* El que provoca el desorden, afecta a todas las situaciones.
Pues el desorden genera desorden.
* No sólo la protección ha de ser para un país que nos es simpático -por política, interés estratégico, por dinero, etc.-.
En todas las guerras, hay que proteger la infancia y a los adultos. Pues si solamente se defiende a un país, estamos haciendo la guerra contra otro país o países.
* Si hay comprensión de la realidad, ¿por qué hay que hablar de rendición, de victoria, de derrota?
Donde hay amor esas palabras sobran, no se usan.
* “Pacífico es aquel que no se preocupa por tener más o menos, libre de nombre y fama, libre de penas del mundo y principalmente de sí mismo”. Rumi
¿Puede la humanidad que vive con el ego, el ‘yo’, estar libre mentalmente de toda maldad, miseria -celos, envida, odio, maledicencia-?
* Pero si todos tenemos algo de locura. Solamente hace falta que nos molesten, para que la reacción sea de loco.
* Los deportes con sus victorias y las celebraciones, las disputas por el poder, el copiar a los más desarrollados. Todo eso, hace el creerse protagonista de una situación extraordinaria y excepcional que no se acaba nunca. Pero la factura llegará en modo de más desorden, confusión.
* «Solía cuidar a la gente, ahora me suelo cuidar de la gente. (Lo entenderás más tarde)”.
O sea, ya estás acabado. Ahora a hacer vida burguesa.
* Podemos estar libres y no.
La cuestión es: ¿Es posible que el ego, no opere nunca más?
* Primero que nada, las mujeres todas son iguales. Necesitan afecto, cariño, sexo. El problema está cuando sólo idolatramos a una. Porque, eso quiere decir que rechazamos a todas las demás.
La reencarnación eso es un invento de los que tienen miedo de morir.
No hay un ‘yo’ grande. Sólo el ‘yo’ común a toda la humanidad.