* “La atención no es algo que se aprende en la escuela a través de la concentración o en los negocios. Atender significa asistir con el cuerpo, con los nervios, con los ojos, con los oídos, con la mente, con el corazón, completamente. Haces eso cuando hay una tremenda crisis en tu vida, cuando algo demanda toda tu energía, vitalidad y atención. La vida demanda atención cada minuto, pero estamos entrenados para la inatención, y siempre estamos tratando de escapar de la inatención a la atención. Entonces preguntamos, ‘¿Cómo voy a asistir? Soy perezoso.’ Sea perezoso, pero esté totalmente atento a la pereza. Esté totalmente atento a la falta de atención, sepa que está completamente distraído. Entonces estás atento”. JK.
Cuando esperamos a alguien con el que hemos concertado una cita a una hora, en un lugar, y no llega, se desencadena una crisis de confianza, de recelos, de odio, contra el que tiene que venir y uno mismo. Pero si no huimos, sino que nos quedamos con esa frustración de que no llega la persona que había de venir. Llamamos por teléfono, le enviamos un WhatsApp, pero no hay respuesta.
Entonces puede suceder, que vayamos más allá de toda esa historia tan desagradable y llega esa paz que tiene igual de todo. Y no hay deseo. Si llega bien; si no llega bien.
Atender, estar atento, es ser obediente a lo que el universo infinito nos envía -eso no quiere decir que somos perezosos, indiferentes-.
* “Cuando una mente está anclada a una creencia, dogma, creencia o ideal, la acción inevitablemente genera conflicto y contradicción. Luego la acción no es inocente y clara. La acción clara sólo es posible cuando no hay contradicción ni confusión”. JK
Podríamos decir que la creencia o ideal, son mentiras. Por ejemplo, Santa Claus, los Reyes Magos, que engañan a los niños, son mentira. Son una creencia popular, fantasiosa.
* “Niños con una familia disfuncional; donde las peleas cotidianas son norma; la falta de atención, cuidado, amor y respeto se convierten en adultos. Estos adultos, entonces, buscan y anhelan amor y atención en cada persona que conocen, siendo finalmente vulnerables al mundo vil”.
Luego los responsables, los culpables, es el mundo vil. La responsabilidad es de cada uno de nosotros.
* ‘El amigo Segarra siempre está justificando a su querido yo/ego’.
¿Podemos deshacernos del ego, del ‘yo’? No unos minutos, o unas horas tomando drogas, meditando, etc. Si no que, desaparezca para siempre y no vuelva.
* El problema es, que como el ego no puede desaparecer, has de luchar contra él.
Lo que quiere decir que te divides, haces un conflicto, una guerra creyendo que vas a acabar con el ‘yo’.
Y así llevamos un millón de años.
* ¿Por qué no haces la paz, en vez de la guerra con el ego? Pues el ego es divisivo, conflictivo. Y las guerras no se ganan -no pueden ganarse-.
Así que hay que hacer la paz, para que la división y el conflicto, la guerra desaparezca de nosotros.