Torni Segarra

Seleccionar página
4137. Nada es todo negativo ni todo positivo. Todo es según el cristal con que se mire. Todo tiene su parte favorable o desfavorable: hay unos que están como locos por ir a vivir al campo o a un pequeño pueblo. Y hay otros que huyen del campo y de los pueblos. Y en los regímenes políticos -comunistas, dictaduras o democracias, capitalistas, fascistas, teocracias- les pasa lo mismo: todos tienen sus incondicionales adictos que todo lo encuentran adecuado y favorable. Y por supuesto, hay otros que aborrecen, rechazan y van contra todo eso que no sea lo que ellos quieren.
 
4138. Y es verdad lo que dices. Pero, parece que no vivas en el mundo. Cuando una persona se enamora de otra, todo lo encuentra bueno. Le pueden decir todo el peligro, lo negativo de su actitud, pero nada lo hará cambiar el estar enamorado.
Tú no estás enamorado. Tu amor es otro. Pues deja que los otros vivan su enamoramiento. Será mejor para todos. Pues, cuando uno está enamorado tiene una energía que es invencible. Ah, y todo el universo trabaja para él.
 
4139. La adicción no es la totalidad del placer porque engancha y esclaviza, nos confunde nos hace sufrir. Si no pudiéramos dejar el placer en su totalidad, no habría problemas. Pero todo en la vida se va y vuelve. Y es en ese período de tiempo donde se genera el dolor. Por eso, el desapego y la libertad con respecto a todo, es lo que nos trae el orden.
 
4140. ¿De qué pides el consejo? Si lo quisieras ya lo habrías pedido, ¿no?
Tal vez, es la soledad, encontrar un espacio, a alguien a quien poder contar algo de nosotros. O ni tan siquiera eso. Sino solamente tener un contacto con alguien. Es como cuando vamos solos mucho tiempo y coincidimos con alguien en el tren, el avión, en el autobús o en el taxi, y decimos algo por el mero hecho de hacerlo. Para que el otro nos responda como un ser humano que vibra como nosotros. Y ahí está el milagro de la vida: el estar relacionado con alguien, con lo que sea.
 
4141. ¿La reacción como respuesta psicológica no genera división y conflicto? De los retos que nos llegan, no se puede huir. Ni tampoco reprimir. Pues ese conflicto va a dejarnos sin confort, confusos, en desorden.
 
4142. ¿El confort si lleva consigo la ausencia de división, conflicto, confusión, no es orden y va a generar más orden? El caos –desorden-, si no huimos de él, trae su orden. Y la vida es ir del caos al orden, que a su vez vuelve a generar otro caos, en una dinámica que no tiene ni principio ni fin. El éxito está en no huir de esa dinámica. De lo contrario llega la locura y todo lo que podamos hacer con ella.
 
4143. Ese es el eterno problema del hambre y la miseria: que queremos que lo resuelvan los otros, las autoridades, etc. Pero ellos son como nosotros, están confusos, viven en desorden, son corruptos. Y por eso, son insensibles, indiferentes. Vivimos egoístamente, buscando entretenimientos para distraernos de lo que no queremos ver: los problemas, la pobreza, la miseria, el hambre, la violencia, la brutalidad, la crueldad, la guerra.
Por lo que, es uno que lo ve el que hace algo al respecto. Para ver un problema hemos de estar con él, no huir ni querer cambiarlo, ni tocarlo, solamente observarlo. Y de esa unión con el problema, es cuando surge la acción correcta que es orden. Ese orden es la comprensión de porqué somos tan egoístas, miedosos, impotentes a la hora de afrontar lo que nos parecen problemas. De manera que esa comprensión es la acción misma. Por lo que, el problema siempre es uno. Y es solamente uno –cada cual- el que lo tiene que resolver.
 
4144. Es un hecho que lo mismo que hay personas que dan su vida haciendo la guerra, que son glorificadas y son consideradas como héroes –el mismo hecho de hacer la guerra ya es aceptar la posibilidad de que te maten-. También hay personas que dan su vida, mueren, por no hacer la guerra, por no empuñar un arma para matar a otro ser humano igual que él. Todo es cuestión de preferencias, de necesidad, de sensibilidad a la hora de crear caos y hacer daño o no. Porque, ¿cómo podemos hacer algo que consideramos espantoso: matar a alguien, destruir la vida con la guerra?
 
4145. Quien tiene el culo de paja, piensa que todos se lo quieren quemar. Piensa el ladrón que todos también lo son. O todos pensamos en relación a lo que tenemos dentro de nosotros: si tenemos miedo, por todas partes vemos algo que nos da miedo.
 
4146. Eso es democracia total. Y no la mafia de siempre. La libertad, que es amor, es insegura para el egoísmo. Por eso, es que no queremos la libertad, ni la democracia verdadera. Queremos los clanes familiares, los terratenientes, los muy ricos y poderosos, todos hipócritas ladrones desde varias generaciones. Y cuando toda esa trama se pone en peligro nos ponemos rabiosos, brutales y crueles, dispuestos a todo para que vuelva el mismo sistema corrupto, inmoral, esclavista de siempre.
Para que haya libertad uno tiene que ceder, ha de saber perder, ser vulnerable. Y todo eso si no hay compasión y amor, es algo imposible.
 
4147. Diego. Hay algo que es maravillosamente reconfortante: tú eres yo, yo soy tú. Es decir, el observador es lo mismo que lo observado. Cuando eso se vive, uno deja de sentirse solo, aislado. Porque ve que toda la humanidad está participando del mismo drama de la vida. Puede que tengamos unos momentos, días, semanas, etc., de felicidad. Pero ese mismo saber que esa felicidad va a terminar, es lo que nos destruye. Porque el ser consciente del fin, nos exige que comprendamos toda la realidad de lo que es la vida, que comprendamos cómo opera el pensamiento, la mente. Ya que sin esa comprensión nos deprimimos al sentirnos solos, frustrados, abandonados.
Y tal vez, esa es la pared, el muro, que nos dice: por aquí sólo hay golpes, desesperación. Así que, el ver claramente algo es la misma acción. Si vemos un peligro inminente, el fuego que nos quema, ¿verdad que respondemos inmediatamente poniéndonos a salvo? Es cuando nos falta esa intensidad en el vivir, lo que hace que la vida sea toda una repetición rutinaria, pues  la belleza ha desaparecido. Pero si está esa energía por todo lo que es la vida, el interés por todo lo que sucede, que nos interesa, es un motivo de gozo y alegría.
Entonces, los hijos, la mujer, el compañero en el trabajo, cualquier persona que va por la calle, tienen un gran valor e importancia. Pues ellos son nosotros, personas que sufren y quieren lo mismo que nosotros, necesitan la misma medicina: afecto, cariño, comprensión y mucho amor. Y si eso es así no habrá muro ni pared que se interponga para que eso que necesitamos pueda llegar. Si llega a mí, llega a ti, llega a toda la humanidad.