716. Es el ego el que quiere, el que pide, pero enseguida dice que eso no es correcto. Y también dice que decir que eso no es correcto, también es incorrecto. Por lo que vive en una confusión continúa. ¿Qué hacer entonces si haga lo que haga va a existir la parte, el ‘yo’, sancionando, evaluando, contrastando?
Sólo podemos ver todo lo que sucede dentro de nosotros, sin reprimirlo, sin querer cambiarlo, ver todo el tiempo lo que está pasando sin hacer nada. Pues en la inacción hay acción total. Descúbrelo y verás lo que sucede.
717. La superación de nuestro ‘yo’ -que es lo que somos- sólo puede ser si a la vez no vemos el ‘yo’ de los demás. Si yo persigo a alguien, lo quiero destruir, ahí está operando el ‘yo’, viendo solamente el ‘yo’ del que quiero eliminar. Es decir, el ‘yo’ obstruye que me vea como un ser humano y me obliga también para no ver la humanidad de los demás. Pues mientras esté el ‘yo’ y sus obsesiones, que son inventos, a las personas no las veré como tal, sino su condicionamiento: político, religioso, hembra o macho, pobre o rico, negro o blanco, creyente o no. Y ésta es nuestra miseria porque nos hace asesinos.
718. Para hacer una barbaridad espantosa se tienen que conjugar varias circunstancias para poder hacerla. Es como en una bacanal que se entra pero no se sabe lo que va a suceder y cuando va a terminar. Pues las personas nos cegamos, vemos pero sin la fuerza para poder descartar esa monstruosidad, hasta que algo o alguien nos despierta. Pero el daño ya está hecho. Complicándolo todo si ese daño ha sido perpetrado colectivamente, por una multitud.
Por eso, es peligroso el asociarse, hacer una mafia, pues la crueldad y la brutalidad, los asesinatos, se institucionalizan, creyendo que son legales.
No hay vacuna, pues los que un día fueron víctimas en otro momento u ocasión se convierten en verdugos, intercambiando los papeles.
719. Sin exterminar, acabar, con el ‘yo’ –todo lo que es, lleva consigo-, no puede haber éxtasis. O lo que es lo mismo, sin el fin de todo lo que obstruye la inteligencia y la sabiduría, no puede haber éxtasis.
720. La primera lección de amor ¿no es vivirlo? Porque para darlo hay que tenerlo. Y tenerlo es hacerlo posible, vivir con el amor.
721. El cambio es una acción como otra. Lo único que necesitamos para cambiar es la energía para hacerlo. La energía llega cuando la necesidad y el cambio son lo mismo, de manera que el cambio y la acción de cambiar son lo mismo. Es como cuando nos damos cuenta que teníamos que ir a ver a alguien, pero estábamos distraídos con las actividades, y en ese mismo instante de darnos cuenta que tenemos que ir a hacer una visita está toda la energía del cambio. Pues el ver claramente algo es acción, es cambio.
722. ¿Alejarse de esas personas es eso posible si ellas van a la caza de ti? No ves el mundo el camino que lleva: están enfrentados, vivimos de espaldas de los otros, de los menos afortunados. Y los menos afortunados también dan la espalda para que no se resuelvan los problemas y haya paz. Por lo que, por la fuerzas de los hechos, vivimos en guerra.
Estamos divididos entre religiones, culturas, economías: la musulmana, la cristiana. Las dos se agreden y dañan de manera que hay guerra con todo su horror. No solamente en el campo de batalla, sino en cualquier lugar puede estallar la violencia y su crueldad, con su respuesta. Por lo que vivimos en la inseguridad total –como siempre, ya que la seguridad no existe-.
Los que hacen las leyes no sirven pues ellos mismos son contendientes y sus leyes serán injustas, favorecedoras de su acción, de su guerra. ¿Nos damos cuenta dónde estamos, Ad Gut-Gar?
723. Si te aferras a una idea aunque camines toda tu vida para liberarte no podrás. Ya que te convertirás en un dogmático fundamentalista.
724. Si no vamos más allá de las ideas, entonces todo es absurdo. Pues las ideas son la memoria, el pasado, el pensamiento y su invento, que es el ’yo’, todo viejo y repetitivo, que se antepone al presente, lo que está ocurriendo ahora.
725. El problema es hacer del pasado un problema. Es decir, el problema de las ideas es hacer un problema de ellas: agarrarse, aferrarse a ellas.
726. Ahora hace falta acabar con el terrorismo económico corrupto, inmoral, que mata millones y millones de personas inocentes. Y que nadie dice nada, todos lo asumen como algo normal, como cuando llega el verano o el invierno.
Pero no nos olvidemos, esa indiferencia puede hacer que surja otro terrorismo. Pues nada sale de una pared en blanco.
727. Cuando más pase el tiempo va a ser peor, pues se les va a ver los trapos sucios -enredos, tejemanejes, corrupción- que tienen. Ellos, como estrategia, se erigieron como los limpios, los santos para ponerse en la peana. Pero santos y limpios no podemos ser. Hay unos que lo son más que otros, pero todos de una manera o de otra, somos corruptos –mentirosos, ocultando, engañando, haciendo las cosas de manera para siempre sacar un beneficio sin importarnos el perjuicio de los demás-.