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1976. Evidentemente ese es una cuestión que no está clara. ¿Alguien, un niño, que se perdiera en la selva y creciera allí, sin contacto alguno con los hombres, podría desarrollar la compasión, la misericordia, negarse por los otros por caridad, para ayudarlos? ¿O es precisa la instrucción, el ejemplo de los otros, para que se abra la conciencia que lleva a la inteligencia, al orden, a lo que conocemos como amor?
1977. El sentimentalismo es la emoción en acción. Pero esa emoción es la que se aferra a las ideas, a las banderas, a las teorías de toda clase, ya sean religiosas, políticas, de raza o nacionales. Por eso el sentimentalismo, la emoción, el romanticismo, es todo divisivo, generador de angustia y miedo. Si lo comprendemos hasta la misma raíz, entonces habremos resuelto el problema de la división, del miedo, que es el devenir, o el mirar al pasado. Para que se acoplen a nuestros deseos. Y como eso no puede ser, es cuando llega el conflicto, el desorden, la confusión.
1978. La ilusión forma parte de la verdad. Pero para que sea verdad no ha de haber conflicto, ni la acción del ‘yo’. Si no sería sólo un añadido a la verdad, que es toda la realidad, todo lo que existe. Pues estamos hablando de la verdad en el sentido de que hay la posibilidad de poder vivir sin división ni conflicto.
1979. Sí, la instrucción, la educación, tienen su sentido y lugar, ya sean en el ámbito familiar, en la escuela, en los foros. Pero, ¿cuál es lo que hace que se despierte en unos la sensibilidad, que es el respeto, el afecto por toda la humanidad, por toda la naturaleza, por todo lo que existe? ¿Es la suerte, la casualidad, como lo es nacer en un país rico, donde hay un orden aparente, o en otro pobre y desordenado?
1980. Si no hay confusión ni conflicto eso es la verdad, si no huimos, ni queremos cambiar el reto que nos llega. Y esa verdad generará el orden, que puede no gustarnos. Al no huir, es cuando entramos dentro de ese orden que va a generar más orden. Y así sucesivamente de un manera si fin.
1981. No tengo muy claro si la sensibilidad para poder manifestarse sólo tenga que ver con la instrucción. Si miramos los antecedentes familiares de Jiddu Krishnamurti, son apabullantes: descendientes de padres y una familia vegetariana –tal vez, de varias generaciones-, madre devota que parió a JK en la sala donde se hacían los cultos que estaba prohibido, su padre teósofo, etc. ¿Entiendes, Vivienne?
Por cierto, feliz cumpleaños.
1982. Pero esa fuerza que Jiddu Krishnamurti tenía ¿de dónde le llegó, fue un capricho de la vida o los padres inconscientemente ya le habían puesto en el camino?
1983. Parece increíble que una persona como tú, que se rige por la ley escrupulosamente, apoye a terroristas, que incendian edificios, los queman y asaltan, se apoderan de un espacio público unos meses donde nadie puede hacer la vida normal. ¿Qué motivos tienes, más democracia y libertad? Pero por esos métodos violentos, que generan la anarquía y el desorden, todo lo que le siga y genere va ser lo mismo que había antes: corrupción y violencia institucionalizada. Por lo que todo ese drama de la violencia, la anarquía y los miles de muertos, está motivado por un interés material, comercial, político. ¿Vale la pena todos esos muertos, los edificios destrozados, quemados, arrasados por dinero, por más poder en la zona? Parece ser que sí. Y por eso han de vivir como viven, como siempre lo hemos hecho: con ejércitos, policías, agencias de espionaje, corrupción e inmoralidad.
La pregunta es: El día que te llegue a ti esa anarquía terrorista a las puertas de tu despacho en Berlín, o en tu casa donde vives, ¿qué harás, lo tolerarás, consentirás que te asalten la ciudad, que se apoderen de la plaza de Brandemburgo y monten allí un campamento estable donde la vida libre, cotidiana, de los comercios, oficinas, etc., se colapse?
Te estás jugando mucho, pues el mensaje que envías es que con la violencia, un golpe de estado, se puede conseguir lo que un grupo de personas anarquistas, violentas, se pongan al margen de la ley para conseguir lo que ellos quieren. A pesar de que ellas tengan razón o no.
1984. Es evidente que en el ámbito material, científico-técnico, hemos evolucionado. Pero en el ámbito psicológico, espiritual, somos igual que hace un millón de años. Estamos divididos, fragmentados, por lo que generamos conflicto con los demás, con todo lo que nos rodea, con todo lo que hacemos. Y eso se ve claramente: al principio nos mordíamos, luego peleábamos con los puños, la lanza y la flecha, la pólvora, y ahora con las bombas nucleares.
1985. La belleza de los paisajes, de los jardines, de la naturaleza, depende de lo que seamos dentro, internamente. Por lo que sin un orden interno, la belleza no puede ser. Y el orden es sensibilidad, compasión y amor por todo lo que existe.
1986. Digamos lo que digamos sobre qué es la reencarnación, es un hecho que nadie de nosotros sabe nada en concreto. Sólo sabemos que cuando muere el cuerpo, la conciencia desaparece y con ella el ‘yo’ y sus millones, infinitos recuerdos. Porque solamente se puede hablar con propiedad de los recuerdos. De la verdad, que es el ‘hora’, no se puede hablar. Pues la verdad, el ‘ahora’, no lo admite.
1987. El dolor es la enseñanza. ¿Sin dolor podríamos ser algo más que meros animales?
1988. El estar libre de la locura de la creencia religiosa, no quiere decir estar libre de todas las demás locuras. Pues lo que genera la locura es la división, el ’yo’. Así que mientras no comprendamos cómo funciona el pensamiento, la mente, y su invento que es el ‘yo’, no habrá liberación total posible. No nos interesas liberarnos de algo que nos molesta en particular, sino liberarnos de todo el contenido de la mente, del ‘yo’.
1989. Sai. Especular es una distracción, un entretenimiento más. Ya que las posibilidades de negar o afirmar algo, son infinitas.