Torni Segarra

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1694. El amor es orden.  Pero ese orden no es de nadie, por eso no sabemos lo que es. Porque si supiéramos lo que es iríamos tras de él, nos generaría deseo, ansiedad, estrés; ya que nos agarraríamos a ello dividiéndonos de la realidad, de la verdad, de lo que es, siendo esclavos.
De manera que el orden es ir de lo desconocido a lo desconocido.  Y ese orden que tiene su inteligencia y autonomía propia, hará que nuestras vidas estén en orden. Es decir, en la máxima seguridad posible.
 
1695. ‘Sólo "cuerpos" nacen y mueren’.
Y nosotros somos esos cuerpos. Aunque hemos inventado el atman, el alma, la súper conciencia eterna, el ‘yo’ verdadero, etc., como consuelo ante el vacío, la nada.
Es una ilusión creer que los hombres son diferentes de los animales a la hora de morir y nacer, aunque nos hemos desarrollado mentalmente, en lo científico, en lo técnico.
 
1696. Cuando comprendemos que el ‘yo’ es un invento, este pierde toda su importancia y valor. Es como si tú me dices: ‘Yo hablo mentalmente con otras personas que viven a cientos de kilómetros de una manera fácil y sencilla’. Pero yo te demuestro que eso es un invento de la mente, un juego para obtener más poder, vanidad, para sentirse segura, para no sentirse sola ni aislada.
Entonces, si somos afortunados nos damos cuenta que el pensamiento inventa el ‘yo’ –como Nilan, Tomás, Satinder, Sunita-. Y a su vez, proyecta otras identidades creyendo que son reales ya que existen dentro de él.
Un hombre judío, cristiano, contó cierta vez que muchos días por la noche iba al Vaticano a hablar con el Papa. Él estaba convencido y allí –mentalmente- dialogaban.
 
1697. El hecho de agarrarse a algo, ya es locura, ya que uno vive esclavizado de eso a lo que se ha agarrado. Por eso, unos psiquiatras declararon que los que creen en dios tienen más posibilidades de padecer una patología mental, locura.
 
1698. ‘¿Cuál es la forma más fácil de entender el verdadero yo?’
Primero que nada no hay lo que se llama verdadero ‘yo’. Sólo existe el ‘yo’. Es como la energía que decimos buena o mala, pero que sólo es energía. La que la convierte en mala somos nosotros.
Para entender algo hay que encararse con ello desde todos los ámbitos de la vida cotidiana, donde todo queda expuesto, y el ‘yo’ no se puede esconder.
 
1699. ‘Cuando alguien muy cercano a nosotros muere, ¿qué es lo que "realmente" perdemos?
Perdemos la posibilidad de hablar con él, relacionarnos, la compañía y la ayuda. Pero cuando alguien cercano a nosotros muere, se produce un caos, al alterarse esa seguridad que nos da la repetición y la rutina. De manera que a unos los desfavorece, los hace entrar en crisis, confusión, angustia, depresión, dolor. Y a otros los favorece: al desaparecer alguien molesto, desagradable, etc.
 
1700. Si lo que hace uno es con toda su energía, con toda su sangre, los nervios, entonces sí es verdad que ahí no hay ningún esfuerzo. Y donde no hay esfuerzo -con su contradicción y conflicto- ahí está el orden, que va a generar más orden. Y el orden es lo que hace que la vida sea más soportable: libertad, justicia, igualdad, la ausencia de las castas con sus maneras corruptas que se dedican a robar el dinero que es de todos, que sirve para que los servicios sociales puedan funcionar adecuadamente.
 
1701. ‘¡En este mundo sólo hay una cosa que realmente puede hacer y eso es ser consciente!’.
Para ser consciente de todo lo que nos llega, todo lo que pasa, no hay que huir ni querer cambiarlo. Porque en la huida, en el tocar la realidad, la mente pierde su claridad, su inteligencia, llegando la confusión y el desorden.
 
1702. La libertad es el orden, es la posibilidad de liberarse y ser independiente -como una pareja deja una relación-.
Si no hay libertad viene la tortura del más poderoso contra el que no lo es. Si cualquier persona no fuera autoritaria, cruel, corrupta, no habría reclamaciones de libertad, de independencia. Son los opresores quienes generan la sed de libertad e independencia.
 
1703. El miedo, que es ignorancia, es lo que nos ha empujado a los largo de un millón de años. El miedo en el ámbito físico tiene su utilidad a la hora de salvaguardar el cuerpo. Pero cuando ese miedo pasa al ámbito psicológico, es cuando se convierte en el factor del deterioro.
Fue cuando empezamos a ser conscientes de lo que sucedía cuando llegó con el ello el miedo. Ayer pasé por un camino, que hoy tengo que volver a pasar, y un animal me quiso atacar. O ayer tuve una mala experiencia con una persona que hoy la tengo que volver a ver.  Y entonces, ese pasado es el que entra en acción interponiéndose con el presente que nada tiene que ver con el ayer.
De manera que nos dividimos del presente, estamos divididos internamente. De manera que la energía necesaria para afrontar el nuevo reto, que es hoy, el ahora, no llega en su totalidad. Apareciendo la confusión, el desorden, el caos, la anarquía, que son todos los deseos desbocados huyendo del insoportable miedo que le tengo al futuro, así como al pasado.