Torni Segarra

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1956. El universo no tiene sentido para nosotros, pero sí que lo tiene para él. Así que mientras no comprendamos nuestros deseos, el miedo, el universo será visto como nuestro enemigo, absurdo y cruel.

 

1957. Pero no dialogas. No contestas los comentarios que recibes. ¿Es por miedo,  inseguridad, por autosuficiencia en tus creencias y supersticiones? Todo eso, de ser indiferente a lo que nos dicen los demás sin hacerles ningún caso, ¿es eso cariño, afecto, compasión, amor, que es la esencia de la religión y de los dioses? Puede que estés seca por dentro, obsesionada con tu fe y creencia, que por el mero hecho de serlo ya no son amor. Sino un invento del pensamiento, mundano, siempre divisivo y conflictivo. Y así no puede llegar el amor.

 

1958. ¿Somos conscientes que si le damos demasiada importancia a la persona Jiddu Krishnamurti, generaremos otra monarquía? Los monárquicos creen que a los que adoran y obedecen, son especiales. Pero no lo son: sienten dolor, celos, depresión, son crueles y violentos. Y por supuesto todo eso está en la corrupción de la aceptación de que son singulares, especiales.

JK, en su juventud también tuvo los halagos casi como si fuera un monarca. Así que el peligro siempre estará en la excesiva importancia de lo que fue o no fue –un mesías que vio excepcionalmente lo que nosotros no podemos ver-. Sólo lo que dijo es lo importante. Pero para comprenderlo hay que destruir esa parte monárquica que tuvo. Que él consintió, y que sus seguidores le ofrecieron. Porque lo que vea, piense y comprenda uno, también lo pueden ver y comprender todos los demás.

 

1959. ¿O para ser un mesías, un gurú,  con su cartel y renombre, es preciso ser como un monarca con su ascendencia familiar, los cortesanos, los fanáticos seguidores, etc., que todo lo que hace es  visto como algo gracioso y disculpable? Parece ser que sí. Pero, hemos de ir más allá de todo eso. De lo contrario todo parece absurdo. Pues cada uno de nosotros, a nuestro nivel sea el que sea, también hacemos lo mismo.   

 

1960. Ese mismo problema ha tenido y tiene Ucrania. Con sus meses de anarquía y terrorismo, violencia, los asaltos, la quema y la destrucción de edificios públicos, gubernamentales. Con la consiguiente respuesta de las autoridades también con violencia. ¿Qué puede surgir de ese caos que las revueltas y su terrorismo han generado, que no sea más de lo mismo?

Ese es un problema que los terroristas, los que causan terror, los que los apoya y dan aliento,  nunca quieren hablar de ello.  Ya que no creen en el cambio personal, de cada uno: no hacer lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Hablan de la corrupción de los demás, de las autoridades, pero ellos son también corruptos con sus métodos violentos, arrasándolo todo, planificando cada día  y cada hora cómo ser más eficientes en su guerrilla violenta, terrorista.

 

1961. Estoy de acuerdo en que todos copiamos de todos. Pues todo lo que hemos inventado es una copia de la naturaleza. Los que se quejan que unos copian, no se dan cuenta que ellos también lo hacen. Por lo que todo es un problema de celos y envidia, de impotencia a la hora de asumir nuestra verdadera esencia: que todos dependemos de todos. Todos dependemos de lo que nos proporciona la naturaleza, que nosotros lo transformamos para crear las máquinas, los productos químicos.

Eso mismo sucede en el ámbito psicológico, espiritual, donde la materia prima está en el interior de cada cual. Y eso que hay dentro de cada cual es también una dación de la naturaleza, de la vida, del universo.

 

1962. ¿Por qué es que nos cuentan tantas mentiras y falsedades cuando se trata de las revueltas? Si se trata de un país amigo, aunque maten, secuestren, se apoderen de los edificios, los quemen y asalten, nunca usan la palabra terrorista. Pero si el país, los que están haciendo la revuelta, no son sus amigos, enseguida les denomina terroristas. Además de sacar siempre la parte buena del que es su país amigo, aunque haga las mayores barbaridades.

Sé que el diario es un negocio. ¿Pero todo vale por el dinero? ¿Dónde queda la dignidad de tú como periodista, del daño que haces al mentir, al hablar arteramente, con falsedades? ¿Sabes lo que genera la anarquía, la violencia, cuando la justificas? ¿Qué pasaría si en una revuelta asaltara tu oficina de la redacción, del ayuntamiento de dónde vives, de los edificios oficiales, los quemaran, se enzarzaran violentamente con la policía de tu ciudad que protege la redacción de tu diario?

Espero que te des cuenta de que siempre estáis echando gasolina al fuego, por vuestro miserable dinero, por vuestra obediencia a los propietarios del diario, que respaldan a los terroristas que son los peones de sus amigos que piensan como ellos.

¿No te acuerdas cómo desalojó el campamento ocupa de tu ciudad, cuando la policía actuaba con extrema violencia? Tu diario lo aplaudía. Ah, es que estaba en juego su ciudad, sus instalaciones, edificios, sus quioscos de venta, la vida cotidiana. Pues eso mismo pasa allá donde vosotros tanto aplaudís, jaleáis, disculpáis, calláis sus barbaridades, su violencia y matanzas. No estoy defendiendo a los que van contra los terroristas, pues son lo mismo que ellos, violentos, crueles que también los matan.

Y esas mentiras son tan repugnantes, tan desagradables, que os degradan como seres humanos y os sacan todo lo animales que también sois.

 

1963. Sí. Wade, lo que hacemos si está motivado por el renunciamiento del egoísmo, todo está dentro del orden. Y ese es el peligro del amor. Porque alguien puede hacer una maldad sin estar en conflicto y por eso está en orden, tiene amor. Por eso, la pregunta es: ¿existe realmente el amor? Parece ser que no. Si entendemos por amor el abstenerse de hacer algún daño. Pues para vivir hay que hacer algún daño. Decimos que la mente vacía vas más allá de todo eso, pero el daño al otro –sea persona, animal, vegetal- siempre está ahí.