Torni Segarra

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2215. Pero esto quien no lo sabe es que no se entera de cómo funcionan las cosas. Esa necesidad de libertad, de independencia, no sale de la pared. El nacionalismo centralismo español lleva muchos años -siempre- haciendo lo mismo: humillar, maltratar, robar, despreciar, burlarse, de los catalanes -incluidos los isleños baleares y los valencianos-.

 

 

 

2216. El problema no es de la vida, ya que ella es como es. Si decimos que es adecuado rodearse de buena gente, y que eso es un buen plan, creo que eso es una opinión superficial.

¿Hay alguien que sea bueno de verdad, no un poco cuando  todo nos va bien? ¿Podemos pues ser buenos a todas horas, siempre? Y ¿qué es lo que conocemos por bueno, quién es el que lo va a decir, qué autoridad tiene para decirlo si él tampoco es realmente bueno?

 

Todos queremos vivir y para ello hemos de comer, satisfacer las necesidades de toda índole que tenemos. De manera, que como todos hacemos los mismo -conseguir lo que necesitamos o creemos necesitar-, la vida es un lucha continua, como un partido de fútbol, una competición. De lo contrario no podríamos comer, no podríamos llevar la vida que llevamos, aún sabiendo que esa competitividad nos hace crueles, violentos, asesinos.

 

Así que ese mismo deseo de querer rodearse de personas buenas, o guapas, inteligentes, cultas, etc., es ya un signo de división, de exclusión de los que no entran dentro de nuestro grupo, círculo, mafia. Y todo eso es la maldad que nos genera fragmentación, peleas, conflictos, violencia, crueldad.

 

 

 

2217. La derecha suele tragarse más basura, perder la dignidad. Pues ella suele ser mercantilista, necesita mucho para vivir. Es perdida.

 

 

 

2218. El problema es que sólo presentan el escaparate de las vanidades de las grandes ciudades. Pero hay mucho pueblerino.

 

 

 

2219. Tengo sesenta y cinco años, y nunca había visto algo tan bestial como obligar a dos niñas de cuatro años a pelearse, pegarse, con el consentimiento de sus madres, el vecindario, en medio de la calle. Y una de ellas negarse a hacerlo. Y su madre obligarla humillándola, empujándola para que peleara, fuera violenta. Se hicieron daño, mucho daño, esas dos tiernas niñas que vivían en un lugar miserable y pobre, inculto, que no tienen más que su miseria.

 

 

 

2220.¿Por qué nos preocupamos por la iluminación, si eso no tiene ningún valor ni importancia? ¿Cómo sabemos que estamos iluminados, libres? ¿Hay alguna relación de detalles que indiquen que alguien está iluminado? Y si la hubiera, quien la habría hecho tendría que estar iluminado ¿no? ¿Por lo que esa autoridad que conoce los detalles de una persona iluminada, tendría los mismo problemas que nosotros: no sabría si está iluminada o no.

 

Todo eso nos lleva al pensamiento, a la mente, que es la inventora, la ejecutora, de hacer todo lo que cree que más le conviene. Nosotros no soportamos la soledad, el vacío, la nada. Y para huir de esa nada, hemos inventado a los dioses, a los santos, a los gurús. Esa nada que nos hace neuróticos, desordenados, confusos, llenos de miedo, es lo que nos impela para que sigamos creyendo en algo que la mente ha inventado, pero que no es real, es una ilusión, un invento nuestro. Ser idólatras, creyendo en imágenes, estatuas, humanas o de animales, adorarlas, es el fruto del miedo y la ignorancia, que nos hace supersticiosos; y también es idolatría adorar, siendo sus seguidores devotos, a personas que están vivas y creemos especiales. Y ese miedo es también el que ha inventado las religiones organizadas, los salvadores, los profetas, los iluminados.

 

De manera que hasta en lo que se pretende que sea sagrado -limpio, no corrupto, verdadero-, está contaminado por la miseria humana -el miedo-. Tanto la ignorancia, la ilusión y el miedo, es lo mismo. Y es desde aquí, que es donde está la raíz de todos nuestros males: la división interna, que es desde donde debemos de empezar a observar, investigar, la manera de cómo opera y funciona el pensamiento, la mente. Pues sin conocernos a nosotros mismos somos meramente animales, que están completamente condicionados, programados, como las máquinas.

 

 

 

2221.Siento decirte, Mariano, que los políticos que tú describes que dices que tenían »un estilo de pensar limpio, transparente, humano, proclive a desterrar la injusticia, a hacer ‘que brille la luz entre los hombres’ y a revindicar el ser sobre el estar", ¿los has conocido alguna vez? 

 

Yo nunca he visto esas cualidades en los políticos ni en las personas, sus palabras sí que suenan claras, pero los hechos eso es otra cosa. No estamos hablando de caridad solamente, sino de solucionar los problemas de pobreza, de miseria, de los menos afortunados. Y eso si no se cambia la manera de vivir inmoral, corrupta,  de cada cual: tener mucho dinero, bienes, casas, ir de un lado a otro sin parar, dejar de ser fanático religioso, político, etc., nacionalista tanto grande como pequeño, todo queda en palabras nada más. Los hechos lo están demostrando desde siempre.