Torni Segarra

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3770. ‘El pensamiento permite la existencia del miedo. El miedo me da cosas que no me gusta sentir. ¿El pensamiento, en general, puede cesar?’
El pensamiento solamente tiene sentido, tiene utilidad en el ámbito doméstico, técnico, científico,  material. Para saber por dónde he de ir al trabajo, enseñarme a manejar un ordenador, aprender un idioma, una receta de cocina, escribir una carta.
Pero en el ámbito psicológico, en el espiritual, es un impedimento, un obstáculo.
Por eso, que el pensamiento es una molestia y queremos que cese, empecemos por no decir ni que sí  ni que no puede cesar. Vamos a descubrirlo. Primero que nada: ¿Qué es el pensamiento, un pensamiento, eso que nos llega sin cesar queramos o no? El pensamiento, ¿no es la memoria que acumula y almacena todo lo que hemos vivido, las experiencias, lo agradable, lo feo, tanto lo que nos gusta como lo que no?
Entonces la cuestión es: ¿Qué haremos para que el pensamiento cese en su parloteo, deje de operar, ya que se interpone entre lo que estoy haciendo, lo que estoy observando, se interpone con la realidad, lo que es, lo que está sucediendo? Y eso quiere decir que el pensamiento es divisivo, nos divide tanto internamente como externamente, cuando sale a fuera, se exterioriza.  Y si hay división, hay desorden, confusión, hay brutalidad y crueldad, violencia y guerra. ¿Sabemos todo eso lo que quiere decir, lo que significa de sufrimiento, de dolor, de todo el espanto de las muertes en masa violentas?
Tal vez, es porque no vemos realmente lo qué somos, como actuamos, lo que hacemos, que por eso es que la mente no deja de parlotear, no cesa y permanece quieta. Pues cuando hacemos algo completamente, con toda nuestros nervios, con toda nuestra energía, con toda nuestra sangre, el pensamiento no puede operar, cesa y desaparece.
Así que el problema es, la falta de atención, de interés, de respeto, de afecto por lo que hacemos. No invertimos toda nuestra energía en lo que estamos haciendo. Pues siempre estamos distraídos, queriendo lo que no tenemos, queremos más y más que no tiene fin. Miramos a los otros, nos comparamos, imitamos, nos contrastamos, y por eso somos de segunda mano, repitiendo lo que dicen  los demás, pero sin que la propio, lo que somos,  pueda ser en su totalidad.
Solamente, la energía que generamos cuando estamos en comunión total con todo –lo que hacemos, con lo que nos rodea, con los que estamos relacionados-, que el pensamiento que es siempre el pasado, memoria, tiempo psicológico como ayer, hoy, mañana, cesa y llega a su fin, sencilla y naturalmente.
 
3771. ‘Es muy bueno lo que dices. Sí, quizás tenga miedo de relacionarme con determinadas personas, ya que hay algunas a las que uno confía plenamente y no hay esfuerzo. Es como si cada persona vibra de una manera. Las que tienen buenas vibraciones son a las cuales uno no tiene miedo’.
Pero esas personas a las que no tienes miedo, porque vibran de una manera que no te molesta ni te perturba. Eso no es seguro. Eso es temporal, accidentalmente, porque todo en un momento dado puede cambiar. Nosotros no mandamos sobre los retos que  nos llegan. Y cada uno actúa de una manera según los retos que le llegan. Una persona con mucho dinero, actúa de una manera diferente que cuando no lo tiene.  Y así en todas las circunstancias y situaciones.
Por lo que una buena o mala sensación, una buena o mala vibración, no es algo verdadero. Lo verdadero, lo que nos interesa, es ver la posibilidad de liberarnos del miedo, total, definitivamente. ¿Es ello, posible?
Todas las mentes están unidas, relacionadas entre sí, por lo que todas tienen el mismo sistema de pensar, de proceder, el mismo paradigma, el mismo condicionamiento. Así que todas las mentes han de experimentar miedo lo quieran o no. Por lo que, el problema no es el miedo, que no lo podemos erradicar, arrancar y destruir, el problema es qué hacemos con él. El miedo es como el frío -muchas personas mayores, débiles, tienen miedo, pánico, al frío y al invierno-, pero el frío no se puede quitar ni eludir; hemos  de pasar por él, por el invierno.
¿Sabes lo que ocurre cuando estás dividido de alguien con el que trabajas, con la persona con quién convives, con un vecino, dividido de una persona conocida? No hay unión, no hay una verdadera relación, de manera que la energía se pierde, no llega en su totalidad. Y así, al estar fragmentados nuestra energía también lo está, es decir, no fluye en su totalidad. Por lo que, es cuando llega la confusión, el desorden, la anarquía, la corrupción  y la inmoralidad, los malos tratos, la falta de respeto, de compasión, que es todo lo que nos genera el miedo.
 
3772. De acuerdo. Yo también tengo siempre que hacer. Que lo pases bien. Que tu vida sea una bendición que bañe a todos los demás con tu sinceridad y claridad mental.
Aunque, no creo que no debes de buscar justificaciones, motivos, causas de lo que sucede. Porque al ser todo infinito, todo lo que busquemos para dar una respuesta o justificación de por qué no llegó, llegó demasiado tarde, no tendría que haber venido, etc., se hace interminable, un juego, una distracción o entretenimiento de la mente.
Así que, Mónica, las cosas son como son. Y ya está.
Tal vez, es que somos románticos y esperamos algo nuevo, algo que nos conmueva, nos dé un poco más de energía para sentirnos rejuvenecidos, dichosos, afortunados. Pero para que todo ese llegue y sea verdadero, uno no lo tiene que buscar ni llamar. Con afecto.
 
3773. ¿Cómo van a dejar de robar si son adictos al dinero, a la vanidad y el placer que les da? Deberían de ir al psiquiatra o psicólogo, ya que son enfermos. Pero no irán. Seguirán hacia delante hasta que se retiren, o los encierren en la cárcel.
 
3774. Con esas acciones ilegales –actuar destruyendo casas, matando sospechosos, sin pasar por un juicio ante un tribunal-, de un gobierno que defiende con uñas y dientes la ley, su legalidad, para poder ser, existir, ¿creen que van a solucionar los problemas que tienen con sus vecinos? Estos no son como los indios del salvaje oeste americano, que eran unos pocos salvajes. Estos, y los que hay detrás de ellos, con ellos, a su favor, son decenas de millones.
Por lo que esa paz, que querían conseguir en la tierra prometida –una ilusión como otra, irrealizable, pues los paraísos en la tierra no existen ni pueden existir-, se ha convertido en una sangría, una matanza continuada por las dos partes enfrentadas.