Torni Segarra

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5912. Ese mundo interior, que parece único, es el mismo que todos tenemos: soledad, miedo, deseo de huir, satisfacción de los placeres, la enfermedad y la muerte que nos molestan.

 

 

5913. El final feliz debe de ser: ir siempre más allá de dónde estemos, lo que nos sucede, de lo que somos.

 

 

5914. Creo que la mejor sonrisa es interna, que se nota afuera, fruto de saber que lo que hacemos es lo no negativo.

 

 

5915. Bueno, ya sabemos que desde siempre vivimos en la mentira, y los que mandan también lo saben. La pregunta es: ¿Podemos vivir en la verdad, sin decir mentiras ni falsedades?

 

 

5916. ¿Cómo se puede vivir sin ’convencer’, si toda petición, solicitud, sugerencia, reclamación, lleva implícito en sí el convencer? Es decir, si nos dan lo que pedimos, si nos hacen caso, todo acaba ahí. Pero si no llega lo que pedimos, necesitamos, es preciso tener, entonces se pone en marcha el convencer, que puede ser por las buenas o por las malas.

 

 

5917. Y los que no quieren guerrear, los pacifistas, que sean consecuentes y se dejen matar como ovejas.

 

 

5918. Y los que no quieren guerrear, los pacifistas, que sean consecuentes y se dejen matar como ovejas.

 

 

5919. Cada uno tiene los amigos adecuados a su circunstancia y situación. Si eres muy honesto tendrás pocos amigos, porque no te podrán soportar con tu moralidad. Sí que tendrás amistades, que te saluden, etc., pero poca intimidad para poder inquirir, platicar, investigar.

 

 

5920. Si nos agarramos a alguien y no lo soltamos, por muchas cualidades que tenga, estaremos acabados, dependientes, esclavizados.

 

 

5921. Porque la felicidad no es lo contrario de lo que somos. La felicidad es vivir lo que somos, lo que nos llega, yendo más allá de todo eso que es la realidad.

Si hace frío la felicidad no es que llegue el calor. Si estoy cansado, la felicidad no es el descanso. La felicidad es vivir cuando nos toque en el frio; es vivir cuando nos toque estar cansados, yendo más allá de esas situaciones.

La felicidad es un estado inventado, lo que me gustaría que fuera, lo que nosotros queremos que debería ser. Y por eso, decimos: Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza. Porque la felicidad es pasar por esa tristeza, que también forma parte de la realidad, como la alegría, sin amargarnos ni convertirnos en neuróticos.

 

 

5922. La raíz de los temores, está en la división interna. Que nos hace que nos comparemos, que nos contrastemos. Uno es como es, pero no quiere ser lo que es, quiere ser más inteligente, tener más dinero, más conocimientos y para ello quiere viajar por todo el mundo.

Pero uno no puede huir de lo que es, es como si quisiéramos huir de nuestra sombra que causa nuestro cuerpo cuando estamos al sol. Y esa lucha entre lo que soy y lo que me gustaría ser, es la que genera el temor, el miedo, por no conseguirlo.

Pero si me atengo a lo que soy, a lo que hay, a la realidad, a mi realidad, entonces al no haber división, no hay conflicto ni miedo ni temor por el devenir, por el futuro que ya he dejado de preocuparme por él.

 

 

5923. La pregunta es: ¿por qué no tienen esos asesinatos la misma importancia, trascendencia que los franceses, o europeos, los americanos? Eso demuestra que nuestras democracias que creemos que son tan desarrolladas están anquilosadas, aburguesadas, no quieren ver nada de lo que ocurra si no es en su finca, su negocio, su país, su bloque.

Tienen los mismos males que los ricos: se creen especiales, los nuevos aristócratas para el tercer mundo subdesarrollado. Y por eso, quieren en todo un trato especial, empezando por las agencias de noticias, las televisiones, los diarios, los medios de comunicación.

Y claro, eso es otra forma de racismo, que ellos o no lo ven como tal, o no le dan importancia ni le hacen caso. Eso quiere decir, que habrá más agravios, más desconfianza, más ganas de cambiarlo todo. Y por eso, en el momento en que aparezca una idea organizada, con unos líderes, ellos les van dar su cuerpo y su alma,

Pero el ser humano no cambia, no aprende la lección. Eso sí, llora amargamente, rabia, brama a su manera para contaminarlo todo con su mal que cree único y lo más grave e importante, que hace temblar lo que toca. Pero por su desgracia no quiere cambiar su manera de vivir, su vida de corrupción e inmoralidad, que tanto daño y dolor genera y afecta en todas las partes del mundo.

 

 

5924. ¿Es posible luchar contra la pobreza si vivimos como los ricos, derrochando caprichosamente, malgastando toda clase de bienes: comida, aparatos, ropa, todo lo que usamos cotidianamente? La tierra es como una gran casa donde vivimos todos, nuestra casa. ¿Podemos en una misma casa vivir al mismo tiempo personas pobres que no tienen nada, enfermas tanto mental como físicamente, y personas que viven en el lujo, en la persecución del placer, el despilfarro, destruyendo toda clase de alimentos, que les sobra de todo, que prefieren que todo se degrade, degenere antes que darlo a los que no tienen nada? 

Y entre ese no tener nada, la pobreza, y el vivir en la riqueza, está también el creerse que todo lo que uno hace es lo mejor, lo adecuado, que uno es más importante por la actividad incesante que desempeña, por las ganancias económicas, las influencias y relaciones con el poder. Por lo que el abismo entre ricos y pobres, que viven en la misma casa, en el mismo mundo -la tierra-, es escandaloso corrupto e inmoral. Es decir, generador de crueldad, de dolor. Que jamás podremos imaginar ese tormento, tanto físico como psicológico, qué significa, cuál es la mella que hace en las vidas, en los cuerpos, en las mentes de las personas menos afortunadas.