* Si hay apego no hay amor. ¿Por qué no?
No estamos todos apegados a esta vida. El apego es miedo.
¿Estar libre del miedo es posible? No estar libre unos minutos, sino todo el tiempo.
* La compasión abre nuestros oídos, nuestra inteligencia; haciendo que llegue el amor.
* «Si usted excluyera el ‘yo’ y yo excluyera el ‘yo’, entonces tendríamos una verdadera relación».
Ese no es el problema.
La cuestión es, ¿es posible que el ‘yo’ no intervenga nunca?
* En el nombrar está implicado el ‘yo’. ¿Podemos hacer algo para que el ‘yo’, no intervenga jamás?
* ¿Cómo se disipa el ‘yo’? No un día, unos minutos, unas horas.
* –Toni: ‘…para JK., que percibe toda la sutilidad de los impulsos de forma aséptica’.
¿Quiere eso decir, que JK no tenía ‘yo’?
–Interlocutor: Según ha declarado, ‘jamás’.
–Toni: Entonces, ¿el observador es lo observado, en JK no operaba?
–Toni: Es decir, si uno observa a alguien que tiene ‘yo’ -habla con él, está junto a él en el tren, metro, avión-. Según el observador es lo observado, ha de tener también ‘yo’.
O sea, los dos, el observador y el observado, han de tener ‘yo’.
–Interlocutor: Jamás ha tenido esa sensación.
–Toni: ¿Tú hablas por él? ¿O él te lo dijo a ti?
* Cuando se acepta completamente el ‘yo’, con toda la inmensa corriente de energía. El ‘yo’ desaparece momentáneamente, temporalmente.
* Si no hay comprensión de uno mismo, es como estar ciego.
Pues no se puede comprender ni a los vecinos. Ni a los que viven en polo opuesto de la tierra. Es decir, no puede comprender al resto de la humanidad.