894. Podemos estar sin libertad, encerrados en prisión. Pero no se puede quitar la libertad interna. De manera que allá donde estemos allí estará la libertad.
895. No podemos huir del dolor. Pues la vida es sufrir. Lo que sí que podemos es no hacer un problema de ese dolor. Entonces el dolor, el sufrimiento, tiene otra dimensión. Pues uno no pelea ni lucha, ni hace un conflicto con la realidad, que es que el dolor es parte de la vida.
896. Tanto el pasado, como el futuro, deterioran la vida. Pues ese pasado y el futuro se convierten en una idea fija, establecida, que sanciona, al convertirse en una ley.
897. Tan utópico es la libertad como utópico es que un político no sea corrupto. Pero eso no es el problema. El problema es no reconocerlo, justificarlo con excusas, mentiras, marrullerías, para no dimitir, renunciar a su cargo. Lo que le acrecienta más sus actitudes corruptas, convirtiéndolo en un vocinglero, chabacano, que solamente va detrás del dinero, la vanidad, la egolatría.
898. Si los sueños se cumplen, entonces es que estamos acabados. Pues es como decir que hemos medido el infinito. Porque, ¿qué sueño no lleva en sí el infinito?
899. Digan lo que digan: tal para cual. Los dos son de la misma casta política: los que quieren mandar haciendo lo que haga falta. Y luego manteniéndose en el poder haciendo también lo que haga falta.
900. Si esto se lleva hasta el final, es hacer verdadera política. ¿Lo harán si ganan el poder?
901. ‘Está también el asunto de qué entendemos por “interés propio”, porque hay otra manera de verlo: ¿no será que el altruismo, la generosidad, el amor, la paz y todo aquello que carecemos en gran medida en nuestras sociedades sería beneficioso para nosotros, y nuestro interés propio, si tuviésemos la capacidad de verlo?’.
Negarse todo para qué cese el egoísmo, el beneficio propio, sería un bien espiritual, psicológico, humanístico. Pero todo eso no nos libraría del dolor, de la tragedia, de morir en el empeño por vivirlo, intentarlo.
Todo esto nos lleva a que cada cual tiene que encararse con la realidad sin el condicionamiento de lo que han dicho los otros sobre el poder vivir libre de beneficio propio, sin egoísmo, una vida de santidad y desapego. Ver qué hay de verdad y de falso en todo ello.
902. Los gurús sólo tienen sentido y valor si son como una señal informativa que indican dónde está una dirección. Todo lo demás va a general dependencia, apego, desdicha, sufrimiento. Ya que tanto el maestro como el discípulo se destruyen mutuamente.
903. La perturbación, el cambio, la crisis, no son connaturales con la vida. ¿Podemos olvidarnos de todo, vivir como animales –comer, dormir, reproducirse, pelear por todo-? Seguramente no podemos. Así que cada cual asume un nivel de implicación.
Por supuesto que Jiddu Krishnamurti lo pone todo patas arriba. Y por eso genera una profunda perturbación en las personas. Sobre todo en las que tienen una diferente afinidad con él. Pues abrir todas las puertas y ventanas, desnudarse, airear todo a los cuatro vientos, sin temor ni miedo al ridículo, es evidente que eso genera una perturbación.
904. ¿Algún sueño es capaz de librarnos de la amargura cuando nos hacen algún daño, nos libran de los problemas inherentes a la vida?
Por eso, Esther, los que dicen que los sueños se cumplen son vánales, superficiales, pues sólo rascan en la superficie de los problemas, que es la vida misma.
905. Gracias, Esther, por la oportunidad que ofreces para poder expresarme.
906. El ejemplo de que si en una casa se gasta más de lo que tienen, y no se puede devolver lo que deben, no se puede aplicar a un país. Pues todo país tiene los ricos multimillonarios, que son devoradores, máquinas de conseguir dinero. Pero que la mayoría defrauda a Hacienda sin pagar impuestos, teniendo ventajas laborales, fiscales, etc.
Por lo que, como sí que hay dinero de sobra para todos, el problema está en ¿cómo se hará para que sea legal, que funcione por la vía de la honestidad, la no corrupción, la ladronería, etc.? Para que, a sí haya dinero para lo necesario, para todos.
Para eso, los gobiernos deben de exigir implacablemente a los ricos defraudadores, sean quienes sean, que declaren sus ganancias, que paguen los impuestos sin excepción alguna.
907. Los caminos parecen diferentes, pero no lo son. Todos tienen lo mismo: obstáculos, complicaciones, alegrías, felicidad. Pueden cambiar los escenarios pero la trama siempre es la misma: la vida con sus dificultades, y el intento de solucionarlas.
908. Para decirlo más claramente, María Lucía: Nada por arriba para cubrirme ni nada por abajo donde sujetarme, pisar. Por eso, una persona que se conoce a si misma tiene compresión, compasión por todos, ya sean que vean las cosas como nosotros, como no.