Conversación con Elizabeth, Nairobi, Kenia, (30-6-14/14-7-14)
*Bien. Gracias. Y ¿tú cómo estás?
*Si quieres contar alguna cosa, algo que necesites o te molesta, algo que te sucede ahí donde vives, en Nairobi. O también algo referente del escrito que te he enviado.
*¿Tienes pareja? ¿Dónde trabajas de camarera?
*Venga. Si quieres cuenta algo de tu familia, si tienes hijos, dónde trabajas.
*¿Tienes bastante dinero para vivir tú y tu hija?
*¿Qué valor tiene en euros 5000 ksh? (Son 41 euros)
*Lo siento no tengo teléfono móvil. Podemos hablar por Facebook. Así que si quieres empieza.
Ksh, ¿qué moneda es?
*¿Cómo le llaman a tu hija? ¿Va a la escuela?
*Es muy joven todavía. ¿Hay buenos colegios por dónde vives para la niña? ¿Son gratis, del estado o particulares o privados, de pago?
*No es posible. Porque el teléfono es antiguo. No es un teléfono móvil.
Podríamos solamente hablar. Pero sería muy caro y costoso desde Nairobi a aquí en Europa.
*¿El padre de tu hija no te da dinero para la manutención y otros gastos?
*Elizabeth. Ahora son las 17’15 pm. Voy a cerrar el ordenador hasta mañana. Escribe lo que quieras, lo que te apetezca. Porque tal vez si así te alivies de algún peso mental o espiritual. No tengas ningún problema de exponerlo. De lo que quieras: política, religión, sexo, problemas familiares, de amigas o amigos, económicos, etc.
*Todos podemos tener problemas financieros, de dinero. Pero si nos atenemos a nuestro presupuesto, al dinero que tenemos, ¿no cambia eso todo?
Es preciso comer, tener ropa, un lugar para dormir. Pero todo lo demás se ha hecho demasiado importante. Y esa importancia que le damos al adquirir toda clase de objetos, de cosas, nos lanza para conseguirlos. Creándonos estrés, ansiedad, toda clase de problemas de relación entre nosotros. Ya que nunca tenemos bastante para satisfacer al deseo, que se convierte en placer. De manera que nuestras vidas son una persecución del placer.
*¿Puedes explicar más detalladamente lo último que has dicho? Y no pongas iniciales, abreviaturas, sílabas, palabras incompletas, pues no se pueden traducir.
Escribe todo como se escribe en los libros, los diarios, los documentos oficiales. Para así poder entenderlo claramente.
*Gracias, Elizabeth. ¿Y cómo haces para poder tener lo necesario para ti y tu hija, para comer y tener la casa donde dormís?
¿Cuántas horas trabajas?
*12 horas de trabajo al día de camarera en un restaurante, ¿no son muchas horas? ¿Dónde dejas a tu hija, que es muy pequeña para estar sola, mientras está trabajando?
Ahora, ¿qué hora es en Nairobi?
*Ahora son las 10’06 am., del sábado, 5 de Julio. Es un día azulado, limpio, caluroso: 28 grados. Por la tarde, después de comer, suele hacer 35 grados de calor. Muchas personas se han ido a pasar los meses de Julio y Agosto a la playa, distante unos siete kilómetros. Por lo que el lugar adquiere una tranquilidad y silencio propios de cada verano.
El pueblo donde vivo, Sueca, tiene unos treinta mil habitantes. Y está rodeado por campos de arroz, de naranjos, de hortalizas que llegan hasta el mar. Cerca hacia el norte hay una albufera, donde hay abundante pesca, aves acuáticas –flamencos, patos, garzas, fochas, etc.-, que en invierno se llena aún más por las aves que vienen desde el Norte de Europa camino de África. Tal vez alguna de estas aves llegue hasta Kenia u otro país cercano.
*¿Qué temperatura suele hacer en invierno?
*¿Cuánto cuesta en euros el viaje hasta Kenia? ¿O de Kenia a Europa?
* Es mucho dinero, ¿no?
Aparte el taxi, la habitación del hotel, el comer, etc.
*Gracias. Elisabeth. Que el día te sea propicio. Que lo pases bien, en este día.
Recuerda que tienes que escribir sin poner letras sueltas, sílabas, símbolos. Pues el traductor de Google, no lo puede traducir.
Si quieres y puedes, ya contarás cómo fue todo en ese día de asueto.
*De acuerdo. Ya escribirás mañana, contando lo que creas adecuado. Estaré encantado de leer lo que escribas.
*Sí, Elizabeth, entiendo lo del cansancio después de una larga jornada de trabajo.
El día para mí transcurrió con la calma de los domingos o días festivos. La mayoría su fueron a la playa. Por lo que el lugar tenía una gran quietud.
Hablamos con un vecino sobre las dificultades que la vida genera si es que queremos vivir sin corrupción, si es que queremos vivir con moralidad. Él debía unas pequeñas cantidades de dinero a algunas personas, por la construcción de un negocio que no acaba de funcionar adecuadamente. Parece ser que el negocio una vez construido, lo rebasa a la hora de gestionarlo, en la logística para que pueda funcionar. A él le gustaría que el dinero le llegara como llega una pensión al banco, que llega sin ningún problema cada mes. Por lo que está desesperado.
Uno le sugirió que alquilara una casa que tiene en la playa, para que le dé dinero, a lo que él puso escusas familiares, para no hacerlo. En otra ocasión le dije que vendiera o hiciera una hipoteca de alguna propiedad, pero los bancos no quieren darle dinero, sino tiene un aval para comprar la propiedad si no puede pagar la hipoteca. Y los compradores, en estos momentos de crisis económica, quieren comprar muy barato.
Por la tarde encontré en la televisión una película, que se llamaba ‘Shaka, el rey de África’. Que es la historia de un jefe tribal Zulú, que a principios del siglo XIX inició un proceso que transformó a la pequeña tribu zulú en la nación guerrera más poderosa de África, que se enfrentó con éxito al avance del Imperio británico desde el Cabo de Buena Esperanza.
Donde hay secuencias de los raptos y venta de los negros africanos –uno de ellos el jefe Shaka- a los traficantes de esclavos para venderlos en América, o en otro lugar. Desde que los atrapaban, los vendían a los propietarios de los barcos que los transportaban en sus bodegas, con grilletes en los pies, marcados a fuego en la piel, tratados como los animales, con toda la brutalidad, la crueldad, la violencia.
Al final las cosas llegaron hasta el extremo que se habían de enfrentar los negros y los blancos, con la superioridad de los africanos. Pero una mujer blanca, que se había hecho amiga de Shaka, le dijo: ‘Aunque ganes esta batalla, los europeos van a volver a venir por centenares para continuar la guerra y derrotarte.’ Por lo que después de una noche meditando esas palabras, Shaka decidió no atacar al pequeño asentamiento de europeos que tenía ante él.
Al final se dijo algo conmovedor: ‘Cada vez que se mata a un hombre, es mi fracaso, porque yo estoy comprometido con la humanidad.’
*De acuerdo, Elizabeth. Pasa un buen día con la niña. ¿Cuántos días libres tienes a la semana? ¿No tienes novio para salir a pasear con él, a visitarlo, o que él vaya a tu casa? Pues eres muy joven. ¿Cómo funcionas en las necesidades básicas?
*Yo trabajo para mí. No tengo jefe. Ni respondo ante nadie. Solamente el cuerpo y la mente es lo que me dice que ya hay bastante de trabajo.
¿Por qué no vives con tu pareja en el mismo sitio, en la misma casa?
*¿De qué quieres trabajar cuando tengas tu propio negocio?
Tres semanas es muy poco. ¿Funciona bien la relación con tu pareja? ¿Tú lo quieres o lo usas para no estar sola? ¿Estás completamente enamorada hasta extremo de cambiar tu manera de vivir, tu vida?
*No estoy casado. Tengo una hija de unos veinte años.
El problema de la vida es que se necesita dinero para poder sobrevivir. Así que, la cuestión es: ¿de qué manera, cómo sacamos el dinero necesario? Porque eso va a determinar toda nuestra vida. Y por supuesto también la de nuestros hijos.
*Vive en Estados Unidos. Está casada.
Yo subsisto con poco. Sólo tengo los gastos de la comida, etc.
*Gracias por la invitación. Pero de momento no es posible. Yo no te puedo invitar porque la casa donde vivo no es mía. Ya que soy el hijo de la dueña.
Cuando dices: ‘Vamos a cuidar de nuestros hijos y Dios estará con nosotros para cómo criarlos.’ Dios tiene bien poco que hacer para ayudarnos. Solamente somos nosotros los que tenemos que hacer las cosas de manera para que no vengan las desgracias. Lo que suceda después, lo que nos llegue es cosa del destino de cada cual. Dios es algo que hemos inventado, pues dios no es una realidad, un hecho.
Lo que sí que es un hecho, es el infinito, la eternidad, la existencia de lo desconocido. Y todo ello es lo que nos puede despertar la espiritualidad, la inocencia, la sencillez, el afecto, el humanismo, la compasión y el amor.