Torni Segarra

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1744. "Si sabes que vas a fracasar, entonces fracasa gloriosamente".
El fracaso, como el triunfo, es una mentira. Por lo que, lo que nos toque disfrutémoslo, sin importarnos nada lo convencional, superficial.
 
1745. Voy responder por tu segunda escritura, pues creo que servirá para aclararlo todo.
Tú has escrito: ‘Me contaron en una ocasión que los discípulos de Jesús le preguntaron con respecto a lo de comer o no comer carne. Él les respondió que lo que contaminaba al hombre no era lo que entraba por su boca, sino lo que salía de ella. Es decir, nuestros pensamientos, sentimientos, reacciones…. Todo esto es lo que contamina al hombre y al mundo. Y coincide con Krishnamurti’.
No somos conscientes que no prestamos atención de que existe algo diferente a lo que creemos lo real. Prueba de ello es que Jiddu Krishnamurti nunca comió carne, ni fumó, ni tomo café, té, ni alcohol, ni drogas. Por supuesto, que él sabía que todo eso también participa del vacío de la nada, y que por tanto todo estaba dentro de la normalidad del universo.
Pero los que no comemos carne, también sabemos que las respuestas nuestras a los retos que nos llegan tienen otra dimensión diferente. Que por la fuerza de los hechos, han de repercutir en todo lo que nos llega. Pues provocar una cacería para matar una gacela y comer, genera más desorden que ir a un manzano o coger unas cuantos para alimentarse.
Esto es el gran dilema de los filósofos, teólogos, etc., unos dicen que sí que existe el libre albedrío, mientras otros dicen que no.
Y dentro de esa dinámica de no saber nada también  se encuentra la medicina que no sabe qué es primero si la psique  –el pensamiento, la mente- o el soma –el cuerpo-. Es decir, es primera la visión del cuerpo que está perdiendo energía, debilitándose, lo que desencadena la depresión; o es la mente alterada, desordenada, la que afecta al cuerpo haciendo que enferme.
En resumen Teresa, la vida, lo que está sucediendo, se puede mirar y observar desde un punto de vista macro, donde la dimensión que vemos parece la correcta. Pero la vida, la realidad, también se puede ver desde un punto de vista micro, donde todo puede cambiar: un  grano de arena convertirse en un planeta, ver bacterias, microbios en la piel, en los objetos, que el ojo convencional no lo puede observar.
Así que, tanto el agarrarse a lo macro, como a lo micro, nos divide y nos genera toda clase de problemas, que son todos los problemas con sus miserias que todos padecemos.
 
1746. De la misma manera que el sabelianismo de CDC-ERC es rechazado por una parte, también el centralismo facha y carca de Podemos es aún más rechazado.
 
1747. Viendo a la señora Colau en un video llevando a su hijo atado en el pecho, en el frente de batalla, manifestándose contra los desahucios, con toda la tensión, el frío, poniendo en peligro su hijo, nos dan la información de qué van los de Podemos.
 
1748. ¿No les parece qué son demasiado exagerados atando de pies y manos a una mujer por un presunto delito de ayudar a su marido para evadirse de la prisión?
 
1749. No podemos saber por qué hacemos algo hasta que no ha pasado y hemos visto su resultado. Pues al negar la posibilidad de que el ‘yo’ opere, vamos de lo desconocido a lo desconocido. El ‘yo’, es lo conocido. Si el ‘yo’ desaparece, cesa su actividad, no podemos conocer anticipadamente lo que puede suceder: el resultado de nuestra acción.
Por tanto, nos hemos de entregar total y absolutamente a eso que estamos haciendo. Y el orden al operar ya se encargará de todo lo demás.
 
1750. Cuando conocí a Jiddu Krishnamurti y después de unos años leyendo sus libros, sólo había en Barcelona un Centro de Información Krishnamurti, donde vendían sus libros por correo, organizaban charlas, etc.; en Madrid creo que había otro parecido, que al final absorbió en los ochenta al de Barcelona. Todo esto sería por los setenta del pasado siglo. Y en Valencia no existía aún nada. En los ochenta estuve en contacto con unas personas que querían hacer reuniones, pláticas, pasar videos, etc. Y para ello se necesitaba un local. Un devoto de JK cedió un piso para poder reunirse. Por razones del destino tuve que ir a vivir fuera de Valencia, por lo que deje de estar en contacto con ellos.
Al volver, mis actividades habían adquirido tanta magnitud que no podía atender a nada más. Además de que había descubierto realmente quién era JK: un  ser humano corriente y normal, con todas sus miserias y sus luces, que tenía la facultad de ver más allá de donde ven las personas superficiales. Es decir, todos somos más o menos que otros, según con quien nos comparemos.
JK –hijo de una familia de devotos hindús- fue un juguete del destino de unas personas que creían en un nuevo advenimiento del Instructor del Mundo, que lo eligieron a él. Lo prepararon en todos los ámbitos, desde la infancia, con el consentimiento de su padre.  O sea, que el oficio de JK era el de ser Instructor –gurú o maestro- del mundo. Y para millones y millones de personas, lo consiguió en sus noventa y tantos años que vivió.  
Teresa quiero aclararte que vivía, como ahora también, en Sueca que dista unos treinta kilómetros de Valencia.
 
1751. ‘Es mil veces mejor tener sentido común y sin educación,  que tener educación sin sentido común’.
La educación, los buenos modales, tienen su sentido, su momento y su lugar. Pero ante la verdad –que es amor-, realmente no tienen ninguna importancia. A un  hambriento no le importa si los que le sirven la mesa son muy educados o no, tienen cultura o no, solamente necesita que le traigan la comida adecuadamente preparada para comer.