Torni Segarra

Seleccionar página
3904. Eso mismo que han hecho, están haciendo ahora, lo tendrían que haber hecho hace cuatro meses: poner orden en la anarquía, el asalto a los edificios, por los terroristas en Kíev. Y se hubieran ahorrado todas las muertes, la destrucción, la división del país y puede que una guerra que parece estar a punto de llegar.
Es curiosos las palabras tan suaves que usa TWP para referirse a las matanzas y la violencia, la crueldad y la brutalidad, de sus amigos. Y eso no es demócrata, sino la tiranía del más poderoso. Por lo que viven en la mentira, la falsedad, el engaño, en la mafia de: a mis amigos todo a lo demás nada.
 
3905. Mientras los conflictos bélicos, la guerra, se hagan en Europa, lejos de Estados Unidos y China, estos tienen más oportunidades de sacar ganancias materiales. Otra cosa sería si la guerra fuera a un país vecino de ellos.
Recordemos lo histérico y paranoico que se ponía Estados Unidos, cuando los países vecinos se dedicaban a hacer la revolución de izquierdas -Cuba, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Chile, Argentina, etc -. Y ahora Venezuela, Perú, Ecuador.
Pero, aunque los conflictos y la guerra se hagan lejos de los Estados Unidos, como siempre participan, la matanza de sus soldados, etc., siempre está ahí –Irak, Afganistán, Libia-.
 
3906. Obama es Nobel de la Paz.
 
3907. Todos los que participan en un conflicto, ya sea armado o no, están en el mismo plano de la agresión y la violencia. Decir que unos son buenos y otros malos es echar más gasolina al fuego, para que se propague la guerra, las matanzas, la destrucción y el caos. ¿Es eso lo que queremos?
 
3908. El bien siempre es en relación a lo que consideramos el mal, y al revés. Es decir, es el resultado del condicionamiento. Tú eres más buena en relación con alguien que no lo es. Y lo mismo pasa con la belleza. Por eso, es que la manera de vivir se basa en la comparación, en la imitación, en el contraste.
Hace doscientos años, los que tenían esclavos, los compraban en las subastas legalmente. Y al comprarlos eran sus propietarios, con derechos sobre ellos. Y como eso era una norma de siempre, se aceptaba como algo normal. Ahora si lo hiciéramos nos veríamos crueles, inhumanos, nos avergonzaríamos. Porque como casi nadie lo hace, al compararnos con los demás nos veríamos muy diferentes en ese ámbito del tener esclavos.
Y como todo es infinito en sus posibilidades, eso mismo pasa también con todo. Es decir, nadie es absolutamente malo o bueno. Sino en relación con los otros. Por lo que eso quiere decir que no existen ni el mal ni el bien. Sino una sucesión de situaciones benéficas o malas para nosotros. Y eso donde se ve claramente es en la naturaleza: el gusano se come la hoja de los arbustos, de los árboles, el pájaro se come al gusano o se lo da a sus tiernos pollos. El pájaro o los pollos son comidos por otros que pueden con ellos. Hasta que el mayor depredador se come a todos.
Pero ese depredador, que puede con todos, también está sometido a unas fuerzas que lo quieren destruir: bacterias, microbios, insectos, los mismos de su especie, que lo pueden enfermar y matar. ¿Dónde está el mal y el bien? Está en el pensamiento, y su invento que es el ‘yo’, que se divide y fragmenta de la totalidad. Y por eso, coteja, contrasta, compara, generando el miedo, los celos, el ajustarse, la vanidad.
 
3909. Qué peligrosos podemos ser las personas cuando las creencias a los que nos aferramos son las que mandan.
 
3910. Ojala fuera todo eso cierto.
 
3911. La Biblia como todo libro llamado sagrado está más allá del mal y del bien. Pero curiosamente lo maneja a discreción, es decir, a su propia conveniencia. Por lo que en realidad sí que está más allá del bien y del mal.
La cuestión, al igual como en el Bagavad-Gita, es si en verdad estar más allá del mal y del bien es posible, viable para poder vivir en paz, sin guerras.
 
3912. Es verdad. El dolor puede ser la enseñanza. Pero globalmente no lo es. Porque el mal sigue ahí en nosotros. Manifestándose en conflictos, en crueldad, en violencia y en las guerras. Y es tan antiguo como la misma humanidad. Después de tanto y tanto dolor, no hemos podido ir más allá de la división y su conflicto.
 
3913. Lo que sucede es que estamos enamorados del lugar donde vivimos, ya sea una aldea, un pueblo pequeño, una ciudad, una metrópoli, un país. He vivido en diversos lugares. Y todos los que vivían allí, en esos lugares, creían que estaban en un paraíso. Pero afuera no hay paraíso posible. El paraíso es interno, no material. Solamente es eso lo que quiero decir.
Los comunistas creen que su idea es lo mejor. Los capitalistas también creen que el liberalismo es lo mejor. Así mismo cree el fascismo, el nazismo. Y lo mismo pasa con cualquier religión: todas se creen que son las verdaderas.
Ese es un problema grave, porque nos divide de los demás, les tenemos miedo. Y necesitamos defendernos, pues vemos a los otros como enemigos. Así que, sólo tú Susie, has de ser capaz de ver lo falso y descartarlo. Porque es sólo uno el que hace que algo sea maravilloso u horroroso.
 
3914. Por supuesto que hay que hacer algo. Pero sabiendo que a veces es peor el remedio que la enfermedad. Por tanto, veo que las autoridades son corruptas, etc. Y siento una energía poderosa que me empuja hacer algo contra eso que está generando desorden, que es lo que es la corrupción.
Si no hacemos nada eso va a continuar. Y dentro de nosotros habrá un conflicto entre la parte que quiere hacer algo y la parte que no quiere. Y no podemos vivir en conflicto porque eso va a generar más conflicto.
Pero cuando hago algo al respecto para erradicar el conflicto, me doy cuenta que también estoy generando conflicto con los demás que sí que quieren vivir en conflicto, en desorden, en corrupción.
Poe tanto, si veo el conflicto que hay en mí, lo miro todo el tiempo, estoy con él sin querer reprimirlo ni cambiarlo, ni huir de él, entonces al no haber división tampoco hay conflicto. Y si tú, Susie, estás libre de conflicto todos tus problemas han desaparecido. Y entonces eres una luz para ti mismo y para todos los demás. Y de ahí surge una gran belleza que se manifiesta en todo lo que vemos y en todo lo que hacemos.