* «El asunto es este: no puedo entender que muchos de los ateos que se pasan el día renegando de aquella religión a la que aún pertenecen, de manera oficial, no pidan un certificado de apostasía mediante el cual quedan borrados de las listas del arzobispado al que pertenecen. En personas a las que les da igual y no tienen esos prejuicios, como tu dices, puedo entender que ni siquiera se molesten en tramitar dicha solicitud, pero en aquellas otras que han convertido el ateísmo en una especie de cruzada contra Dios y la iglesia, con una obsesión casi enfermiza por su antigua creencia, sinceramente no lo entiendo. Imagínate que yo perteneciera a un partido político por el que me he sentido traicionada, yo no me conformaría con dejar de pagar la cuota, iría a la sede para que borraran mi nombre».
Todo eso es burocracia. Lo importante es estar libre de lo que te molesta. En este caso del ateísmo o de lo religioso.
* Para comprender algo, has de morir a lo que estás colgada. Es decir, un drogadicto sólo sabe lo que es no estar drogado, cuando descarta las drogas.
* Aunque las mujeres vayan con vestidos tapados, también se exhibían, se exhiben, para llamar la atención.
Pues lo que manda es el sentimiento interior. Todos tenemos sexo, que cuando se activa, puede ser como un sunami.
* Si somos iguales.
El sexo está ahí y hemos de jugar, vivir con él.
* La guerra es cosa de dos -y de todos-.
Mientras no lo reconozcamos, la guerra, las guerras, proseguirán.
* El deseo profundo es sobrevivir. Y ahí, entra el juego del miedo a morir.
* El respeto, debería ser la primera asignatura en la escuela. Y también debería ser lo más importante en el hogar, la familia.
* ¿Qué se puede esperar de unas personas, sometidas a las intrigas del poder -donde le daban poca importancia al respeto-? Donde la autoridad, puede hacer lo que le da la gana.
* «¿Qué tipo de personas te molestan?».
Ninguna. Porque las comprendo. Las amo.
Son como yo, aunque en un nivel diferente.