Torni Segarra

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 5293. ¿Nos hemos olvidado que para que las mujeres pudieran votar, tuvieron que desafiar las leyes carcas, fachas, de aquellos momentos? Y les decían que todo aquello era ilegal, que estaban locas, que su sitio estaba en la casa, etc.

Y, ¿qué dicen de no trabajar los sábados, ni trabajar como un animal de sol a sol?

Somos olvidadizos, eso quiere decir que vivimos como burgueses, que somos egoístas, con las cuentas bancarias repletas de dinero, etc.

 

 

5294. ¿Atreverse o es obligada a la aventura de la vida?

 

 

5295. ¿Puede existir verdaderamente un santo, una persona santa? ¿O las personas, no pueden serlo por la fuerza de los hechos de la vida de que para vivir unos han de morir otros, empezando por comer, para subsistir, pasando por el poder, la autoridad, que se impone con su brutalidad y crueldad que genera?

 

 

5296. Para un creyente en la divinidad, todos son iguales, lo mismo: los buenos y los malos, lo bueno y lo malo –la fortuna y las desgracias-. Pues todos son hijos de dios. Además los deseos de dios son inescrutables, por lo que nos debemos de abstener de emitir juicios sobre los demás. Y menos aún sobre la divinidad.

 

 

5297. Eso si es que nos damos cuenta de quiénes somos ahora; y de cómo éramos cuando éramos niños.

 

 

5298.  El sabio los es porque hay otros que saben menos que él, en cualquier ámbito de la vida. Pero fuera del ámbito de la vida convencional, cotidiana, no sabe nada. No sabe cómo se inicio el misterio de la vida, ni cómo funciona más allá de lo evidente. Ni sabe en última instancia el por qué de las desgracias, y la vida tan amarga, que todos sufrimos.

 

 

5299. Si estamos completamente atentos, es lo mismo hablar como escuchar. Pues al ser todo una unidad, no hay división alguna en nada.

 

 

5300. Las causas del dolor emocional son muy claras: la no aceptación, ni comprensión, de la realidad de lo que es la vida, nuestra vida. Pues ya tenemos el programa de cómo ha de ser nuestras vidas. Pero como la vida, y sus misterios, son ingobernables ella hace lo que tiene que hacer con nuestras pobres, mezquinas y desgraciadas vidas.

 

 

5301. ‘En los Cielos se vive bajo una sola Ley, y es en realidad la única que existe en la Creación, que es la de la Compasión’.

Pues esa palabra compasión habrá que revisarla, porque el único cielo que hay es el de aquí en la tierra, que es también un infierno. ¿Tiene algo de compasión el que haya terremotos, inundaciones, erupciones de volcanes con su contaminación, etc.; el que nazcan personas con una enfermedad incurable para toda su vida; el que el hombre haya sido diseñado para ser una fiera para defender su vida, para que pueda conseguir lo que necesita: comer, seguridad para poder hacer lo que está condicionado, vivir como un mero animal: sexo para reproducirse o no, defender lo que cree que es suyo?

¿Es compasión que la criatura más desarrollada de la tierra, genere divisiones y conflictos, la crueldad de la violencia, las matanzas en masa de la guerra; como algo cotidiano que incluso es visto como algo necesario y por eso se glorifica emocionalmente, se dedican las más grandes cantidades de dinero y energía para prepararse, avituallarse, de todo lo necesario para ser los más eficientes a la hora de destruir, asesinar al que consideramos nuestro enemigo?

Para poder ver que todo es compasión hay que estar más allá del bien y del mal. Que sería volver a vivir solamente como un animal, que tiene el comportamiento unidireccional: yo, yo, yo,  y siempre yo, cueste lo que cueste y pase lo que pase.

 

 

5302. ¿Nos hemos olvidado que para que las mujeres pudieran votar, tuvieron que desafiar las leyes carcas, fachas, de aquellos momentos? Y les decían que todo aquello era ilegal, que estaban locas, que su sitio estaba en la casa, etc.

Y, ¿qué dicen de no trabajar los sábados, ni de no trabajar como un animal de sol a sol? La ley les obligaba a sufrir esa crueldad, esa injusticia, esa explotación inhumana. Por lo que la ley a veces es un obstáculo, un impedimento, para que la verdad se manifieste: que haya menos dolor entre nosotros.

Somos olvidadizos, eso quiere decir que vivimos como burgueses, con las cuentas bancarias repletas de dinero, etc.