146. Decir nunca, eso es algo que va contra la corriente de la vida. Y nos lleva a los desastres. Algunas religiones, y algunos otros que no creen en ellas, cuando se casan dicen que nunca se van ni se pueden separar, que va a ser para toda la vida, hasta la muerte, etc. Pero eso no es posible.
En España, en la época en que la dictadura católico-franquista había prohibido el divorcio, separación, etc., un profesor universitario ha investigado que durante el período entre los años 1950 a 1970, en esos únicos años, fue cuantos más hombres, maridos, murieron envenenados.
147. El enemigo del amor, es no tener hambre de amor. Ese hambre de amor, es motivado por la sensibilidad que tengamos a o todo lo que tiene vida, a todo lo que existe. Y ese hambre no se agota ni tiene fin.
148. Uno es como el resto de la humanidad. Por lo que por donde pasas tú –uno cualquiera- pasamos todos sin excepción alguna. Solamente hay que tener todo el tiempo para observar, mirar en todas direcciones, vernos tal cual somos. Y eso mismo que vemos en nosotros, es lo que ocurre a los otros, sean quienes sean y hagan lo que hagan.
Ver todo eso y comprenderlo nos llena de paz y tranquilidad, sin necesidad de vanidades ni envidias, ni competitividad con su brutalidad.
149. El amor no se puede repartir como si fueran galletas. El amor está ahí con su fragancia para que el que pueda disfrute de ella, sin deseo en ninguna dirección: negando ni afirmando, rechazando ni aprobando. Ni tan siquiera eso, porque el amor está más allá de todo lo que digan las palabras.
150. Por la misma personalidad de lo que fue Jiddu Krishnamurti, siempre hay algunos que son defensores de alguna religión, ya sea pequeña o grande, que a los foros que tratan de él. JK, era consciente de esa situación, por su pasado cuando era joven y su relación con los teósofos, etc., por lo que él trataba por todos los medios usar las palabras que no tuvieran nada que ver con religión organizada alguna.
Aunque JK, entendía la religión –no organizada- como un estado de orden, como la meditación, el estado sin división ni conflicto.
151. Lo peor de la vida es hacer un problema ya sea de lo mejor o lo peor. Pues los problemas no van a desparecer, ya que cada cual ve la realidad según su condicionamiento, según nos convenga o no.
Por lo que si hacemos un problema con la realidad, con un hecho, entonces vivimos en conflicto con eso que no queremos pero que está ahí. Pero, si vemos el problema y no lo tocamos sino que vamos más allá de él, todo cambia. Y el problema ya no lo vemos como problema, sino como algo consustancial a la vida.
152. Precisamente los que triunfan, son los que más atentan contra la naturaleza. Pues para triunfar, que es vencer a otros, hay que destrozarlos, matarlos. Cuando hacen una gran carretera que se adentra en un bosque, lo está destruyendo.
¿Cuál es el motivo de esa inversión tan destructiva, invasiva, sino el dinero? ¿Y quiénes necesitan más el abundante dinero sino los vencedores, los triunfadores, los campeones de lo que sea?
153. ‘El verdadero enemigo no es la oposición, el verdadero en enemigo es la delincuencia. ¿Cuándo comprenderán esto los políticos y decretarán la pena capital o al menos la cadena perpetua? ¿Qué opina usted?’
La delincuencia, que es una forma corrupción, no se genera por sí sola. La delincuencia es el resultado de algo más grande que ella: la inmoralidad, la corrupción. Y esa inmoralidad y corrupción es la que nace en cada uno de nosotros cundo nos dividimos de los otros, de lo que nos rodea. De manera que al estar dividido internamente, esa división va a generar el desorden que provoca el que sea insensible e indiferente al sufrimiento y dolor de los demás.
Eso es tan obvio, como cuando algunos jóvenes ven entrar en el tren o autobús a alguien que tiene dificultades para estar de pie y ellos no le ceden su asiento. Ahí es donde empiezan todos los problemas. Pues cuando pasamos al ámbito económico la cosa se agrava aún más: si yo te contrato para que trabajes para mí, me he de hacer responsable de tu bienestar, a la hora de comer, de tener una vivienda, ropa adecuada, etc., de lo contrario el rendimiento será inadecuado para el negocio. Y eso incluye la educación, la instrucción, para saber estar en la sociedad de una manera adecuada.
Por tanto, mientras no hay ese respeto –esa ausencia de división interna y externa-, no habrá la dignidad que todos nos merecemos. Por lo que, la delincuencia proseguirá como lo ha estado haciendo desde siempre. Porque la delincuencia es el hombre. Desde el principio me estoy refiriendo a la delincuencia no solamente de los menos afortunados, sino a la de todos.
154. Los cretinos, los estúpidos, no nacen se hacen, los generamos nosotros.
155. Consumir es preciso y necesario, pues la ropa se estropea, la casa y los muebles también, la comida hay que comprarla. Por lo que el problema no es el consumir, sino cómo lo hacemos. Y esa manera de consumir va a estar determinada por lo que seamos nosotros internamente. Si estamos insatisfechos, queremos ser los mejores en nuestra imagen, en el vestir, etc., si no comprendemos la manera cómo funciona el pensamiento y sus requerimientos, sus infinitas necesidades, nuestra vida no tendrá orden. Y por tanto, nuestra manera de consumir generará desorden.
156. El ego, el ‘yo’, es el verdadero drama de la vida. Todos los seres humanos tenemos ese drama dentro de nosotros. Así que pretender imponer nuestra manera de vivir, en nombre de la cultura, la religión, una nueva manera de vivir, estando el ‘yo’ ahí no tiene sentido ni valor verdadero alguno.
Y como, los seres humanos tal vez no pueden liberarse del ego, todo lo que hacen para imponer aunque digan que es para bien, el resultado es el mal, la maldad, de la brutalidad y la crueldad.