1670. No lo compliquemos, Carlos. Si tú fueras todopoderoso, un dios, serías perfecto, ¿verdad? Y por tanto lo que harías también sería la prolongación y la consecuencia de tu perfección. ¿Cómo siendo tú perfecto, vas a engendrar, a crear como crea un ingeniero una gran o pequeña máquina, la naturaleza, la vida, las personas, donde la consecuencia es el dolor?
Eso quiere decir o que las palabras no son lo que pretendemos decir, o que vivimos delirando, alucinando, diciendo que existe esto o aquello pero todo ello como si fuera un sueño.
1671. Sin ser libres e independientes, seremos como robots, máquinas frías e insensibles. ¿Qué puede hacer una persona indiferente por los más desafortunados, para que no vivan en la calle, sufran desahucios, tengan trabajo y el dinero necesarios para poder vivir con dignidad?
La libertad es el mismo derecho que comer, tener casa, trabajo, dinero. Pues un hombre libre, tiene las herramientas necesarias para no degradarse su vida, en la miseria, la desgracia, etc.
La libertad es el mismo derecho que comer, tener casa, trabajo, dinero. Pues un hombre libre, tiene las herramientas necesarias para no degradarse su vida, en la miseria, la desgracia, etc.
1672. Los hombres son violentos con las mujeres porque físicamente son más fuertes y pueden con ellas a la hora de luchar con violencia. Si las mujeres pasaran a ocupar el mismo lugar de los hombres, y los hombres el de las mujeres, también serían brutales, crueles, violentas.
Porque seguimos cohabitando con el animal, hay una parte dentro de nosotros, y cuando somos desbordados, se pone en peligro nuestra seguridad y sentimos miedo. Y ante esta situación de inseguridad y de miedo, lo que genera es defensa y ataque, es decir el camino de la violencia.
1673. Sin libertad aunque digamos que vamos a cambiar el mundo -sus mentiras, falsedades-, todo será blablablá. Sin libertad seguirán los pobres.
1674. La pobreza es la ausencia de libertad. Donde uno no tiene independencia para moverse, buscar, indagar. Solamente se es un preso dependiente.
1675. Lo que nos hace seres humanos es la libertad. Esa libertad es rebeldía, donde uno lo es todo: el hombre de a pie, el soberano, pobre, rico.
1676. La libertad es una gracia, un don, una dación sin nada a cambio. Pero unos le tienen miedo, ya que temen algo que perder. Son materialistas.
1677. Cuando uno ve lo que es la libertad, ya no puede vivir sin ella. Los demás son ciegos que quieren guiar a otros ciegos.
1678. Cuando uno ve lo que es la libertad, no puede vivir sin ella. Los demás son ciegos que quieren guiar a otros ciegos: van sin parar vulgares.
1679. La riqueza es la libertad. Los que temen la libertad necesitan el ruido, la confusión. Por eso siempre son siervos, esclavos. Con desorden.
1680. El desorden, la confusión, el ruido, es una adicción para no ver nuestro vacío, la nada. La libertad da espanto, pues es el espejo mirón.
1681. La libertad para que sea no han de haber límites ni inicios. Pues la libertad no está escrita en un papel para usarlo como negocio, moneda.
1682. Reducir el problema del hambre al más importante que tienen las personas más desafortunadas, es una superficialidad. Porque el hambre es el último escalón de toda una manera de vivir en desorden, en indiferencia, sin sensibilidad.
Ahí están los ricos, las monarquías derrochadoras e inmorales, todos los que las toleran y aceptan; también están los que viven para el dinero y lo que proporciona. De manera que si hubiera bastante comida para todos, los problemas que generan el hombre al persistir generaría otros problemas, otras lacaras: la explotación cruel, brutal de las personas condenadas a hacer posible que otros sean inmensamente ricos.
¿Cuál es el precio? El tratar a las personas como si fueran animales, el que ocupa un lugar de trabajo. Como consecuencia, llegan los accidentes laborables, las enfermedades nerviosas, mentales, las adicciones para poder soportar el estrés, las agotadoras jornadas.
Así que, si queremos que las personas vivan adecuadamente, no solamente han de comer, sino que también han de recibir un trato humano, digno, compasivo. Y eso se hace realidad absteniéndose de ser corrupto.
1683. Dos personas hindúes-paquistanas, iban cada día por la calle con un carrito de ir a la compra al supermercado. Pero iban donde había contenedores de basura. Llegaban, dejaban a un lado el carrito, sacaban un palo de casi un metro para remover las bolsas de basura, después lo usaban como soporte para que no se cerrara la tapadera del contenedor, recogían algo si lo había, lo ponían en el carrito y desaparecían con su caminar ágil, como si no se cansaran, aun pasando así todo el día recorriendo los contenedores de basura.
Se les veía sanos. A veces coincidían en un mismo lugar. Y entonces, se transformaban y empezaban a hablar de sus cosas, se apoyaban en la pared, en un conteiner y estaban charlando un cuarto de hora. En esos momentos, no tenían nada que ver con su trabajo, tenían tanta dignidad como un funcionario bien pagado.
Cuando decidían marcharse, cada uno partía ligero siempre en pos de lo que hubiera de sobra en los contenedores. Daba igual la hora: por la mañana, o por la tarde.