775. Nos gustamos con los defectos, equivocados, porque sabemos que nosotros también lo somos. Y no hay más, no hay más cera que la que arde.
776. Entregarse a un espíritu de alguien que ya ha desparecido, porque estamos desbordados, eso demuestras lo desesperados que estamos. Pues los espíritus sólo son fruto de nuestra imaginación, de nuestra mente.
777. Todo lo que digamos de nosotros para ensalzarnos y darnos importancia, es cosa del ego: una ilusión, infantilismo, cosa de bobos y tontos.
778. Hacer o no hacer algo no es el problema. Cómo lo hacemos ese es el problema.
779. Lo que somos ahora, lo que hacemos, eso mismo nos va a traernos el futuro.
780. Cundo alguien nos dice que no somos lo que esperaban de nosotros, es porque ellos no se conocen ni saben cómo son ni lo que son.
781. Todo lo que somos internamente, todo lo que tenemos dentro va a salir afuera. Porque lo interno es más fuerte y poderos que lo externo, lo de fuera.
782. No se puede encontrar lo que no existe ni puede existir. Así que al pedir algo ha de haber una probabilidad de que exista.
783. Nuestros sentimientos por diferentes, originales y extraños que sean, son iguales que los de los otros. Comprender esto es tan sanador como contarlos a los demás, porque nos damos cuenta que todos vamos en el mismo barco, todos participamos de los mismo. Con la ventaja de que nadie los va a divulgar, ya que lo que se cuenta a alguien, este alguien lo puede contar a otro alguien que cree que es de confianza. Y así se esparce como el aire lo que es nuestra intimidad.
784. El problema está en que cuando se tiene la autoridad del administrador, no puede haber ecuanimidad. Es como cuando alguien mata a un gallo para comérselo, ahí no hay nada que atenúe el daño al gallo.
785. Esperar algo siempre nos va a frustrar, comprometerse también. ¿Podemos vivir con lo que tenemos entre manos, que en realidad es nada? Si nada queremos, ni que nos den ni comprometernos, no habrá frustración ni desengaño ni tristeza ni amarguras.
786. Todas las fronteras entre las personas, entre todo lo que existe, son una fabricación de la mente temerosa de perder algo.
787. Hemos de tener presente que las palabras por bonitas y lisonjeras que sean, no son la realidad. Podemos afirmar ahora una cosa, devoción y acatamiento hacia una persona, pero al instante siguiente todo cambiar.
788. Cuando decimos que hay que ser buenas personas, ¿cómo sabemos que somos o no? Solamente lo podemos saber en la comparación, en el contraste. Por lo que eso no es ser buena persona, sino ser un poco para lo mucho que podríamos serlo. Y entonces, en la armonía entre lo que somos y lo que podríamos ser, es cuando puede aparecer eso de que somos buenas personas.
789. El amor si es, no hay viento ni tormenta que lo pueda apagar.
790. ¿Dios puede ser otra cosa que no sea libertad? En su infinita misericordia y compasión nos da libertad total y absoluta para hacer lo que necesitemos. Por tanto dejar que los otros hagan lo que tengan que hacer, amarlos en su condición, es demostrar que se cree en el dios del amor, de la justicia igual para todos.
791. El problema no son los chicos espirituales que van en nuestra corriente. El problema son los otros que van contra nuestra corriente. ¿Qué se hace con ellos si quieren sabotearlo todo, vulgarizarlo y mirar solo la parte absurda?
792. La pregunta es: ¿si el observador es lo observado, yo soy tú y todos a la vez, todos los gurús también son iguales esencial y básicamente? Por eso, creo que todo eso de las comparaciones, el hurgar, aunque a cierto nivel tiene sentido, todo acaba en chismes.
793. Quien ama la vida ama el dolor. Pues la vida y el dolor son lo mismo. La vida es dolor, es decir, vivir es dolor.
794. La vergüenza es que acepten que unos delincuentes, violentos, como terroristas, asalten los edificios gubernamentales, prendiéndoles fuego, la policía haciendo de las suyas, y seguir echando gasolina al fuego. ¿Qué tal si esto sucediera en Berlín, Nueva York, París, Londres?