Torni Segarra

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924. La vida es como la vida misma de cualquier persona, ¿no? Entonces, si yo veo la parte buena de una persona, también tendré que ver la parte mala.
Así que, ¿para qué me tienen que ensalzar, si no me tienen que señalar mi parte negativa? Lo que hace que vivamos en la mentira, el engaño.
Así que la vida la disfruto tal y como es, en su parte maravillosa y en su parte horrorosa. Sin ensalzar ni recriminar ninguna parte.
Solamente los lacayos, los serviles, que no tienen dignidad, son los aduladores que dicen: éste es bueno, el mejor, éste otro es malo. Sin darse cuenta que el bien y el mal están interrelacionados, existen en comparación con el contrario,
¿Puede un máximo goleador de fútbol serlo él solamente sin la colaboración de todos los que participan en el equipo, incluido los cuidadores masajistas, el médico, etc.?
¿Podemos ver la perfección del cuerpo, sin  ver la imperfección de la enfermedad, de la impotencia ante los eventos físicos, como un todo? Y si es un todo, ¿para qué quedarnos en la parte?
 
925. Creo que ser feliz implica hacer felices a los demás. ¿Solamente haciendo felices a los demás, lo seremos nosotros también? ¿O la felicidad no depende de acción, actividad externa? ¿Podemos ser felices haciendo felices a los demás o eso es una sugestión, un condicionamiento religioso, moral?
 
926. Cambiemos nuestra manera de vivir y cambiaremos nuestra realidad. Pues lo interno es más poderoso y siempre se impone a lo externo.
 
927. La imitación, el seguir a otros, no es lo esencial para que se efectúe el cambio.
Pues el cambio siempre es de uno. Ya que hay personas que se rodean de personas que creen santas, sabias, a las que imitan, pero no se produce el cambio.
 
928. Los recuerdos, por serlo, son del pasado, son negativos. Pero el futuro, que es una  proyección del pasado, y del presente, también lo es.
 
929. ¿La imposición puede ser amor si genera conflicto entre lo que queremos y la realidad, lo que es, lo que está sucediendo? ¿El conflicto no es una pérdida de energía? ¿No necesitamos la totalidad de la energía para ser enteros, totales, holísticos, para que pueda ser el amor?
 
930. El amor es lo que siempre se está moviendo, ya sea en reposo o en la actividad. Por eso, el amor es siempre lo que hacemos, cómo lo hacemos, cómo vivimos.
 
931. ¿Cuándo nos conocemos a nosotros mismos, no conocemos a  los demás? ¿No somos todos básicamente iguales en lo psicológico: divididos,  con miedo, dispuestos a la lucha por no ceder, renunciar a algo que consideramos valioso?
Todos pisamos el mismo suelo, ya sean los cercanos como los lejanos, los gurús, los maestros, los salvadores, los incultos, superficiales, los que trabajan largas jornadas, los que no hacen nada, los oprimidos y los que oprimen, el pobre y el rico, etc., todos pasamos por lo mismo.
 
932. La vida es relación, tanto física, material, como psicológica. Sin relación no hay vida. Por eso, toda relación es la manifestación por la que el mundo y los que vivimos en él, pueden estar vivos. Es como la respiración, que sin  ella no se puede vivir.
 
933. Sólo muriendo al pasado, porque ha sido comprendido directamente -como el que comprende que el fuego quema- es cuando somos una totalidad interna en el ahora. Donde el pasado ni el futuro tienen valor alguno.
 
934. Uno tiene que verlo todo por su cuenta para no ser un esnob, seguidor de segunda mano. Uno es el discípulo y el maestro, y por eso no hay autoridad alguna a quien obedecer ni someterse.
 
935. Al final lo que queda es la necesidad. Y la necesidad tiene mucho que ver con lo que somos internamente. Esa necesidad es la que hace que uno esté a gusto o no en un ambiente donde no hay nada que obstruya a la libertad; donde no se usan palabras ofensivas, ni se está a gusto con la jarana.
Y esa libertad implica ir y venir, poder mirar en todas direcciones. Porque, ¿dónde hay esfuerzo puede haber amor?
Hemos de darnos cuenta que mis comentarios están determinados por los otros comentarios, al igual que la respuesta a una pregunta está determinado por esa misma pregunta. Por lo que no hay nada absolutamente original. Es como un jugador de fútbol que hace buenas jugadas, pero son sus compañeros que son buenos al darles los pases de pelota, y recibirla, para poder marcar goles.
 
936. En el amor las palabras nunca ni jamás no tienen ningún valor. Pues el amor puede ir más allá de las palabras; el amor, es la libertad total. Donde nada está escrito, determinado, y todo puede ser o no.
Y esa posibilidad de ser o no ser, es lo sagrado del amor. Pues eso es la unidad, la interrelación con todo lo que existe.