Torni Segarra

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 4110. La pobreza y el hambre es otra manera de hacer la guerra: matar. Es más lento, menos ruidoso, pero se mata a millones. Si no quisiéramos matarlos haríamos algo, eso está claro: cuando queremos algo de verdad actuamos, hacemos lo que haga falta. Pero esa indiferencia e insensibilidad es el combustible de la guerra contra los pobres y hambrientos que mueren cada día, cada hora, cada instante. Pues en realidad no sabemos qué hacer con ellos, porque nos molestan, no los queremos ver. Y es por eso, que los dejamos que se mueran en su pobreza, en su miseria, en su hambre.
 
4111. Cuando uno dice que los emigrantes viven mejor que los que no lo son, ahí están los celos, las envidias, el racismo. Los emigrantes hacen y trabajan lo que los que no lo son no lo quieren ni pueden hacer. Porque ya tienen los mismos gustos que los ricos.
Por tanto, si se quiere limpiar Europa de los emigrantes, ¿quiénes harán todo lo que ellos hacen? A todos les pasa lo mismo, no sólo a los africanos, asiáticos, americanos, etc., a los españoles se les trata básicamente igual como nosotros los tratamos aquí a los que vienen de fuera.
El problema no es el extranjero, los emigrantes, el problema es de justicia, de legalidad, de logística y gestión de los problemas. Hay de sobra para todos. Sólo falta verlo y ponerse a ello para que haya para todos y llegue a todos.
 
4112. La realidad no la vamos a poder cambiar. Por tanto, hay que ir más allá de esa realidad: la vida, los eventos, los retos, todo lo que la conforma. De lo contrario todo lo que hagamos estará contaminado por el conflicto y todos los males que lleva consigo.
 
4113. Decir que se puede salir de una situación adictiva, se puede cambiar, es una cosa, es una idea o teoría. Por lo que uno, para que sea cierto, ha de hacerlo realidad. Y eso sólo lo sabrá el que lo intente.
 
4114. Luego, Tiamat, es un problema de mala gestión. Y por tanto, los emigrantes no tienen culpa si al país que van funciona como si fuera un corral de cabras.
 
4115. La unión para que sea digna, verdadera, debe estar sustentada por la igualdad con todo. Todo lo que no sea así, es un negocio. Y donde hay negocio, ¿puede haber amor? Y el amor es libertad total, absoluta, para poder hacer lo que queramos, lo que sea necesario.
Pero, el problema es que esa misma libertad también la tienen los que se oponen, los que no quieren nuestra libertad.
 
4116. El odio de un vecino a otro puede tener muchas causas, pero la primera es la inseguridad que nos da, que nos provoca. Tener un vecino que tiene una manera de vivir más racional, que usa más la libertad y el respeto, que es más culto, trabaja con más cuidado, es más sensible y por lo tanto más compasivo y humano, es un peligro para el vecino que no lo es, o lo es menos.
Por tanto, la relación, los problemas a la hora de hacer y deshacer, de convivir generará todo tipo de dificultades, de peligros. Pero, el hecho es que el vecino es ahí, tiene todo el derecho de ser como es. Por tanto, hay que ser inteligente para tratarlo. Y lo más inteligente es el amor.
El amor es lo nuevo, lo que nadie ha tocado. Es el orden que no es ni mío ni tuyo ni nadie.
 
4117. El lavado de cerebro, es el resultado de las maquinaciones de los que mandan. Ellos empiezan y el resultado siempre es dramático. Pues, hacen volver a la bestia, que llevamos dentro, más enloquecida, peligrosa. Nada más hay que ver el mundo como funciona para darnos cuenta. Y el mundo da miedo, horror.
 
4118. Ahora esa excelencia y naturalidad han de empezar por cada uno de nosotros. Sino todo se queda en unas bonitas expresiones y palabras. Y lo que realmente importa son los hechos y no las palabras.
 
4119. Esto quiere decir que estamos perdidos: somos indiferentes, insensibles al sufrimiento y al dolor de los demás.
 
4120. Parece ser que se quiera volver a la antigua ley del salvaje oeste. ¿Eso puede ser? El país no es el mismo, no se vive de la misma manera. El imperio de la ley lo es para todos, donde los terratenientes, los poderosos, mandaban y hacían lo que querían en el lugar donde vivían. Donde las distancias con las grandes ciudades –cultas, cosmopolitas, igualitarias- eran propicias para poder actuar como les daba la gana.
 
4121. Susie. Estamos tratando de un problema de Estados Unidos. Si quieres, en el momento más oportuno para ti, podemos hablar también del país donde vivo ahora. Con respecto a los países subdesarrollados, no se pueden comparar con Estados Unidos. Es como si yo te comparara con una mujer paquistaní o saudita, no hay punto de comparación ni referencia. Tus referencias son las europeas más avanzadas, Canadá, Australia, Japón.
Con respecto a lo del viejo oeste, me refiero por ejemplo cuando los terratenientes no  admitían el cercado de los ranchos de los pequeños propietarios. Ya que querían que sus reses pastaran por todas partes sin ningún impedimento. Querían la apropiación bajo coste de las tierras de sus pequeños vecinos colindantes. Y ellos esgrimían derechos y leyes que creían incuestionables, pero que iban contra el bien de los demás, de la mayoría.
Y por supuesto, eso no era solamente ahí en Estados Unidos, pues ese fenómeno egoísta es propio del ser humano allá donde esté. Pero ahora, desde hace un tiempo, estamos hablando del problema que tiene el ranchero de Texas con las autoridades, que representan el imperio de la ley, nos guste o no.
 
4122. Los yanquis tienen la fachada de humanistas, demócratas, sencilla y chabacana, pero son fascistas, dictadores, estirados como los ricos señoritos. Ahí están las ejecuciones por las condenas a la pena de muerte, con toda su brutalidad y crueldad. Que lo practican con toda naturalidad.