* La ley de la vida: para que vivan unos, han de morir otros.
* ¿Seguro?
El más pequeño necesita más cuidados, que el grande. Por eso, en este caso más comida.
Pero la naturaleza no es así: se ha visto que un polluelo que nació unos días después del polluelo que nació el primero. Recibir picotazos, maltratos de su hermano mayor. Debilitándolo. Y cuando llegaban al nido sus padres con comida, el mayor ponía la boca abierta y sus padres le ponían el alimento.
De manera que, el polluelo pequeño tenía una debilidad extrema. Por lo que el hermano mayor, le pegaba picotazos, hasta que lo echaba del nido cayendo entre las ramas al suelo.
Los padres llegaban con un pez vivo, agarrado con sus garras. Y lo destrozaban a picotazos, estando vivo. Eso demuestra que la naturaleza, es la ley del más fuerte.
* Algunos campos de los arrozales, ya habían sido segados por las cosechadoras. La tierra fangosa, con su paja en sus hoyos y los surcos vacíos, que las ruedas de la cosechadora hacían en el suelo.
Había un gran contraste de colores, entre el arroz madurándose brillante, con el sol y los campos segados. No había nadie en los arrozales. Pues, el arroz cuando se madura no hay que tropezar con él, porque los granos de las espigas si las rozas pueden caer al suelo.
Había un peligro: la temporada de tormentas del final del verano, fuertes lluvias y vientos, con sus granizadas y pedregadas. Por eso, cuando se empezaba a segar cada día, ya no paraban hasta las once de la noche.
Nosotros estábamos a unos metros por encima de los arrozales, en una carretera asfaltada por lo que nos servía como mirador. Unos cuatro kilómetros enfrente hacia el este, hasta llegar a un cerro alto como un caballón de piedra que dividía los arrozales y el mar.
Y por los lados, unos centenares de kilómetros en dirección, norte y oeste. El lugar donde vivíamos, estaba rodeado de arrozales. Fue su única riqueza, con las hortalizas, las naranjas, hasta la llegada de la maquinaria, la industria y el desarrollo.
* Sólo existe el mismo tipo de personas: quiero ser bueno, pero no puedo; lo digo, que quiero cambiar para ser bueno. ¿Pero lo somos con todas las personas?
Pongámonos a prueba y lo comprobaremos.
* La belleza interior, es el amor por toda la humanidad, todo lo que existe.