1. Primero que nada uno ha de estar equilibrado, no confuso, para poder ver la belleza que hay por doquier. De lo contrario todo lo que verá estará teñido por ese problema. Y si tenemos orden interno, esa fragancia la percibirá el que la pueda captar. No hay otra manera para poder transmitir la belleza a los demás. Pues la belleza, al igual que el amor, es caprichosa, sin dirección, no obedece a nada.
2. Cuando queremos una disculpa es que la inteligencia está ausente. Pues al exigir disculpas demostramos que no nos conocemos y por tanto no conocemos a los demás. Y como todos erramos, fallamos, ¿por qué exigir disculpas, que es una especie de humillación del que se tiene que disculpar?
Uno se disculpa por no haber saludado a otro, se disculpa por tropezar con alguien al entrar o salir de un sitio, se disculpa porque fallamos. Pero si comprendemos, no exigiremos ni pediremos disculpas. Ni las necesitaremos, ni tampoco sentiremos la necesidad de disculparnos.
3. Lo que digan los demás, las opiniones de los que creen que saben, no tienen ningún valor. Pues solamente cada cual ha de ver la verdad de lo que es la vida, la manera cómo funciona. Y para que ello pueda ser, el ver con claridad, ha de haber orden en nuestras vidas, sin distorsión de la realidad.
Pero esa inteligencia que tiene que operar para poder ver lo que es la vida, ver cómo funcionan nuestras mentes, ¿es eso posible o es una ilusión? La misma acción de enfrentarse al hecho de la ignorancia, es la que la disipa. Así que cada cual ha de descubrir esa rareza que es la vida. Y ver de qué manera podemos vivir y dejar vivir.
4. Cada cual actúa según las circunstancias que le llegan. Por eso, nadie sabe cómo va actuar en el futuro. Su respuesta estará relacionada con la necesidad de responder al reto que le llega.
5. Cuando decimos, ‘Yo quiero esto o aquello.’ ¿No estamos dentro del ámbito de la ignorancia? Pues desear es como ir en busca de lo perfecto, la perfección, ¿pero existe lo que llamamos perfecto, la perfección? No existe, porque cada cual tiene una idea, un concepto de lo que es la perfección. Y esas ideas colisionan, se enfrentan con las de los demás.
Y si no tenemos una buena relación con los demás es entonces cuando nos alejamos de la perfección.
6. Es más sencillo que el merecer, desmerecer, o los que no nos merecen por su actitud de frialdad, falta de valoración. El amor es lo más sencillo que hay: o amamos o no, o nos aman o no. Fin del problema.
7. Si la locura es un placer, es cuando realmente estamos locos. Pues la persecución del placer nos lleva a la miseria de la dependencia, a la degradación de todo lo que nos da belleza.
8. La pereza, la desidia, la indiferencia, es la barrera que nos empantana. Por lo que, no podemos exigir a los demás, ni a la misma vida, que nos trate mejor que lo hace. Pues para poder cosechar algo, hay primero que sembrarlo. Y tal vez, si somos afortunados los frutos llegarán.
9. Los perros ladran porque tienen miedo, desconfían de lo que no ven claramente, por lo que pueden ladrar a sus dueños hasta que los ven de cerca. Las personas hacemos lo mismo, juzgamos sin antes conocer lo que les sucede a las personas. Pero esos juicios, prejuicios, nos llevan al fracaso de la relación con los demás.
Es porque no tenemos tiempo para ser reflexivos, para estar en soledad, que somos superficiales, sin enterarnos ni poder comprender a las personas. Y por supuesto, todo eso es el resultado del desconocimiento de uno mismo. Pues si nos conociéramos en realidad, conoceríamos al resto de la humanidad.
10. Si nos aferramos a alguien, todo lo demás va a estar determinado por esa dependencia. Esa dependencia que es esclavitud, explotación, indignidad de todo lo humano.
Ahora bien, si alguien quiere asumir todo eso, porque aún no ha visto ni comprendido claramente sus consecuencias, ese es su problema al que se tiene que enfrentar.
11. Cada cual es lo que quiere ser. Aunque la sociedad nos diga cómo hemos de ser, lo que tenemos dentro es más fuerte que lo externo, por lo que se va a imponer.
12. Las palabras tienen la capacidad para ser lisonjeras, halagadoras, pero eso no sirve de nada si no van los hechos con ellas. Decir que amamos a alguien eso no es real si se queda sólo con palabras. Es la acción, que une a las palabras con los hechos, lo que da sentido a eso que decimos.
13. Para que el amor lo sea todo, nosotros mismos hemos de ser todo a la vez: la víctima y el verdugo, el honesto y el deshonesto, el puro y lo impuro, la puta y la que dice que no lo es. Pues el amor no conoce ni la contradicción ni la dualidad.
14. Las personas quieren huir de la realidad, y harán lo que sea con tal de conseguirlo. Hablar de los chismes de los demás es una de las maneras.
15. Ah, Antonio, ese cuento tan bonito no puede ser, pues la muerte nos está esperando y en cualquier momento puede llegar. Pero ese no es el problema, pues cuando llegué todo se acabó, no lo podremos comentar, no podremos hacer nada.
El problema es hacer de la muerte algo que nos perturbe, lo que es absurdo. Pues algo que no esté ocurriendo ahora, ¿por qué nos tiene que alterar, dar miedo?