170. Antonio. No solamente la tolerancia va a generar orden. Pues la tolerancia sin una vida que no tenga nada que ver con la corrupción, no podrá ser. Es decir, lo que importa son nuestros actos, nuestra manera de vivir. Si nuestra vida es insensible, indolente, indiferente al dolor y al sufrimiento que generamos, entonces todo va a seguir igual.
171. El amor, que es libertad, es lo más peligroso porque no sabemos lo que es. El amor y la libertad es ir de lo desconocido a lo desconocido. Es decir vivir en la nada.
172. Por eso, la verdad siempre está cambiando.
173. Y los que se agarran a una verdad se hacen terroristas o guerreros.
174. La diferencia en el ámbito psicológico, espiritual, es una ilusión.
175. Pues el observador es lo observado.
176. Si necesitamos no salir de casa, eso está bien. Pero si nos escondemos, nos aislamos de los demás, entonces eso va a generar desorden en nuestras vidas, confusión y anarquía.
177. Las diferencias son superficiales. En lo básico todos somos iguales: divididos, en conflicto, luchadores, con miedo, por lo que siempre queremos ganar porque en ello nos va la vida.
178. Cada cual tiene su técnica para triunfar. Algunos son rápidos, otros lentos, sinuosos, llenos de intriga.
179. Desear siempre lo bueno, nos aleja de la felicidad.
Pues lo bueno, la felicidad, para que sea lo incluye todo, incluye a toda la realidad.
180. Cuando hay un enfrentamiento entre dos partes o más en disputas, luchas, conflictos, violencia y guerra, los que no quieran participar han de estar al margen de todo eso. Por supuesto que eso muy difícil, complicado, pues estamos condicionados para que nos identifiquemos en una cultura, religión, política, idea o teoría, que se antepone a la de los otros.
¿Es eso posible o es una ilusión más, algo que queremos pero no lo podemos vivir en la realidad de nuestras vidas cotidianas? Cada uno lo tiene que descubrir por sí mismo, libre de todo lo que nos han dicho los que dicen que saben.
181. Cuando hacemos alguna barbaridad, algo inaudito, es porque estamos desesperados, ¿no? Pues los asesinos violadores en serie, también tienen esa misma desesperación que nosotros pero a un nivel muy elevado. Es decir, esa desesperación es tan potente que hasta viéndola cómo se desarrolla y genera no se puede controlar ni salir de ella. Así funciona la adicción a la lujuria que algunos llegan a ser ‘Los asesinos lujuria’, que actúan con paroxismo, que es una enfermedad mental.
Es como si uno fuera en medio de una corriente de un río rápido que todo lo arrasa a su paso, y que uno ve lo que está sucediendo pero no puede hacer nada ni salir.
Por eso, la solución está en tratar el problema al principio, cuando está en sus comienzos, o en los síntomas.
La asistencia médica es algo que no lo puede controlar todo ni a todos, por lo que cada cual de nosotros ha de dar la mejor medicina y tratamiento que hay: generar orden en los demás. Y para ello, es preciso que lo tengamos nosotros mediante la compasión y el amor.
182. Todos podemos convertirnos en oprimidos o verdugos. De manera que la víctima pasa a ser verdugo y viceversa.
Así que hay que estar completamente atentos a todo lo que genera y se desarrolla en la mente. Ya que si se exterioriza en nuestros actos cotidianos se expanden y descontrola generando confusión, anarquía, desorden, violencia y guerra.
Insisto: todo eso es aplicable a todos y cada uno de los que participan en las partes en un conflicto.
183. Si todo eso está muy bien –son mentirosos- pero los asesinatos siguen estando ahí.
184. La experiencia enseña porque nos marca la carne. Aunque, desafortunadamente, esa experiencia no nos sirve de nada. Ya que la vida es en el presente. Y toda experiencia por enriquecedora que haya sido no sirve, ya que es algo que ya está muerto.
185. Pero todas las palabras y las descripciones bonitas se han de convertir en hechos. De lo contrario seremos hipócritas charlatanes, generadores de más confusión y desorden.