676. Si vamos a matar a un árbol, ¿para qué cortar cada una de las ramas, si podemos ir a la raíz y la arrancamos, la cortamos?
677. Solamente podemos ver la realidad, lo que es, lo que está ocurriendo, y tener una actitud de gratitud. Porque siempre podría ser peor de lo que es.
678. Cada cosa que hacemos va a beneficiar a unos y a perjudicar a otros. Una vez que vemos la verdad de eso, es cuando nos damos cuenta que es preciso que en la inacción hay acción total, con su orden.
679. La verdad es la verdad. Y la verdad es la libertad absoluta para poder hacer lo que se quiera. Pero ahí está la consecuencia esperándonos.
680. ¿Nos damos cuenta que uno es mejor que otro pero solamente en relación a ese otro? Pues nadie puede ser absolutamente bueno, afortunado, excelente en sus maneras, éxitos. Por eso, si no hay contraste, comparación, la noción de lo bueno, lo malo, lo regular, no podrían ser.
681. También está la casta de los periodistas, sin dignidad, que saben las banalidades que escudriñan y publican. Su coartada, al igual como la tenemos todos, es que tienen que comer, sobrevivir. Por eso, todos estamos en el mismo barco de la supervivencia. Y hemos de hacer lo necesario para que no se deteriore, vaya a la deriva y se hunda.
682. Gracias, Dolores por tu claridad en tus palabras.
Estoy de acuerdo contigo.
Sólo necesitamos tener presente que: La verdad es la verdad. Y la verdad es la libertad absoluta para poder hacer lo que se quiera. Pero aquí son las consecuencias esperándonos.
Con afecto.
683. ‘¿Qué podemos nosotros, como escritores espirituales hacer para protegerse de la inminente confrontación entre extremistas islámicos y su guerra declarada en el resto del mundo?’.
Primero que nada para comprender un problema hemos de verlo desde distintas perspectivas, verlo en toda su extensión y complejidad. La protección, la seguridad, no existe. Pues la vida es la absoluta inseguridad.
Nosotros no sabemos lo que nos va a deparar el futuro. Pero sí que sabemos dónde está el desorden, que es división, confusión, conflicto. Por lo que hemos de ver la causa de esa división que hay en todos nosotros. División es miedo. Y desde ese miedo se desencadenan todos los problemas.
¿Puede esa división y ese miedo desparecer por completo? Sólo desaparece cuando lo que hacemos nos interesa, nos implicamos en ello con toda nuestra energía. Y entonces, esa totalidad de la energía genera orden, que no es ni suyo ni mío ni de nadie. Y aunque ese orden genere caos, sigue siendo una consecuencia del orden que está más allá de nosotros y nadie puede alterar ni manejar.
Pues el caos y el orden, se suceden en una dinámica que no tiene fin. Por lo que el reto es salir fuera de esa dinámica de acción y su respuesta. ¿Podemos responder a un reto de manera que no genere más desorden y caos, violencia, guerra, con sus muertes, su espantoso horror, su dolor?
684. Cada momento y situación tiene sus problemas. Cuando miramos hacia atrás –medio millón de años- y vemos como vivíamos, no era ni mejor ni peor. Pues lo mejor y lo peor lo generamos en la comparación, cuando comparamos lo que somos y tenemos, con cuando no lo teníamos. Antes de descubrir el fuego, como no se conocía nos las apañábamos sin él. Pero una vez empezamos a manejarlo para calentarnos y preparar los alimentos, ya veíamos algo imposible el tener que prescindir del fuego. Y así pasó con la rueda, y todos los inventos que hemos creado, que sin ellos no podemos vivir.
Y así en el futuro, cuando miremos atrás, diremos y preguntaremos asombrados: ¿cómo podíamos vivir de esa manera tan atrasada, tan precaria, tan pobre? Pero eso es algo que no tiene fin. Por lo que uno tiene que vivir con lo que le toca, sabiendo que por mucho que corra, se esfuerce y actúe, siempre habrá algo que conseguir, creyendo que con ese nuevo descubrimiento nos va a resolver los problemas.
685. Los apegos son las prisiones que no se ven, pero que nos encierran. Pues al apegarnos a algo, nos aferramos a ello como si fuera una necesidad de la vida, para poder vivir. Por supuesto que existe el apego, el aferrarse a los alimentos, a la ropa, a la casa donde vivimos. Pero ese no es el problema. El problema es no ser libre de lo que soy, del ego, del ‘yo’ –mi apellido, mi país, mi cultura y religión, mi tendencia política, el ser mujer u hombre, etc.-.
686. El amor es la magia que convierte la miseria, los problemas de las personas, en algo que ya no es. Mejor dicho sigue siendo la miseria humana, pero ya no molesta porque no la vemos como tal, sino que es algo connatural de la vida. De manera que ya no vivimos en el conflicto de lo que soy y lo que quiero ser.