423. Una lucha entre una persona y un animal es la inmoralidad del insensible, indolente, indiferente al dolor. Aunque a veces, si el animal es grande, hay sorpresas.
424. Si somos personas serias hemos de ser sinceros: todo lo que existe ha de tener una causa que lo anteceda y lo genere. Y todo quiere decir: todo lo que pensemos, nombremos. Lo que es la nada no se puede pensar ni describir. Por tanto, la lógica ni nada le afecta.
En el momento que nombramos algo ya tiene una causa, una genealogía que se pierde en el infinito que no podemos abarcar.
Por eso, como no podemos llegar a la raíz, al principio de todo, ¿para qué perdernos con palabras, ideas, teorías? Cuando vemos que la casa –el mundo donde vivimos- está ardiendo, ¿no hemos de hacer algo? Y sin orden en nosotros no podremos generarlo en el mundo. Orden quiere decir ser serio, lúcido, atenerse a la realidad –y no inventar otra que más me gusta y satisface-. Pues el orden es amor, es compasión.
425. Los que hablan negativamente de la casta política, ya sean convertido en esa casta, como un socio más. Pues ellos entrar en ese al club de corruptos, se han quitado la careta.
Ellos ya lo sabían. Pero su actitud presentándose como incorruptibles, ya los hacían corruptos. Es decir, son como unos vendedores más que dicen que ellos tienen el mejor producto para poder solucionar los problemas.
La corrupción puede ser la ‘ignorancia’, la mentira, el descaro, el robo.
426. Sí, Ad Gut-Gar, he leído completo tu escrito que has publicado.
Creo que hay algo que se te pasa: como tienes la tendencia hacia dios, caes en el ‘Jefe’. Es decir, siempre te basas en la pirámide, la cúspide del poder: Dios, el rey, los más poderosos, los que dicen que saben, los ricos, los pobres, etc. Cuando eso es una ilusión. Pues todo y todos estamos unidos, formamos una unidad indivisible.
El más poderoso, sin la colaboración de los que lo son menos, no podría comer ya que el poderoso no sabe cultivar los alimentos que come, tampoco sabe hacerse zapatos, etc. Por lo que esa unidad que existe, es tan evidente, es olvidada, escondida, para que pueda existir el establishment, inmoral, corrupto, cruel.
Y lo mismo sucede con los dioses, ¿por qué ellos han de estar ahí arriba y todos los demás abajo? ¿No crees que eso sea un prejuicio, un condicionamiento supersticioso egoísta que los poderosos han inventado, sostienen porque son materialistas, perseguidores del placerá?
Creo que la unidad no necesita de los dioses. El problema está en: ¿Cómo se explica, se formó, se creó esa unidad indivisible que a todo y todos afecta? No hay explicación posible. Y aceptar esa carencia de no poder ver el principio de todo, es la religión.
Y si de ahí pasamos al dolor, entonces todo tiene sentido: el dolor es, está ahí en todos nosotros, no lo podemos erradicar. Por lo que es una consecuencia de algo que se nos escapa al control, por lo que si lo aceptamos plenamente ¿dónde está el problema?
La unidad es el fin de la división interna, que al exteriorizarse genera toda nuestra manera de vivir, todo el mundo que hemos construido. Si lo vemos, entonces eres una luz para ti mismo y para todos los demás
427. Para adoptar un estilo de vida uno tiene que poder ver todo lo que eso lleva consigo. Sin ese ver que eso que queremos es lo más adecuado, no podemos vivir seriamente con eso que nos proponemos. Pues las dificultades son infinitas.
Y que solamente la inteligencia hace que veamos donde está lo negativo y lo descartamos.
428. ‘Les quitaron tanto, tanto, que acabaron quitándoles el miedo’.
O lo que es lo mismo sintieron tanto y tanto dolor, que lo perdieron.
429. Ahí, ahí, se demuestra la santidad: todos somos iguales. Lo demás son historias, cuentos, leyendas e inventos.
430. Si se pudiera ser feliz seríamos una luz para todos los demás. ¿Pero existe la felicidad?
431. En el caos está el orden.
432. Está noche ha estado lloviendo con su ruido al caer las gotas. No la ha hecho mucho tiempo, pero lo ha mojado todo: la calle, la acera, los coches aparcados, los cristales de los ventanales. Las plantas también han recibido su parte de agua que les venía bien, ya que ha estado haciendo los últimos días viento del oeste y mistral –terrales-, fuerte y seco.
Cuando llueve hay una bendición para todos los que necesitan agua: para beber y regar, llenar los embalses, limpieza de los árboles, las plantas, los tejados, los ríos, las acequias, los desagües, los alcantarillados, limpieza del aire. Pero hay otra parte que no sale beneficiada, que es torturada: los que viven en la calle, los que en sus casas tienen goteras, los que les perjudica para su cultivo del campo, los que tienen que aplazar un proyecto que la lluvia no lo permite.
Todo lo que sucede, todo lo que nos pasa, tiene siempre esa dualidad del bien y del mal. Cuando uno pierde, otro gana. Ya que sin la pérdida de alguien o de algo, no hay ganancia. Esto suena muy aséptico y claro cuando lo hablamos de los demás, pero cuando nos toca perder, entonces la cosa se complica, pues ya no vemos que todo es una bendición, una unidad indivisible.
Pero la vida es así: unas veces salimos beneficiados y otras perjudicados. Y cuando lo comprendemos, lo vivimos sin huir de ello, es cuando es visto como una bendición para que la vida pueda ser en todo su esplendor.
Saber, aceptar cuando se gana o se pierde, sin hacer una algarabía o un drama, eso es sabiduría, es amor, es compasión.