Torni Segarra

Seleccionar página
 7317. Ayer te vi defendiendo, justificando la salvajada de ponerle a un toro dos bolas de brea para que ardan con el fuego y hacer un espectáculo nocturno, macabro, sádico, propio de personas subdesarrolladas mentalmente.
¿Tú eres tan insensible, tan indolente ante el sufrimiento de un animal indefenso ante la turba, la chusma, que le pegan, le gritan, lo persiguen, sin él quererlo ni haber hecho nada para estar allí.
Sois tan salvajes que ni entendéis la legalidad de la vida: a nadie indefenso -los animales siempre son indefensos cuando nosotros los manejamos, los dirigimos- se le puede obligar a hacer lo que no quiere. ¿Tú quieres que alguien que puede contigo, te obligue a hacer algo  a la fuerza?
Y todo ello, por el poder y la corrupción que os genera el mandar. ¿Pero para qué quieres ganar todo el mundo, la mundanalidad -corrupción, vanidad, poder, exhibicionismo- si pierdes tu vida y la de los tus hijos, nietos, etc., porque ya los has manchado con tu basura y suciedad?
 
7318. Disculpa la tardanza. Pero no sabía que existía esta aplicación.
Si quieres decir algo de UGKrishnmajurti, adelante. Empieza por preguntar o hablar de alguna cosa que no veas claro. Y lo investigamos.
De todas maneras si quieres hacerla por email, aquí tienes el mío [email protected]
 
7319. Aunque sea con un gran atraso, gracias por tus palabras, Mónica. Desconocía que existiera esta aplicación en Facebook.
Si quieres hablar de algo, de acuerdo. Empieza.
 
7320. ‘Hola quería que me dijeras qué opinas de ser tímido. Ya que me cuesta entablar conversaciones con mujeres y siento miedo a veces cuando no conozco a las personas… y es por esa razón que muchas no quieren hablar conmigo o me rechazan…ya que les gusta hablar con alguien que se da fácilmente.’
Creo que si eres tímido es porque no tienes realmente la necesidad de estar con las personas que dices que quieres estar, relacionarte, entablar una conversación. Espera a tener toda la necesidad de estar con una mujer, o una persona cualquiera. Piensa que cuando el vaso está lleno, se derrama por los lados cuando se le pone más agua. Es decir, ha de ser más la necesidad de estar con las personas, que el miedo que sientes por esa posibilidad de hablar y estar con ellas.
¿Por qué tienes esa actitud tan tímida? Pues todos tenemos algo de timidez, pero vamos más allá de ella. Todos tenemos los mismos miedos a la hora de encarar un reto. Pero unos son capaces de verlo de manera que descartan el miedo, yendo más allá de él.
 
7321. El único secreto para que una relación dure en política, son las ganancias que proporciona. Es decir, permanecer en el poder a toda costa. Y pueden suceder las cosas más extrañas.
Porque sin poder el programa político no se puede llevar a cabo. Lo que quiere decir un fracaso para poder tener ganancias de todo tipo.
 
7322. A medida que las calles se llenaron de las personas que habían pasado unos meses en la playa, también volvieron los que recogían las colillas –el resto de los cigarrillos- que había por las aceras y justo en la orilla de ellas.
Eran personas de unos cuarenta a cincuenta años, sanos y fuertes, ágiles, rápidos y astutos, ya que querían pasar desapercibidos. Y por eso, andaban vigilantes de los que iban y venían por la calle. A veces esperaban varios minutos para que pasaran las personas, para agacharse y recoger la punta de los cigarrillos.
Al parecer, no tenían asco, ni ningún miedo  a contagiarse de alguna enfermedad –sida, etc.-, pues su actividad no cesaba. Pero curiosamente mientras recogían del suelo, lo que para ellos era un tesoro, no fumaban. Pues ellos estaban atentos a su trabajo de recoger colillas. No se sabe si para su propio consumo, o para venderlo o intercambiarlo con otra alguna cosa.
 
7323. Cuando uno habla de sí mismo, es porque no se conoce. Y como no se conoce no tiene respeto por los demás. Pues los demás también quieren hablar de sí mismo. Pero saben que si se les tiene consideración y respeto a los demás, no lo tienen que hacer porque eso es una molestia, superficial, banal. Porque todo lo que le pasa a uno, básicamente también le pasa a los demás.
Hablar de uno mismo es creerse singular, como si formara parte de élite exclusiva de unos pocos elegidos. Por eso, en su ignorancia habla de sí mismo como si el otro no fuera como él. Pero el otro dice: ‘¿Éste qué está diciendo? Si eso mismo me sucede también a mí.’
Cuando uno se da cuenta que el observador, el que está mirando, y lo que observa es lo mismo, entonces es cuando existe una verdadera relación, sin división, sin fragmentación. Y es entonces, cuando uno tiene el mismo afecto y respeto a la persona con quien vive, como a la persona que está a miles de kilómetros, o por el hombre que no conocemos y va por la calle.
Esa relación, sin miedo ni nada que no separe, es lo sagrado, la esencia de la sabiduría. La inteligencia, no son los títulos, honores, diplomas, la abundante literatura que nos han metido en la cabeza. La sabiduría e inteligencia, es tener una buena relación con las personas. Y eso sólo es posible cuando nos damos cuenta que la separación, el sentirse diferente, importante, nos divide, nos separa psicológicamente, convirtiéndose en un veneno, que nos destruye tanto interna como externamente. Y desaforadamente, ese veneno se lo damos a los demás sin darnos cuenta, de manera que eso nos trae la confusión, la desdicha, el drama del conflicto y la lucha.