Torni Segarra

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225. Aunque creamos o no que hay buenas personas, como es preciso vivir con ellas es mejor que las veamos así, aunque nos decepcionen.  Pues viéndolo en la parte positiva –sin ser un bobo, ni engañarnos- es mejor encararlo positivamente.
 
226. Lo que digan y  hagan los otros, sean quienes sean, no tiene ningún valor. Uno ha de pasar por eso, o comprenderlo de primera mano.
 
227. Sí, Isai, las descripciones correctas no cambian los hechos hasta que no los comprendemos.
Comprender un hecho es llegar hasta su misma raíz. ¿De dónde nos nace la maldad, los malos pensamientos, las malas acciones? Es porque tenemos miedo al dolor, al sufrimiento, tenemos miedo de que sufra nuestra carne. Y hasta que no comprendamos ese miedo y el dolor, seguiremos maldiciendo cada cosa que nos lleve al dolor, a la pérdida de confort: ya sea el frío o el calor, los ruidos del vecino, lo que nos dice y hace la persona que vive con nosotros; la persona, y sus maneras, que se siente junto a nosotros en el metro o el autobús. También está el dolor por el hambre que mata a millones de personas, el dolor de los que no tienen nada ni trabajo ni posibilidades de trabajar.
Y todo este dolor, al ser sensible y no indiferente, es el que hemos de comprender de manera que no le tengamos miedo a la vida. Y si es así, entonces seremos afortunados porque la dicha estará en nosotros.
 
228. El problema es hacer un problema del problema. Como el hacer un problema del miedo, de la inseguridad, de cada problema de la vida.
 
229. El amor no se puede medir, está fuera de todo lo mundano –y por eso también dentro, ya que lo engloba-. El amor está más allá de las descripciones, solamente se tiene que sentir, vivir.
 
230. ¿Podemos amar sin amarnos a nosotros mismos? ¿Podemos ayudar a otros a levantar un mueble si no tenemos fuerza?
 
231. Cuando algo no nos llega hemos de dar las gracias. Porque lo mejor para nosotros nos ha sucedido.
 
232. Si no dejamos a las personas que consideramos mejores, nos haremos sus esclavos. Y seremos de segunda mano, repetidores, sin vitalidad ni inteligencia.
 
233. Todo puede ser una bendición y una maldición, porque la vida es una unidad que no obedece a nuestra mundanalidad de lo bueno y lo malo.
 
234. Creer que podemos vivir sin hacer ningún daño, es una ilusión. Todos somos, de una manera o de otra, depredadores. Cuando lo vemos, comprendemos, asumimos, es cuando somos los menos dañinos.
 
235. El amor es la nada. Por eso cuando el amor llega, lo quema y aniquila todo. Sólo queda el amor y la nada del ahora que lo acompaña.
 
236. Cuando la inteligencia está operando, los consejos de prudencia, de buena conducta, lo políticamente correcto, no sirven para nada. Porque la inteligencia aunque ve el pasado y ve el futuro, no la condicionan.
Es como comer para alimentarnos, sin darle importancia, pasando de los sabores, olores, la preparación, etc., de eso que estamos comiendo. Siendo libre, no condicionada, siempre nueva.
 
237. El vacío existencial es una desconexión con la vida, con lo que tenemos a nuestro alrededor, ya sean las personas, los animales, la naturaleza. Entonces uno tiene que estar con eso, sin huir, viviéndolo, amándolo. Porque en la huida está la división, que es la misma causa de ese vacío existencial.
Cuando cesa la división, entonces ese vacío se llena de luz, de belleza, de gratitud y comprensión por vivir nuestras existencias.
 
238. El amor, que es la unión total entre las personas, todo lo quema para poder seguir siendo amor. Pero el resultado de ese amor no sabemos cómo va a ser. Porque el amor es lo nuevo, lo que nadie puede saber lo que es.
 
239. La comunicación no solamente es verbal, corporal. Hay una relación que es la energía invisible –vibraciones- entre dos personas, o algo que observamos. Y esa es la relación más interesante, sin filtros, ni disimular ni engaños.
 
240. El destino es la trama que podemos ver o no, que nos lleva por algo que parece un caos,  pero que es lo que nos hace que sigamos viviendo.
De esta manera, cuando lo vemos, la vida y cada cosa que sucede son como un milagro para que todo suceda para que podamos seguir como cada uno lo hace. La línea entre la vida y la muerte es muy fina, y van siempre juntas. El misterio está en cuando la muerte opera y ejecuta su trabajo.