7298. He sabido de ti, al ver ayer una información, sobre tus marrullerías.
¿Cómo has podido soportar a una persona subdesarrollada mentalmente -que dice que él se pagaba sus gastos personales, sus viajes, cuando los pagaba el Senado, es decir todos los ciudadanos-, que habla como un niño tonto, hijo de papá, tanto tiempo. Apoyándolo para que pudiera gobernar como lo ha hecho –corrupta e indecentemente-. Tú también podrías incurrir en una ilegalidad penal por complicidad con los actos corruptos de tu presidente, que estabas a su servicio.
¿Qué beneficios personales habrás conseguido para hacer esa maniobra, que los dirigentes de la ejecutiva nacional central de tu partido en Madrid nunca lo han aceptado? Es decir, también eres un corrupto, degenerado, sin dignidad, ya que has hecho todo lo contrario que se supone que no ha de hacer una persona verdaderamente de izquierdas: ser corrupto e inmoral.
Con afecto y con cariño.
7299. Ciertamente, el amor es una cosa rara, extraña. ¿Pero es, o es un invento nuestro, un escape de nuestra insuficiencia?
El amor no sabemos dónde está, ni lo que es. Pero, si sabemos lo que no es amor. Hacer daño a los demás, eso no es amor. Ser dividido, fragmentado internamente tampoco es amor, pues, cuando sale fuera, al exterior esa división genera conflicto. Que se manifiesta con insensibilidad, indiferencia, indolencia. Lo que nos hace ser brutales, crueles.
Por lo tanto, todo lo que sea hacer las cosas para que no se provoque el sufrimiento, el dolor, es compasión y amor.
Ciertamente, tú Miquel puedes decir que podemos hacer daño, generar sufrimiento a los demás, cuando hablamos, escribimos. Y esto es verdad. Pero, si hablamos, escribimos, hacemos algo, para que los demás estén enterados de qué es lo que hacen, donde están, cómo viven, aunque les moleste, eso es amor.
Un ejemplo, si tú dices que quieres ir en coche a un lugar preciso, porque te interesa, quieres ir allí a disfrutar de ratos de quietud y calma en la naturaleza, la playa. Y yo te digo, no vayas que la carretera ha tenido deslizamientos, y todavía se esperan más, y puedes hacerte mal. Tú me puedes decir que soy una amarga fiestas, que me gusta fastidiar a los demás, que no tengo consideración, que no me meta más contigo. Que tú tienes toda la libertad para hacer lo que quieras.
Pero, si yo te digo que contigo van tu hijo, y el mayordomo, ya que no puedes estar solo donde vas, todo cambia, ¿verdad? Por eso, el amor no sabemos qué es, dónde está. Pero, si sabemos lo que no es: la división, la fragmentación interna, que genera conflicto, que es la actividad del egoísmo, del ego, del ‘yo’. Que es lo que nos hace ser indiferentes al sufrimiento y al dolor de los demás.
Por ello, esa pretendida libertad no es, sino es un acto de renunciamiento del deseo, del ‘yo’, que es cuando la inteligencia está operante.
Pues, si hacemos daño a alguien por egoísmo, indiferencia, si explotamos y maltratamos los demás, si somos dictadores, tiranos, disfrutando de todos los privilegios que tenemos, nos hacemos racistas, creamos las castas, sin enterarnos muy bien qué es lo que hacemos, cómo vivimos. Pero, esa libertad tan anhelada que queremos no podrá ser, pues todos a los que maltratamos, explotamos, los mentimos, falseando la realidad, no nos dejarán vivir. Y por eso, necesitamos policías, el ejército, inventar leyes represivas y crueles, injustas, necesitamos ser corruptos e inmorales, guardaespaldas, puertas blindadas y muros. Y por supuesto, todo esto nos pone neuróticos y nos hacemos dependientes de los medicamentos, los psiquiatras, de los gurús, los maestros y salvadores.
Es decir, vivimos sin compasión ni amor.
7300. Sólo puedo decirte que siento profundamente el error.
Yo capté esa información, y por eso te envié estos textos, como los remito a quienes creo que les puede hacer bien de una manera o de otra.
Lo que es específicamente tuyo es el pequeño texto referido a la persona que yo quería -que no eres tú- dirigirle.
Ahora, me gustaría saber si ves correcto ese texto dirigido a un director de instituto o escuela que no hubiera abierto su centro para poder votar -salvando todo el derecho que tiene de no participar, como yo también tengo todo el derecho de decirle lo que crea conveniente-.
Discúlpame el error. Y las molestias.
Con afecto y con cariño.
7301. Angélica, gracias por tu detalle de contestarme, después de tanto tiempo.
Dejémonos de palabras, de ideas y teorías, que nunca pueden llegar a la realidad, a lo que es, a la verdad. Para que podamos vivir necesitamos orden, no confusión ni anarquía, de lo contrario todo se colapsaría y habría violencia y matanzas.
Por tanto, ¿de qué manera generaremos orden, cómo llegará ese orden imprescindible para que la luz llegue a nuestros hogares, y el agua, para que los semáforos funcionen adecuadamente, para que los organismos del estado operen con eficiencia, correctamente? Ese orden solamente puede llegar, cuando no generamos agravios, injusticias, desigualdades, cuando nuestra vida no tiene nada que ver con los derroches, lujos, con el boato, con los castas que es racismo puro. Porque ahora mismo van a morir personas de hambre, de miseria, de pobreza.
Personas, que viven ahí cerca de nosotros que no tienen vivienda, ni trabajo –y si lo tienen, es con salarios de explotación más absoluta, como esclavos-, ni edad ni una salud adecuada para poder trabajar, personas con pensiones miserables. Y, ¿tú crees que esas personas, no están esperando siempre el momento para de una manera o de otra vengarse de esos que por su insensibilidad e indiferencia, su indolencia, su vida de corrupción e inmoralidad, están generando su drama, su sufrimiento y dolor? Que la mayoría de ellos, han heredado de sus desafortunados padres, parientes, ambiente familiar, por vivir como ellos una vida sin educación ni instrucción, sin ser respetados con la dignidad que todo ser humano se merece, tiene que ser.
Los menos afortunados, los pobres, los que viven con todos los problemas encima desde siempre, lo son porque hay ricos, élites, castas como las monarquías, insensibles, indolentes al drama de los demás que no tienen en cuanto apenas para sobrevivir. Es decir, para que haya ricos, derrochadores, caprichosos, es preciso que haya pobres. Una cosa –la riqueza- sin la otra –la pobreza- no puede ser. Eso es tan evidente y real como las letras que estás viendo.
Con afecto y con cariño.