Torni Segarra

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1. Sin honestidad todo es triste porque se pierde el respeto, la confianza, la relación sólo es un triunfo o una derrota. Donde la sensibilidad no puede ser.

 

2. Hagamos lo que hagamos si tenemos un plan de lo que tiene que ser la vida, todo va acabar en frustración. Pues nuestra plan nada tiene que ver con lo que nos impone la realidad. Y como la realidad de lo que es la vida, cómo funciona, no se puede cambiar, todo plan, todo proyecto, cualquier cosa que hagamos para eludir ese futuro que no nos gusta, nos lleva al conflicto entre lo que es, la realidad, y lo que yo quiero.

Y si hay conflicto seguimos provocando eso que queremos deludir: el sufrimiento y el dolor.

 

3. La vida si somos serios y la vivimos ateniéndonos a los hechos no pude enseñar ‘a perseguir nuestros sueños y alcanzarlos…’ porque ese deseo de alcanzarlos requiere un plan, una estrategia, un método o práctica. Y en todo eso el amor no puede ser. Porque el amor es ahora, no es una proyección en el tiempo, no es el devenir.

 

4. Un  grito como aviso aun siendo negativo, tiene su sentido. Pero cuando es una respuesta como un ataque, abre la puerta a los desastres y los malos resultados. Pues los otros se contagian y hacen lo mismo, creciendo el problema de la incomunicación.

 

5. Las pruebas, los exámenes, querer descubrir el futuro, ¿tienen algún sentido cuando vemos claramente? Luego el problema es poder ver claramente. Y sólo podemos ver claramente cuando estamos libres de prejuicios, de ideas y teorías de lo que ha de ser la vida, de sus resultados.

 

6. ¿El orar no es el mido operando, la impotencia ante los hechos de la vida que nos desbordan? Pero el orar es un monólogo que decimos que es un diálogo con dios. Pues el que ora, el que pide, es lo mismo que el pensamiento que inventa a ese que ha de responder a la petición, a dios.

Por tanto cuando nos damos cuenta de ese hecho que hemos inventado, es cuando vemos toda la ilusión que es la oración, las peticiones y las súplicas. En realidad sólo es un auto consuelo creyendo que alguien escuchará, ya sea dios u otros que nos puedan quitar nuestros problemas y miserias.

 

7. Toda riqueza, ya sean los hijos, los amigos, el dinero, propiedades, tesoros, es vana pues a la hora de resolver los problemas no sirven para nada. No estamos diciendo que no tengamos que gestionar adecuadamente lo que tenemos entre manos, sino que es una ilusión creer que a la vida y sus maneras se la puede derrotar.

La vida tiene sus maneras, seamos quienes seamos, tengamos lo que tengamos, hagamos lo que hagamos, ella va a llevar su curso que nadie ni nada lo puede alterar.

 

8. La paz, la santidad, es un capricho de la vida, pues no hay voluntad que nos lleve a eso. Así que, eso sólo es el fruto lo inmensurable.

 

9. El devenir, el decir que algún día haré esto o aquello para resolver los problemas, que averiguaremos lo que es la vida y lo que es la muerte, ¿no es una huida, una pérdida de tiempo? Pues cuando sabemos mirar clara y directamente, todo lo que nos parecía que eran  secretos quedan al descubierto y resueltos.

El problema está en tener esa pasión, esa intensidad, esa energía que sea capaz de ver los retos que nos llegan y comprender todo lo que ellos son. Para ello, hay que encarar la vida de manera que lo apostemos todo en lo que estamos haciendo, todo quiere decir la vida misma.

 

10. Todo lo que nos divide y fragmenta de los otros, es irreal y por tanto perjudicial para todos. Creerse diferente en lo psicológico, es la ilusión del ego, del egotismo, del ‘yo’. Y eso va a seguir generando esta manera tan absurda de vivir que es hacerlo  dividiéndonos entre el ‘tú’ y el ‘yo’, el ‘nosotros’ y el ‘ellos’. Comprenderlo parece difícil, pero vivirlo aún lo es más.

Por tanto, la comprensión total de ese hecho de que la división es el problema, es la misma acción que nos hace que vayamos más allá de la división.

 

11. La incomprensión, el no enterarse, que es insensibilidad, nos hace estúpidos y ciegos ante lo que está sucediendo, ante la realidad de lo que es.

 

12. Pero el problema también es el estar dividido de lo que realmente soy, que es mi manera    de ser como humano, mi humanidad.

Pongámoslo de esta manera: nos invitan unas personas que hemos conocido a una merienda en su casa. Pero ellos son pobres, sucios. Y nos dicen que comamos lo que nos sirven. Pero para nuestra sensibilidad no podemos comerlo. ¿Nos dividimos ante esa situación por ser realmente quién somos? Somos humanos y en con ello entra todo. De lo contrario esa fragmentación y división interna, va a seguir con su caos y desorden operando.

 

13. ¿Las decepciones y sentimientos no tienen la misma raíz de la ignorancia? La decepción lo es por algo que esperábamos pero que no llega. Y el sentimiento, el sentimentalismo, es a algo que es irreal, que hemos inventado. Ya sea el sentimentalismo por la familia, por una persona y su imagen que hemos construido de ella, por el país, por un equipo de fútbol, por una creencia religiosa o política, por una idea o teoría. Y todo eso no es real, son todo un invento que nos dividen de los otros que también hacen lo mismo.

 

14. Todo se puede negar como afirmar infinitamente, ya que tenemos esa capacidad. Y eso es válido también para el amor.