6393. Parece mentira, irreal, que tan modernos y demócratas que nos creemos, y somos de los más viejos, carcas, miedosos conservadores, descarados y sinvergüenzas. ¿Habrá algo más moderno que la libertad? ¿Por qué ese miedo a la libertad, que es independencia? Es por un motivo material, nada espiritual, sensitivo patriótico. Eso es una mentira que usamos, para sacar un beneficio material. Lo que quiere decir que somos desvergonzados mercaderes, usureros mezquinos.
Nada de amor a la libertad. Preferimos negar la libertad y nos hacemos dictadores tiranos, viejos repugnantes, correosos e insoportables, por una falsa seguridad que creemos que algo material –como un pedazo de tierra- nos va a proporcionar.
6394. Tener miedo es algo por lo que todos pasamos. Y nadie se escapa de ese hecho que es el temor y el miedo a algo real o no, a las personas. Pero el miedo es una proyección, ya que es algo del futuro. Pues cuando de verdad tenemos miedo no nos damos cuenta por lo que estamos pasando.
Ana, si ves solamente tu miedo particular es cuando lo agrandas y haces de él un problema, que es lo que nos lleva a la obsesión, al pánico. Porque el miedo no es solamente mi miedo. Sino que cada miedo forma parte de un vasto panorama donde se genera el miedo, se desarrolla y cesa.
El miedo no puede desaparecer, sólo podemos hacer que nuestras vidas transcurran de manera que no provoquemos ni generemos los motivos por los que nos llega el miedo.
Y finalmente, lo que hemos de hacer es ir más allá del miedo.
6395. Cuando estás discutiendo con una persona o varias, a toda voz, con todos tus nervios, tu sangre, con todo tu cuerpo, con todo tu ser, ¿tú te das cuenta, Ana?
Te das cuenta luego, cuando ya ha pasado, cuando lo recuerdas. Pues con el miedo pasa lo mismo. Pero vivir a esa intensidad no nos gusta porque también tenemos miedo.
6396. Cuando una madre da a luz a su hijo, tiene miedo y dolor, ¿verdad? Eso es lo que decimos todos. Pero cuando está dando a luz, ese miedo y dolor, no es el mismo que el que luego se narra. Porque los hechos, si no huimos de ellos, no son lo mismo que si huimos. Por eso, lo que se dice, se describe, se narra, no es lo real. Pues lo real, no se puede trasladar ni por el tiempo ni el espacio.
Por eso, hablar de algo que ya ha sucedido es una imprudencia, una temeridad, cuando estamos investigando que es la verdad.
Por cierto, no sé por qué te muestras tan irritada, con malgenio, como si estuvieras amargada. Si te molesta lo que escribo no contestes. No hay ningún problema. Pues no se trata de perder ni de ganar. Se trata de investigar dónde está la verdad, que es el orden, sea cual sea.
6397. El odio a los demás a los que creemos diferentes, no es cuestión de hace veinte, cuarenta o sesenta años. Ese odio es mucho más profundo. Cuéntale eso que has expuesto a los pobres de herencia de varias generaciones. Esos pobres como han sido educados por los padres que eran pobres y sus padres también, les han transmitido ese agravio de los ricos contra los pobres –que ahora experimentan en propia piel-. No creas que todo sale de una pared en blanco.
La ley tiene su sentido, su lugar y su valor. Pero llegado un momento la ley es un impedimento y un obstáculo para que florezca la verdad. Por la sencilla razón de que uno hace e inventa las leyes que más le conviene, pues los santos no existen son una ilusión. Cuando las colonias pedían la libertad e independencia de sus dueños ladrones que las habían robado, los virreyes decían que eso era ilegal, iba contra la ley. Pero eran tan descarados y sinvergüenzas, corruptos, que no se daban cuenta que esa ley que argüían era la del rey. Y, ¿quién va a hacer una ley que no sea para ganar siempre? Y eso mismo sucedía con los terratenientes que tenían esclavos –negros o no-, que los explotaban sin pagarles nada en absoluto, sin derechos, etc., que a cada reclamación de mejora de libertad, de independencia, de humanidad, siempre decían que eran ilegales. Y ahí acababa todo. O acababa con la muerte, la prisión, las palizas, la tortura, la amputación de dedos o pies, orejas o nariz.
Así que la ley llegado un momento, es un cuento infantil que se usa para seguir dominando a los demás que son inferiores en sus posibilidades. Para sacar un beneficio material –no espiritual, ni humanístico-, un negocio, por dinero. Cuanto egoísmo, cuanto descaro. ¡Qué feo!
6398. El perdón es darse cuenta de lo poca cosa que somos, aunque tengamos razón. El perdón es asumir la parte de responsabilidad que conlleva estar vivo. Ya que en la vida, para vivir, hay que hacer algún daño a los demás.
Por eso el perdón es terapéutico, pues nos trae la paz, la unidad, que ha de ser sin división.
Por eso el perdón es terapéutico, pues nos trae la paz, la unidad, que ha de ser sin división.
6399. ‘Si tan sólo hubiera sabido entonces lo que no sé ahora.’
Eso ya no cuenta. Es una especie de autocompasión romántica. El pasado estás muerto aniquilado. Y no sirve para nada.
6400. Cuando sucede la realización, ha de haber un estado de vacío, de nada. Y en esa nada, nada se puede saber. Solamente está la percepción que hace que actuemos sin saber absolutamente nada, ni decir que: ‘Usted sólo tiene que saber que va a suceder’.
6401. El karma –las consecuencias de los actos- aunque tiene cierto sentido, no nos sirve. Pues el principio de todo el karma no lo sabemos, ni el final tampoco.
Solamente sabemos que cuando llega el amor el karma desaparece.