378. El vacío existencial para poder soportarlo no hay que huir de él, ni querer cambiarlo, solamente estar con él, junto a él, como si fuéramos amigos. Y entonces ese vacío existencial nos cuenta su secreto, lo que es, por qué es.
379. ¿Puede haber otro sentimiento más poderos que la libertad, de ir y venir donde queramos, cuando lo necesitamos? No lo hay. Y ninguna ley ni sanción, ningún obstáculo ni impedimento lo puede contener, prohibir, oponerse.
Todos los dictadores y tiranos, siempre han querido reprimir, dirigir, guiar, por donde ellos querían y les interesaba a las personas. Y ninguno de ellos ha triunfado ni se ha salido con la suya. Primero, el resto del mundo los ven como apestados, locos, que no pueden salir de su país. Luego, a medida que la presión y la energía van aumentando, la respuesta interna de los que los sufren empieza a operar con sus revueltas, anarquía, revoluciones violentas.
380. ¿Cuándo amamos, no nos estamos amando a nosotros también? El amar puede ser a las personas, a los animales, a los vegetales, al agua, a la tierra, las montañas, el aire, el cielo, etc. ¿Y cómo podemos, si estamos en esa corriente de energía de amor, no amarnos también a nosotros?
Cuando hacemos algo es porque sentimos una gratificación física, psicológica, espiritual, es decir tenemos un beneficio propio, aunque da igual que digamos que lo que hacemos por amor a los demás. Eso sería tanto como pretender comer sin tener apetito, o dormir sin ganas, ¿verdad que no saldría bien, no sería posible?
Por tanto, la falta de amor propio es una ilusión, un invento de la mente de las personas que se auto compadecen.
381. Volver a la Segunda Guerra Mundial para reclamar como compensación de algo que los que mandan ahora no son responsables, ¿no parece una banalidad, una superficialidad, un castigo, con todas las consecuencias negativas?
A no ser que un ladrón le quiera robar a otro ladrón. Y entre ellos anda el juego, se las arreglan, se entienden. Pues la política, como la vida misma, tiene sus rarezas. Que parecen incomprensibles para las personas ajenas a los tejemanejes de los políticos.
382. ¿Hay un cerebro argentino, francés, inglés, español, ruso, catalán, etc.? ¿Hay alguna diferencia psicológica básica entre una persona de pelo negro o rubio, rojo o castaño? ¿Hay alguna diferencia entre una mujer y un hombre, entre un fuerte y otro menos, entre alguien de talla alta o baja? No hay ninguna, pues todos pisan la misma tierra de la soledad, de la angustia, del dolor por no comprender esta vida y todo lo que nos lanza, genera, provoca.
La misma ilusión, la misma creencia en la diferencia entre las personas es el rasgo que nos iguala a todos. Todavía vivimos en el paradigma depredador, ya que queremos vencer, triunfar, dominar, por lo que hemos de hacernos los más fuertes, los más poderosos. Pero esa estrategia y programación, no nos trae la paz ni la ausencia de conflictos, violencia. Y en este ámbito es cuando el ‘yo’ es el director de nuestras vidas.
Pero el resultado de la ignorancia es ese ‘yo’ divisivo, que ha creado este mundo tan caótico, con sus divisiones en todos los ámbitos: nacionalistas, religiosas, políticas, económicas, raciales, culturales.
Los neurólogos, los psicólogos, los psiquiatras, con los gurús y maestros, los salvadores y líderes, etc., dicen que tienen la solución a todos los males que nos destruyen con su amargura. Pero ellos mismos también padecen la misma enfermedad del enfermo que pretenden curar: pues al no haber diferencia entre nosotros todos somos deficientes mentales: estamos divididos internamente. Y que por la fuerza de los hechos, nos genera el conflicto entre el ‘tú’ y el ‘yo’, entre el observador y lo observado.
Por lo que, primero que nada nos hemos de dar cuenta de quiénes somos –no lo que me gustaría ser-, no huir de ese hecho de que vivimos en la ilusión que nos divide. Y a partir de esa unión con lo que somos, el orden llega, opera.
383. El hecho de negar algún peligro tiene su sentido para salvaguardarnos el cuerpo, etc. Pero negar y rechaza la verdad, la realidad, lo que es, es el mayor peligro en que ponemos nuestras vidas. Es el veneno que nos ha envenenado a todos. Pues cuando rechazamos los hechos, nos dividimos, nos fragmentamos de la realidad, de lo que está sucediendo. Abriendo la puerta a todos los males, problemas, conflictos entre nosotros, con todo lo que existe.
384. El turismo es como una terapia para aliviar los males del hombre moderno, urbano, agobiado por su manera de vivir en las grandes ciudades. Es como una excursión campestre, de montaña, o en un bosque, pues hay libertad y tiempo para ir hacia lo desconocido que es hacer lo que a uno le da la gana. Pues los turistas llegan a un lugar desconocido o que no habitan habitualmente, y ahí, empieza el espectáculo de la vida: descubrir lo nuevo para poder salir de la rutina de lo repetitivo.
Otra cosa es cómo lo llevan a cabo, cuál es el resultado. Y eso depende de cada cual: del orden o no que tenga en su vida.
385. ‘Usted se encontrará la grandeza a tu alrededor, sólo si reconoce la grandeza dentro de ti’.
¿Cuándo decimos que conocemos algo –el amor, la grandeza, la belleza-, cómo sabemos que es eso verdadero? No lo podemos saber. Sólo podemos descartar lo que no es. Pues si hacemos de una opinión, una idea, un hecho en el tiempo, se convierte en algo repetitivo, muerto.