Torni Segarra

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6897. Tanto la pared como la escalera, son una ilusión. Pero parece ser que necesitamos los entretenimientos. Pues creemos que con eso nos apoyamos para subir o bajar. Ya que en lo psicológico no hay subidas ni bajadas ni nada donde nos podamos apoyar.
 
6898. El problema es que no podemos controlar todo lo que hacemos –hablar, callar, hacer o no hacer-. Por eso, cuando nos damos cuenta que el que quiere controlarlo todo, es lo mismo que lo que quiere controlar, es cuando nos llega el orden.
Es decir, si decimos a otro que tiene actitudes negativas, eso también lo tenemos nosotros. Entonces si lo comprendemos, es cuando cesa el conflicto. Si cesa el conflicto, es cuando estamos en orden, llega la libertad, que es amor.  Y en el amor hagamos lo que hagamos,  es la ausencia de desorden.
 
6899. ¿Eso es cierto? Pues si lo es, entonces nada tiene sentido. En Estados Unidos, la ultraderecha está obsesionada diciendo que Obama es musulmán, para destruirlo.
 
6900. Así que somos nosotros los que nos hemos de despertar. Y para ello hay que descartar todos los entretenimientos, los pasatiempos, que nos emboban. Porque el despertar es cosa de cada cual.
Nadie nos puede despertar, aunque digamos que alguien nos ha influenciado, somos nosotros los que tenemos la última palabra, el impulso para descartar lo negativo.
 
6901. Lo único que cambia es que ahora están los móviles. En todo lo demás seguimos siendo iguales: egoístas, miedosos, jaraneros, ávidos de entretenimiento, de la persecución del placer.
 
6902. La vida como la conocemos es destrucción, amor y construcción. Por lo que todo lo que se refiere a la vida, todo lo que es, ha de participar de ese patrón, paradigma. Los planetas reciben grandes piedras, meteoritos, y se originan explosiones descomunales que lo alteran todo: el clima, la orografía, el agua, el hielo, la tierra. Y en todo ello están participando los átomos, protones, neutrones, moléculas, etc., ¿no, Robert?
 
6903. La libertad, como el amor, el odio, no se pueden explicar. Hay que pasar por ello, vivirlo.
 
6904. Lo más antidemocrático que hay es hacer, obligar a luchar a un animal con un hombre. ¿Por qué lo planifican, lo hacen, montan ese macabro y sucio espectáculo? Porque son subdesarrollados mentalmente, sin sensibilidad hacia el dolor del más débil. Y por eso, los que defienden la tortura y la muerte violenta de los toros para divertirse, suelen ser carcas, conservadores –mentalmente retrógrados viejos-, brutales y crueles.
 
6905. La inseguridad es relativa, ya que está mediatizada por el condicionamiento. Un salvaje puede vivir sin sufrir psicológicamente por la inseguridad donde nosotros no lo podríamos soportar. E igual sucede con los pobres y los ricos. Aunque tengamos todo lo del mundo, viviremos en la inseguridad. Los que tienen poco, también viven en la inseguridad pero la soportan más, como soportan más el frío y el calor.
El filósofo, que teóricamente debería de gozar de la inseguridad, también participa de la relatividad de la inseguridad. Pues lo que en realidad somos, ¿lo podemos arrancar de nuestras vidas?
 
6906. Buenos días, Rajesh. La mente y su pensamiento es el resultado de la repetición por millones de años de los sucesos por los que pasan todos los que tienen vida.
Como lo que tiene vida tiene el instinto de salvaguardarla, fue cuando se desarrolló el miedo, el temor de perderla. Lo cual tiene su sentido, su significado.
Pero al trasladar ese miedo, a recibir algún daño, a perder la vida, al ámbito psicológico, fue entonces cuando comenzaron todos los problemas: el ego, el ‘yo’, el ‘tú’, el ‘nosotros’, el ‘ellos’, dividiéndonos, llegando los conflictos, la violencia.
 
6907. Da igual que sea el más sabio inventor de poemas, un cirujano, un pintor, o ingeniero, si no tiene sensibilidad al sufrimiento de los más débiles, eso no tiene ningún valor.
Pues el bien, la espiritualidad, ante todo lo sagrado que es la vida, eso es lo importante y verdadero.
 
6908. La virtud es la maldad blanqueada con bonitas palabras y buenas intenciones. Mientras no dejemos de matar a la vida allá donde quiera que vayamos, seguiremos siendo destructivos, en la misma línea que los que matan.
Y como dejar de matar no es posible, pues el comer, el defenderse y protegerse,  cada cosa que hacemos, es una matanza –el tomar un antibiótico mata a parte de la vida que decimos que es negativa-, la virtud en el sentido de ser alguien incapaz de hacer daño, no es posible.
Sólo el estar más allá del bien y del mal, como contradicción, antagonismo, y el conflicto que genera, es lo que nos hace realmente virtuosos, con orden.