raíz de todos nuestros males.
6. Los llamados libros sagrados, todos tienen contradicciones. Pues todos pretenden estar más allá del bien y del mal. Y estar más allá del bien y del mal, es algo que pocos pueden comprender, asumir, vivir.
7. La soledad es necesaria para interiorizarnos y hacer algo que verdaderamente tenga sentido. El problema es estar aislado de los demás, sin querer relacionarse con los otros porque les tenemos miedo, huimos de ellos, porque nos creemos superiores o demasiado diferentes, de manera que aparecen las neurosis, las alteraciones mentales.
8. La verdad puede florecer cuando no hay deseos. De manera que ni los rechazamos ni los alentamos. Es como cuando llega un día de lluvia repentinamente, que ni nos cae antipático ni los da satisfacción. Sólo miramos lo que el día ha traído, su belleza, todo lo sagrado que es.