737. El problema es que alguien que acepte y se atreva a estar 23 años en un cargo público, demuestra que no se entera de nada de lo que se tiene que enterar: que somos egoístas, corruptos, aprovechándonos creyendo que todo es nuestro, creyendo que todo se nos está permitido, perdiendo la educación, el sentido del ridículo.
Parece inconcebible pero así lo es. Por eso, una persona que sea honesta, lúcida, cabal, no acepta estar en un cargo público tanto tiempo. Pues la corrupción le da nauseas, le ahoga su hedor.
738. Ese es el problema, que el pobre no quiere resolver los problemas, sólo quiere vivir como los ricos. Y para ello, ha de hacerse rico, o hacer lo que hacen los ricos: robar, aprovecharse de los pobres, los menos afortunados.
739. Antes de crear un Nuevo Orden Mundial para la humanidad, hemos de crear ese orden en nosotros, en nuestra manera de vivir de cada día.
¿Es ese orden una realidad en nosotros?
740. Es muy difícil comprender y asumir que también nosotros somos responsables de la corrupción que hay en todas partes. Pues nosotros, para poder sobrevivir, también hemos de ser corruptos.
O sea, que la corrupción es negar nuestra propia corrupción. O ser indiferente a ella. Pues cuando uno la ve, la asume, entonces hay un cambio en nuestra conducta, nuestra manera de vivir.
741. Sí, es verdad pero el fin de este siglo queda muy lejos. Nos estamos refiriendo al presente, al conflicto entre los islamistas radicales, que actúan violentamente, y todo del mundo occidental, cristiano, que también responde violentamente. Lo que provoca muertes, invasiones, terrorismo, dolor. Y eso está sucediendo ahora.
¿Qué podemos hacer los que no queremos que se resuelvan los conflictos con violencia, muertes, guerra?
742. ¿Estamos seguros de que hemos cambiado o es un cambio superficial? ¿Cómo responderíamos ante un reto impactante: una agresión, una invasión, un robo con su brutalidad y violencia, donde todo lo que consideramos importante, sagrado lo quieren destruir: nuestra libertad de poder vivir como lo hacemos?
743. En un tiempo, antes de tener ordenador, me ocurría lo mismo: cuando leía algo de Jiddu Krishnamurti me quedaba lleno, saciado, contento. Pero cuando participé por primera vez en los grupos como este, toda esa agradabilidad de leer a JK, se volvió como un tormento, una lucha, por intentar informar, explicar, convencer a los otros que yo creo que no están de acuerdo con la verdad de las enseñanzas de JK.
Aunque después de los últimos años, me he dado cuenta que es precisa la disensión, la discusión, el desacuerdo, ya que eso forma parte de la vida. Por lo que, cuando siento la participación como una carga, dejo de hacerlo. También sucede lo mismo cuando se discute hablando directamente con una o varias personas en un lugar, paseando, asistiendo a un conferencia o diálogo. Pues las palabras tienen escaso valor para transmitir lo que está más allá de ellas.
Pues la verdad no es sólo nuestra verdad. Y por eso, como el amor, la verdad es tan peligrosa, ya que es la libertad total y absoluta para poder observar, mirar, indagar en todas direcciones.
744. Hay un momento en que la palabra democracia, la igualdad, no tiene su sentido que le damos. Pues la acción directa es la libertad total. El problema está en que se entienda o no por los demás. Pues una solución a un reto a veces sólo la tiene uno, que es lo que se impone.
745. Federico. Eso es lo que tu esposa y yo intuimos en las discusiones y diálogos: que puede acabar con insultos, crueldad, brutalidad.
746. La solución debe ser grupal siempre que pueda ser. Porque la verdad de uno puede que sea la verdad de otro. Lo importante es ir más allá de la disensión. Como se dice en términos deportivos aceptar la ‘derrota’. Y si podemos ir más allá de la disensión, es cuando llega el acuerdo grupal. Que es la ausencia de división y conflicto.
747. El arte para que sea ha de ser el resultado de la liberación interna. Por eso, para poder observar el arte hemos de estar libres de perjuicios, prejuicios, culturales, religiosos, políticos, etc. Pues esos perjuicios, son los obstáculos, que nos impiden ver el resultado de la libertad absoluta.
Los nazis al surrealismo le decían que era el arte degenerado. Pero paradójicamente ese arte que ellos no querían, lo hacían los que no comulgaban con sus ideas, ni lo que hacían, eran sus enemigos.
748. Para poder perdonar hemos de comprender lo que sucedió. Y lo que sucedió es un fragmento, un trozo, de la realidad de lo que es la vida.
De manera que ese trozo de lo que sucedió está conectado, relacionado, con todo. Cuando se lanzaron las bombas en Hiroshima y Nagasaki, causó una hecatombe humana. Pero una de las causas que esgrimieron los que las lanzaron fue el acortar la guerra, sus matanzas y sufrimientos. Y por supuesto, aunque no lo dijeran, lo que querían también era vencer -que es el motivo final de toda guerra: destruir al que se considera que es el enemigo-.