591. ¿Podemos exigir a alguien que haga lo que no puede? ¿Cómo podemos saber lo que otro puede o no puede hacer? Además si hacemos algo que no podemos, si nos forzamos, entonces las cosas, ¿cómo van a salir adecuadamente, bien?
592. Los que creen en la guerra dicen que hay leyes a la hora de hacerla. ¿Es eso posible cuando se desata la locura por la que se lucha a vida o muerte? Los dos bandos que hacen la guerra saben que perderla puede significar la muerte, la vergüenza de ser vencido, humillado, por lo que se ven abocados a hacer toda clase de barbaridades atroces. Todo eso, en una dinámica de ataque y respuesta, de réplica y contrarréplica.
Además el único que va aplicar y a hacer valer esa ley va a ser el vencedor, por lo que sería como la última y definitiva batalla para destruir al enemigo. Ya que el vencido no tiene la posibilidad de denunciar al vencedor. Ya que el vencedor es la nueva ley, que la impone y administra.
593. La verdad no sabemos lo que es, pues cada cual tiene la suya. Vivir con todas las verdades de cada cual, sin enfrentamientos ni conflictos, es el arte de vivir.
594. La verdad no sabemos lo que es, pues cada cual tiene la suya. Vivir con todas las verdades de cada cual, con la verdad de la naturaleza, de la vida, sin enfrentamientos ni conflictos, es el arte de vivir.
595. Eso no basta para que hay felicidad, pues los problemas personales, psicológicos, de relación, no se solucionan con buenas palabras, caricias, sexo, etc. Ha de haber algo más que esa mera materialidad corporal, sensual, mundana.
596. Las variedades dependen de la necesidad y apetito de cada cual. Cuando hay una absoluta necesidad, esta necesidad crea su propia ley para conseguirlo. Ya que todo queda supeditado para conseguir eso que necesitamos, ya sea la comida, el sexo, el placer que necesitamos.
597. Esa es nuestra miseria humana: todos decimos que somos buenos, pero detrás de las palabras está el deseo egoísta, destructivo, agresivo y violento. Pero siendo así y todo, nos gusta exhibir las maneras y palabras como si fuéramos buenos.
Pero nadie puede ser absolutamente bueno, pues la vida es una lucha de todos contra todos, donde hay que defenderse. Pero la defensa y el ataque tienen los mismos resultados: el hacernos daño.
598. Las palabras no son importantes, pues no representan la realidad, son como chispas. Lo que cuenta son los hechos, lo que hacemos, si ayudamos y cooperamos con los demás.
599. Las cosas no son como creemos que son. Pues todo lo que sucede y hacemos podemos verlo en su parte positiva o negativa. Cuando estamos con alguien que es ignorante, estúpido, si nosotros no lo somos, nuestra energía va a llegar a ellos. Y eso les va afectar a ellos.
Pero la energía de ellos –los estúpidos- también va a llegar a nosotros. Por lo que solamente la unión entre ambos va a deshacer esa ignorancia y estupidez.
600. Si hay metas que conseguir, entonces estamos perdidos. Pues ese deseo de conseguir las metas, nos hace que planifiquemos, que hagamos una estrategia, para conseguir eso que creemos que tiene tanto valor. Por lo que nos dividimos del presente, del ahora, que son los retos que nos llegan. Y un reto siempre es lo nuevo. Y lo nuevo no se le puede abordar con lo viejo, que es la estrategia, con todo lo que ya hemos manoseado con la mente.
601. Y, ¿hasta que llegue esa mañana de la visión qué haremos, pues el mundo está ardiendo, nuestras vidas están ardiendo por el desorden y la confusión? ¿Se puede esperar un día, como una esperanza, para que llegue el orden, o el orden ha de ser ahora? Cuando sea, será en el ahora. Es la ilusión quien proyecta el cambio en el futuro. Pero el cambio del futuro no es cambio en absoluto, es la repetición del paradigma de división y conflicto, del pecado. Pues sólo en el ahora no puede haber pecado.
602. Mientras creamos que entre las mujeres y los hombres hay diferencias, no nos podremos conocer. Todos estamos unidos fatalmente. Porque todos lo que queremos es vivir, vivir sin dolor, sin problemas. Y eso nos hace que pisemos el mismo terreno obligatoriamente.
Por lo que todo eso de la división es como una antigualla, un folclore, un pasatiempo y entrenamiento con sus habladurías y chismes.
603. ¿Por qué? ¿Es qué están desesperadas, se sienten completamente aisladas, miserables, y el primero que se acerca las embauca?
Pero el dolor es la enseñanza, lo que tal vez nos despierta, y podemos encarar los retos y la vida armoniosa y adecuadamente.
604. Una esperanza es lo que ya conocemos. Y lo conocido es todo lo que somos: disputas, recelos, vanidad, envidia y celos, desconfianza. Por tanto, todo esperanza es más de lo viejo y conocido, lo repetitivo: todo lo que nos genera sufrimiento y dolor.
Pero si no hay esperanza alguna, es cuando nos encaramos al hecho con eso que somos: nada. Y desde esa nada, es donde puede llegar lo nuevo que no tiene nada que ver con lo viejo y repetitivo. Pero no nos gusta vivir con esa nada, ese vacío libre de condicionamiento, del pasado.
605. Cuando nos agarramos a algo, al perfume, al silencio, a alguien, cuando desaparece es cuando nos hace daño. ¿Pero, por qué es que nos agarramos? Si viviéramos plenamente cada momento, cada reto, es cuando seríamos libres y no sentiríamos la ausencia de eso que ha desaparecido.