Torni Segarra

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7765. Una persona idólatra, pagana, que adora y besa estatuas de piedra, de madera, cuadros, tapices, ¿no demuestra su superficialidad, una banalización de todo lo que es la vida? Que junto a la superstición más infantil, ocultista, esotérica, como es creer en la transformación del vino en la sangre y el pan en el cuerpo de un hombre muerto hace miles de años; la concepción de un hijo sin haber sido embarazada por un hombre su madre; lo reafirma.
Por lo que todo esto, hace una creencia fantasiosa, miedosa, delirante, que lo condiciona al pasado, olvidándose del presente, del ahora que es donde realmente son los retos, los problemas.
 
7766. Si decimos: ‘Tenemos que cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción’. Muchas cosas que se ven importantes e intocables -la monarquía, la banca, las grandes empresas, los ricos, la Iglesia, el nacionalismo centralista español, etc.- se deberán cortar.
 
7767. Cuando se está harto de verdad, se libera o revienta. Las palabras, las explicaciones, el tiempo perdido con esto, quiere decir que todavía se puede aguantar.
La acción verdadera es sin tiempo, inmediata, ahora.
 
7768. Y, sí, es verdad que esta canción de hace tanto tiempo, tiene una vigencia como la tenía entonces. Sólo falta que un joven cantante, moderno, la cante dándole una musicalidad actual, de ahora. Haciéndola pop, rap o la moda musical que impera en estos momentos.
Pues, la letra, todo lo que dice es eterno: el dolor, la indiferencia y la indolencia, el hacer o no hacer algo para solucionar los problemas que son los que nos perturban y nos causan dolor: ya sea el hambre, la pobreza, la miseria, la corrupción y la inmoralidad, las enfermedades, la opresión, la brutalidad, la violencia, las matanzas, la guerra.
 
7769. Un libro, por sagrado, científico y completo que sea, ¿puede ser adecuado a la hora de responder a los retos que nos llegan, que es todo lo que nos pasa de favorable o desfavorable? No lo puede, porque todo libro es algo muerto, lo que se dice, está escrito, es del pasado, es el pasado que está muerto.  Y la vida, que es el presente, el ahora, es lo nuevo, lo que la astuta mente, miedosa, ávida de seguridad no puede manejar a su antojo. 
Y por eso la mente, como lo nuevo la pone insegura, le da espanto, inventa un libro, se agarra a él, a lo que dice, porque cree que así condicionándose tendrá orden, encontrará la seguridad: un premio en esta vida, o en la siguiente, tras la muerte, en la próxima reencarnación.
Pero eso no son los hechos. El hecho es que todo eso, a la hora de enfrentarnos a la vida cada día siempre tenemos los mismos problemas: estamos divididos, enfrentados con los demás, la muerte nos espanta, le tenemos miedo. Nos damos cuenta que vivir en conflicto le quita la belleza a la vida, a todo lo que existe, nos pone feos, brutales.
Así que, si queremos ser religiosos, tener un contacto con lo sagrado, ver la belleza y el gozo que está por doquier, no podemos estar aferrados  a libro alguno –sea el Gita, la Biblia, los Vedas-, ni a ninguna idea o teoría –que es de lo que tratan los libros-.
La solución de los problemas, de los retos, de las dificultades, necesita toda la energía. Y para ello, hemos de ser totales, completos, enteros, no divididos ni fragmentados. Sólo así, la inteligencia, la sabiduría, puede llegar y vérselas con lo que es, la realidad, el reto que nos llega a cada instante, en todo momento, en toda circunstancia.
 
7770. La expresión: No sólo de pan vive el hombre, puede tener varias interpretaciones tanto físicas como psicológicas. La física parece fácil: los hombres podemos comer de todo, sin ningún problema.
En cuanto a la interpretación psicológica, ahí sí que se complica todo para los creyentes, dogmáticos, fanáticos, ya que quiere decir que los hombres son libres de pensar y creer lo que quieran. No estar aferrados, atrapados por una creencia por buena que se diga que sea. Pues al aferrarse no puede experimentar la compasión ni el amor.
 
7771. Saber todo en lo físico, material, no se puede saber, es demasiado complicado e infinito.
Pero el saber psicológico, sí que se puede saber todo lo que ha sucedido y sucede. Pues conociendo el paradigma, el patrón por el que nos regimos y actuamos, podemos saber sus resultados.
El paradigma es querer subsistir a toda costa, por lo que ese deseo nos desencadena placer cada vez que lo buscamos. De manera que la evitación del miedo, y la persecución del placer, son los motores que nos hacen funcionar. Con todas las consecuencias que son la división, los conflictos, la violencia, la guerra. O sea, que los hombres siempre hemos hecho la guerra. Y seguramente seguiremos haciéndola.
 
7772. La veneración de la deidad, ¿no es el resultado del miedo y del temor a todo este infinito aparato que nos envuelve -el universo-, que nos proporciona tanto el miedo, la desgracia, la muerte, como el gozo, la alegría, la visión de la belleza que todo tiene?
Por lo que toda veneración de una de las muchas deidades que existen, es una superficialidad, algo irreal, inventado por nuestra insuficiencia y pobreza ante la muerte, lo absolutamente vulnerables que somos ante lo imprevisto e incontrolable de la vida.
 
7773. Amigo Isai, sólo puedo decirte, para que no se haga muy largo, lo siguiente: Tanto podemos afirmar como negar que algo que existe o que no existe. Cada uno que haga, que diga, que sienta, lo que quiera. Pero no puede exponer como una verdad, algo que se puede cuestionar.
Porque cuando afirmamos algo y lo queremos imponer, llega el esfuerzo con su brutalidad, su crueldad, su violencia, su guerra. ¿Es eso lo que quiere la religión, es eso su fin? ¿No parece eso todo absurdo? Pues la religión es la vida –que es lo sagrado-. La crueldad, la brutalidad, la violencia, la guerra es la muerte, es todo dolor, miseria y amargura.