Torni Segarra

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761. "Te conviertes en aquello en lo que crees".
Eso es una ilusión. Pues ¿cómo puedo ser guapo si no lo soy, rico si soy pobre, descastado?
 
762. "Puede que debas pelear una batalla más de una vez para ganarla".
La batalla de la vida ni se gana ni se pierde, solamente hay que vivirla.
 
763. Para no llegar a la situación de Venezuela o cualquier otro país, los ciudadanos han de generar ellos mismos el orden que quieren que el gobierno establezca. No puede haber orden -ausencia de corrupción y anarquía- si los ciudadanos en cada acto de sus vidas no lo generan.
 
764. Respecto al consenso, que comentan Víctor y Alejandra, sólo es preciso que lo haya en cuanto a que dos más dos hacen cuatro. En el ámbito psicológico el consenso solamente es posible con un acuerdo tácito entre las personas. Por lo que tanto el consenso, como al disenso, tienen una posibilidad infinita.
 
765. Para que el pensamiento cese y pueda operar la inteligencia, la división ha de cesar. Por lo que, si no huimos del hecho de que el pensamiento no puede traer la inteligencia, ahí está el cese de la división al estar con ello sin hacer nada al respecto. Y por tanto, eso es la llegada de la inteligencia.
 
766. El fin del esfuerzo llega cuando no hay ni fricción ni conflicto. Es decir el fin del conflicto es el fin del ‘yo’.
 
767. Hemos de ser realistas, por mucha voluntad que tengamos siempre habrá algo que no se puede conseguir. Queremos una persona a la que vemos bella, inteligente, y queremos tener una relación, vivir con ella. Pero eso no está en nuestras manos, en nuestra voluntad, ¿verdad? Pues hay muchos factores que son incontrolables, inmanejables, para conseguir nuestros intereses.
¿No es la voluntad la actividad del ‘yo’, disfrazado de necesidades que le impelen a agarrarse a algo que tienes que conseguir, sea como sea? La voluntad, el esfuerzo, es una disfunción mental. Porque dónde hay  armonía para qué queremos la voluntad.
 
768. La mente no puede comprender el vasto espacio en el que usted existe, porque es infinito. Y el infinito no tiene explicación mental. Es como ver que hacer algo imposible es absurdo. Y entonces, pasamos de eso.
 
769. Por eso, cuando vemos todo el vasto panorama de la realidad, la voluntad, su empeño, su esfuerzo, cesa. Porque nos damos cuenta que todo está unido, conectado, interrelacionado.
 
770. Cuanto más profundizamos en lo que son nuestras vidas, es cuando descubrimos que la gratitud es lo que nos conforta. Pues todo podría y puede ir a peor de lo que es, de lo que nos sucede,
 
771. Todo jardín, a pesar del esmero y cuidados del jardinero, está sometido a los eventos climáticos, naturales,  y a las consecuencias de la vida.
 
772. Ese es el reto, vivir entre el fuego sin quemarnos. Y para ello es preciso estar atento a lo que sucede dentro y fuera de nosotros. Pues el peligro –el desorden y la confusión- siempre está ahí en nosotros en el mismo momento que dejamos de estar atentos, y nos volvemos distraídos.
 
773. La política no puede solucionar los problemas de la vida. Porque la política en sí es divisiva, fragmentada, por lo que genera enfrentamiento, lucha, con su confusión y desorden.
Es como si cada uno estirará hacia sí una cuerda, cuando habría que estirar todos en la misma dirección para poder ir a un sitio: la honestidad, la no corrupción, la justicia, el afecto y el cariño.
Pero eso no puede ser, porque el político necesita conseguir el poder para poder poner en práctica y ejecutar su idea, su plan, que cree que va a solucionar los problemas. Por lo que todo se convierte en una competición, una lucha, con todo su desorden, conflicto, crueldad. Tal cual como sucede en el fútbol u otro deporte, actividad donde se precisa la competición.
¿Por qué, si nos respetáramos tendríamos que vivir de esta manera tan brutal, competitiva, mintiendo, con prácticas corruptas, diciendo una cosa pero haciendo todo lo contrario?
Ahora bien, la política tiene su sentido y su lugar, gestionar los servicios que necesitamos para vivir: las carreteras, hospitales, escuelas, todo lo meramente técnico, doméstico, práctico. Pero para que eso pueda ser, ha de haber orden. ¿Y de dónde va a surgir ese orden si no es desde cada cuál, desde dentro de nosotros?
 
774. Queramos o no siempre hay un motivo para hacer algo, la acción. Eso se ve en nosotros: si no tenemos un motivo, una excusa, no hacemos nada. Ya sea atacando como defendiendo.
Por eso, en las relaciones entre las personas cuando alguien hace algo contra otro, los dos participan de la responsabilidad del resultado. No asumir este hecho, es generar desorden, confusión, más desdicha y miseria. Pues nadie es el absolutamente culpable de lo que nos sucede, ya sea que nos lo hagan o lo hagamos nosotros a los demás. Todo está compartido. Otra cosa es asumirlo y vivirlo.