Torni Segarra

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366. No solamente nos hemos perdido alguna vez, si no que seguiremos perdiéndonos. Pues a la vida no se la puede gobernar, vivir a la carta, hacerla de diseño.
 
367. Cuando corremos rápidos en un coche, vemos muy poco de lo que está pasando a nuestro alrededor. Y entonces, todo eso que no captamos ni vemos, es lo que nos perdemos que también forma parte de la maravilla de la vida.
 
368. Si la vida no nos obligara a hacer lo necesario para poder sobrevivir, no haríamos nada. La vida está constituida de manera que si no hay dolor no puede funcionar. El dolor es la autoridad, el policía, que nos dice que algo no hacemos adecuadamente,
 
369. Si hacemos una guerra contra la guerra, el resultado seguirá siendo más guerra, ¿no? Además los que vencen en una guerra, no tienen nunca paz, ya que los vencidos se quieren desquitar, no aceptan su derrota. Así que, de una manera o de otra la guerra prosigue sin fin.
 
370. Para que no nos obliguen tiene que operar la inteligencia. Pues sin inteligencia hay ilusión, ignorancia, confusión,
 
371. Este es el gran dilema, problema: lo que yo quiero y lo que quieren los demás. Uno quiere vivir donde ha nacido, pero otro que llega de otro sitio también quiere vivir. Y entonces hay un choque de culturas, de costumbres, de manera de ver la realidad.
Y así es como todos vivimos: cuando llega un nuevo vecino, un nuevo empleado donde trabajamos, es cuando empiezan los problemas. ¿Por qué surgen los problemas? Porque el que llega no es lo bastante respetuoso, y él que recibe al que llega es demasiado egoísta y no quiere ceder lo que cree que sólo es de él.
Da igual que sean las situaciones y problemas entre los indios y los europeos que llegaban, inmigraban a América; los inmigrantes que llegan a Europa; o los que se desplazan dentro del país donde viven, han nacido. Todos tienen el mismo problema: compartir lo que se tiene; y adaptarse a lo nuevo, la nueva situación, los retos.
 
372. Si no hay seguridad, como no la hay en absoluto, ¿para qué controlar, preocuparse de lo que sucedió en le pasado, o pasará en el futuro?
La seguridad no existe porque no podemos controlar ni manejar la realidad y sus maneras de la vida. Pues la vida –que incluye a las personas-, es ingobernable.
 
373. ¿Por qué las autoridades no limpian la casa, el patio, etc., para que el lugar sea más higiénico, saludable?
 
374. ¿El perdonar tiene sentido si comprendemos lo que está sucediendo, lo que hacemos o nos hacen los demás? Cada persona actúa impelida por su condicionamiento, su programación, que es su superstición, su creencia religiosa, política, de una idea o teoría psicológica, mental. Y todo eso, que es el depósito de la memoria, que incluye a nuestra memoria, cuando recibimos un reto, es lo que responde.
De manera que si un niño, nuestro hijo, que vive con nosotros, se enfada porque no le prestamos la atención necesaria y es desobediente, nos falta el respeto, ¿le podemos exigir que nos pida perdón? O, ¿estamos obligados los padres a pedirles perdón?
Finalmente, el pedir perdón es una norma convencional, una excusa, que se supone que cuando se dice es de buena educación. Pero eso es superficial. Pues el perdón tanto el que lo da, como el que lo recibe o exige, ha de nacer y sentir internamente. Aunque de todas maneras, si lo vemos en profundidad, tanto el pedir, como el recibir perdón no tiene ningún sentido. Puesto que lo que se ha hecho ya no se puede deshacer, retroceder para cambiarlo.
 
375. La disfunción psicológica es creer que uno puede comer de todo, destruir alimentos vivir ociosa y caprichosamente, derrochando, mientras los otros que son los menos afortunados son explotados, viven en la pobreza, sin poder atender a sus necesidades básicas.
La sociopatía de los ricos está en no ver que se les está provocando a los pobres la ira que les puede llevar a un estallido social, con su confusión y violencia. Y despachar todo el problema, diciendo que los pobres, los  más desafortunados, están subdesarrollados mentalmente. Por lo tanto, tienen que evolucionar poco a poco. Lo que demuestra la falta de sensibilidad, su indolencia, la falta de compasión y amor.
 
376. Mira por donde esa necesidad de atención hacia todo lo que observamos, que nos da confort y nos quita la ansiedad o la desgana, es lo que nos libera del ‘yo’. De manera que la necesidad se convierte en virtud: en lo que conocemos como amor.
 
377. Esperemos que todos los carcas supersticiosos se enseñen a comportarse para no ofender a nadie. Y de la única manera, es dejar fuera del ámbito público las creencias personales que siempre nos dividen de los demás que también tienen sus creencias.
¿Siempre ha de ocurrir algo gordo: un cambio de personas más honestas, humanas, auténticas para que llegue lo nuevo y barra con las tonterías de los viejos? Por lo que se ve, es preciso. Sin un cambio radical de los viejos y anquilosados que mandan, que no se enteran de nada, ya que se han aburguesado y lo tienen todo cubierto, todo seguirá como siempre: la repetición de la manera absurda de vivir que tanta crueldad y brutalidad genera, que impone sus superficialidades y creencias por  patéticas que sean.
La sencillez, el orden y el amor todo es lo mismo.
Esperemos que los que no se enteran de nada, abran los ojos y vean que es mejor vivir de manera que nadie se sienta rechazado ni ofendido. Pues todos, absolutamente todos somos iguales. Y para que esa igualdad pueda ser real, viva, activa, dinámica, no han de haber privilegios de ninguna de las maneras de unos sobre otros.