Torni Segarra

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631. El orden, el fin de la confusión, es de dentro hacia fuera. Mientras estemos divididos internamente, habrá confusión, desorden, conflicto. Por lo tanto habrá violencia, no habrá paz.
 
632. El despertar es no necesitar nada. De tal manera que existe la posibilidad de que todo pueda llegar.
 
633. El deseo saber, o de no saber, el más y más, el devenir, todo es fruto del tiempo, que es el pensamiento, la memoria. Todo eso, el pensamiento, la memoria, sus deseos inacabables, es el pasado.
Y el pasado nada nuevo nos puede traer, sino más de lo mismo: fragmentación, división, con el ahora, lo que está ocurriendo. Por lo que va a generar confusión, desorden.
 
634. No seamos superficiales, infantiles, la vida puede ser una dicha, llena de belleza. Pero también puede ser algo feo, horrible, siempre cruel.
En el momento que nos hicimos conscientes de la realidad de lo que somos, llegó el dolor y aún sigue aquí en cada uno de nosotros. 
 
635. Estamos de acuerdo, Louis: nunca ha sido el tiempo de seguir a nadie. Es de la única manera que podemos generar orden. Pues solamente de la experiencia directa, de primera mano, es cuando se aprende, se puede ser libre. Y la libertad es amor.
 
636. La venganza no soluciona los problemas. La venganza es el placer de ver sufrir a una persona que nos ha hecho algún daño. Pero paradójicamente ahora nosotros también se lo queremos hacer a ella. Por lo que, le obligamos también a que ella vuelva otra vez para que se vengue del daño que le hacemos –si no ella directamente, su familia, parientes, amigos, etc.-. Y así en una dinámica que no tiene fin.
Pero así es como vivimos. Y claro cuando nos toca perder a nosotros,  bramamos, chillamos, queremos movilizar a todos para que nos auxilien. Así que, si somos lúcidos, serios, si somos  sensibles, habrá que salir de ese paradigma del ojo por ojo y diente por diente,
No solamente por el bien de nosotros, sino por el bien de los de la próxima generación que van a recibir, heredar, lo que les leguemos.
 
637. La dependencia es oscura. Pero cuando vamos más allá del borde de la mente, ahí también hay luz, está la propia luz.
 
638. El Satguru -el que ha visto lo supremo de verdad- aún forma parte de maya –ilusión-, porque es un enganche de la mundanalidad con la existencia. Cuando la iluminación, la liberación, es autosuficiente, porque es el vacío, la nada. Y nada necesita.
 
639. ¿Dónde hay esfuerzo con su crueldad puede haber compasión, amor? ¿Por qué si tenemos amor vamos a obligar a los demás cruelmente, con violencia, para que hagan lo que no quieren?
Si obligamos a que hagan algo los demás sin  ellos quererlo, ya que no lo entienden, se generará la dependencia, la esclavitud, la miseria interna, el sometimiento, el dolor. Pero si entienden, ese entendimiento les hace libres. Y por eso, llenos de sabiduría.
 
640. Lo descrito, las palabras por bellas que sean, por sugerentes y enaltecedores de optimismo, de seguridad, no son lo descrito. Los hechos no son palabras, pues están más allá de ellas.
Cuando las palabras describen algo, como forma parte de la realidad, siempre está cambiando. Por lo que no nos podemos agarrar ni a las palabras, ni a las ideas ni teorías, ni a lo que se está diciendo, pues eso está todo muerto, es el pasado.
Del presente, del ahora no se puede ni escribir ni hablar, solamente cada cual lo tiene que vivir directamente dentro de él.
 
641. En el momento que se genera desorden, hagamos lo que hagamos para salvar a los demás, al mundo, ya se convierte en absurdo. Porque en el desorden hay confusión, anarquía, caos, sufrimiento, dolor.
 
642. Europa y EE.UU., hicieron mucha fuerza apoyando la anarquía fascista hace justo ahora un año. De ahí la revuelta, las matanzas, más anarquía, el miedo de los más débiles, los diferentes, que por la fuerza de los hechos se querían liberar del fascismo.
Ahora toda esa complacencia y anarquía no resulta, ya que ha llevado a la guerra. Por eso, ¿qué quieren ahora? Si parece que ya no hay solución. Pues quien planta arroz, cosecha arroz.
 
643. No estamos hablando como científicos, lo hacemos como personas que queremos descubrir la verdad de los hechos, de lo que sucede. Por tanto, la pregunta es: ¿Puede el ‘yo’ cesar en su actividad y desparecer definitivamente para siempre?
 
644. Toda práctica, método, para llegar a la verdad, ¿no es una ilusión? Pues esa misma idea de lo que es la verdad, ya la niega. Por eso, cuando alguien quiere describir la verdad, eso no es, eso no es.