Torni Segarra

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603. La duda llegado un momento se convierte en un errar de una mente caprichosa, saltando de una cosa a otra, de un  objeto a otro. Por eso, cuando nos damos cuenta, es cuando la mente se aquieta, se silencia.
 
604. La libertad implica errar, ser vulnerable. Y todo eso es lo que nos hace libres de responsabilidades neuróticas, vanidosas.
 
605. El vacío de Lao-Tse, como todo vacío, lo abarca todo. Si no, no sería vacío pues ya tendría algo.
 
606. ¿El amor se puede controlar, manejar, llamar? Si eso pudiera ser no sería amor, pues todo lo que controlamos es por miedo a perder. Es decir, el miedo es división, el imperio donde reina el ‘yo’.
 
607. El fin del ‘yo’, es el fin de la identificación. Es el fin de eso que somos: ese ‘yo’. Pero cuando uno está completamente solo quiere compañía, aunque sea la del diablo.
 
608. Los que dicen que han encontrado la respuesta a todo, es que o están drogados, o hipnotizados por alguna idea, teoría: el nirvana, la realización, la iluminación, el samadhi.
 
609. Todos los deseos, ya sean malos o buenos, terroríficos y macabros, todos los hemos de soportar. La cuestión está en la poda que hagamos en nuestra vida, en cómo cultivamos nuestro jardín.
 
610. La derrota es el dolor. Ya sea un obstáculo que se antepone, ya sea una pérdida. Y el dolor es el ordenador, lo que atempera, descarta con toda la radicalidad.
 
611. Una mente vacía es el infinito porque no tiene barreras ni fronteras. Pues está más allá de la división, de los opuestos, la contradicción.
 
612. Cuando la meditación es, uno es la totalidad. El más y más, o el menos y menos, no afecta ni altera. Sólo existe la conciencia, la percepción y la acción.
 
613. ¿Todos no dependemos de alguien? El problema no es la dependencia. Si no que hacemos con ella. Si somos honestos, conscientes de ella, sabremos a lo que tenemos entre manos.
 
614. ¿Él ya ha hecho limpieza de verdad en su partido? Pues él mismo también tenía problemas con una cuenta bancaria, que no aclaró en su día, desentendiéndose diciendo que eso era cosa del partido.
Y también trivializando el caso de un militante imputado, diciendo que su situación es compatible con su militancia y su actual labor en el partido.
 
615. Buda era la no violencia. Pero sus seguidores de Birmania son racistas crueles violentos. Por lo que todo es una mentira, explotada para sacar beneficios: dominar a las personas. La autenticidad, la honestidad, la veracidad, no cuenta, pues se trata de una religión organizada.
 
616. Todo nace en la mente, el pensamiento. Si no hay pensamiento que recuerda su condicionamiento, no hay nada.
 
617. Todo está ahí: la verdad, la mentira, la belleza, la fealdad, la crueldad, la compasión, el amor. El problema está en que eso que es favorable permanezca en nosotros. ¿Por qué todo lo bueno se va y vuelve caprichosamente? ¿Es posible que lo bueno –la compasión, el amor- permanezca siempre en nosotros?
El problema está en que lo que decimos que es bueno, no lo es, y lo que decimos que es malo  tampoco lo es, según nuestra escala de valores. Pues lo bueno y lo malo forman un bucle donde se ambos se realimentan. Los leones matan a un búfalo, y decimos que es crueldad, malo, pero ellos se tienen que alimentar con su camada, tienen cachorros que han de comer. Y han de controlar matando para que los búfalos no sean demasiados y hagan daño a la vegetación del lugar, que comparten con los demás animales.
Por lo que el bien y el mal se difuminan, se confunden entre ellos.
Ahora bien, ¿qué sucede si eso lo trasladamos a los seres humanos? El amor, que es inteligencia y sabiduría, sabe ver la realidad de lo que está sucediendo.
 
618. El placer no es un problema, pues él es gozo, es celebración, es partición armónica de todo lo que sucede. El problema es la persecución del placer. Pues cuando somos desbordados por el deseo insaciable, que nos hace brutales y crueles, con tal de conseguir otra experiencia de placer, es cuando estamos perdidos. Ya que actuamos como adictos con todas sus miserias, sufrimiento y dolor.
El placer se ha convertido en un negocio, lo que complica más su experiencia. Pues está el problema de la persecución del placer –del adicto- y del que se vende participando para proporcionarlo.