1377. Si Reza Ganjavi. El ver algo sin opción, puede que nos cause dolor. Pero ese dolor se convierte en la enseñanza.
Y por eso tiene tanto valor e importancia, porque aprendemos directamente, de primera mano. Donde uno es el maestro y el discípulo a la vez. Y lo que uno descubre nadie se lo puede arrebatar.
1378. Dios los cría y ellos se juntan: los de derechas materialistas descarados y su afán insaciable de devorar el dinero, el poder, la vanidad.
1379. Esperar que un naranjo haga membrillos, es la ilusión de los ignorantes.
1380. Mientras el ego, el ‘yo’, esté operando hemos de ser egoístas, ¿no es así? De manera que el problema no es preguntarse si la felicidad es egoísta, el problema no es si quiero ser egoísta. La cuestión básica, la realidad, es que soy egoísta, es que el ‘yo’ está operando.
Ahora bien, ¿qué voy a hacer con este ‘yo’, con mi egoísmo, voy a reprimirlo, a entrar en conflicto con él –lo que quiere decir que voy a seguir luchando, haciendo la guerra-? Por eso, lo primero es darse cuenta de la realidad, de los hechos que están sucediendo, sin huir de ello sino viviéndolo en su totalidad, de manera que haya una unión total con lo que está sucediendo. Si es así, si somos afortunados, entonces el orden que es inteligencia llegará, diciéndonos lo que hemos de hacer con respecto a la felicidad. Que es descartar lo negativo.
1381. Una mala racha o crisis es lo que nos altera ese orden que se había establecido como lo mejor para nosotros, nuestros proyectos, planes, deseos. Pero como en la vida todo está sometido al cambio, todo está cambiando continuamente, eso que creíamos lo mejor se trunca, se deteriora, desaparece, por medio de la corrupción, etc. Y entonces es cuando aparece la crisis, la mala racha, la desesperación, al encontrarnos ante lo nuevo y desconocido, ante la inseguridad, llenándonos la vida de dolor.
Pero eso, esas malas rachas que se suceden ya sean perceptible o no, siempre está ahí en nosotros como si fuera algo que nos acucia, nos conmueve, nos exige. Por lo que el dolor se convierte en el gurú, el maestro, la enseñanza.
1382. ¿Todo lo que imaginemos puede ser real? ¿Podemos imaginar que no nos moriremos, que siempre seremos jóvenes, que nunca fallaremos a nadie, que no seremos egoístas, celosos, no nos quebraremos cuando nos quitan o perdemos algo que le damos gran valor?
1383. Queremos sacar agua de donde no la hay. Pues todos esos personajes poderosos triunfadores, a costa de lo que sea, comen en el mismo pesebre. Ya sean dictadores y tiranos sanguinarios, reyes, presidentes, papas, grandes empresarios, banqueros, personajes muy influyentes.
1384. Dios ama pero consiente que nos maten y hagan sufrir, consiente los terremotos, las hambrunas, las epidemias, la pobreza, la miseria, consiente la ignorancia y la falta de inteligencia, las terribles enfermedades, consiente la ausencia de compasión y de amor, la violencia, el terrorismo, la guerra, con todo el horror y el dolor que eso supone, provoca.
¿No será que ese invento de dios, como todos los inventos que hacemos, es un quiero y no puedo, algo propio de nuestra pobreza y mezquindad?
1385. El principal problema que tenemos es creer que nosotros somos nuestros pensamientos. Cuando nos llega un pensamiento feo o agradable creemos que es sólo nuestro, lo hemos fabricado nosotros, somos nosotros solos los responsables.
Pero esto es una ilusión, pues nuestro pensamiento no es nuestro sino la suma de todos los pensamientos que forman la mente global. Si uno entra en un lugar donde hay unas personas que están completamente enfrentadas, irritadas, celosas unas de otras, o felices, alegres, festivas, mientras estamos con ellas actuamos como ellas de una manera fatal, y cuando salimos esas actitudes persisten un tiempo en nosotros. Es decir, que eso actúa como una epidemia mental.
Lo mismo sucede con las revoluciones, los cambios, las guerras, donde somos arrastrados por el vendaval predominante. Esto es así, porque tenemos miedo de enfrentarnos con la mayoría, tememos ser diferentes, originales, enteros, estar solos. Pues hay mucho que perder, tanto como la vida misma.
1386. Hay que ser muy macabro y cruel para destrozar el cuerpo de un animal torturándolo y asesinándolo violentamente, por placer y diversión.
1387. Si no soltamos lo que llevamos a cuesta -el pasado-, esa pesada carga nos destruye la vida. Pues la vida es relación, contacto directo con los demás, con todo lo que hacemos y nos relacionamos. Y para que eso sea una realidad hemos de estar libres de esa carga, haberla soltado, descartado. Para que la gran maravilla del ahora pueda ser, y con ella, la felicidad y la dicha.
1388. Venimos solos a la vida y nos iremos solos también. Si comprendemos eso lo que quiere decir, entonces todo el problema que puede ser la vida tiene otro sentido.
Es decir, todo el que nace ha de morir, pronto o tarde; todos estamos solos ante los dramas que nos llegan hasta que nos llegue la muerte; las personas no son nuestras -aunque algunas digan que sí en un momento de excitación- y nosotros no podemos hacer nada cuando desparecen, o mueren.
Es decir, todo el que nace ha de morir, pronto o tarde; todos estamos solos ante los dramas que nos llegan hasta que nos llegue la muerte; las personas no son nuestras -aunque algunas digan que sí en un momento de excitación- y nosotros no podemos hacer nada cuando desparecen, o mueren.
¿Por qué no queremos ser libres? Porque tenemos miedo. Por lo que el problema no son los demás que desparecen de nuestras vidas, los que se mueren. El problema soy yo que no comprendo la manera cómo funciona la vida. Y hasta que no lo comprenda viviré como un ser incompleto, dependiendo de los demás –aunque eso no vaya a resolver mis problemas de miedo ya sea a la vida a la muerte, a los demás-.