Torni Segarra

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* En los manicomios -hospitales psiquiátricos- están, los que no pueden utilizar los frenos. Por eso, hacen lo que les da la gana.

Sin darse cuenta que hacer lo que a uno le da la gana, genera malas consecuencias.

 

* Ese es el drama: a veces los pensamientos no llegan.

Pero, a veces llegan como si se proyectaran videos, a los que hemos de ver queramos o no.

 

* ¿No te das cuenta que Sarita, podría decirte a ti que eres muy egocentrista?

Por eso, atente a tu egoísmo. Y así no estarás dividida de los demás por palabras, conceptos, etc., para discutir quién tiene razón.

Que es una especie de guerra contra los demás.

 

* «Conocerse a uno mismo no solo es la cosa más difícil, sino también la más dolorosa». Conocerse a uno mismo es doloroso, porque vamos a ver lo poco que somos.

Vamos a ver que somos jóvenes, vamos a enfermar, a hacernos viejos y a morir. Vamos a ver, que no podemos confiar con nadie; y que estamos solos.

Y que somos quiero, pero no puedo. Queremos ser santos, pacíficos, no violentos, honestos, no corruptos ni inmorales. Pero la realidad, dice que no somos capaces de serlo.

 

* La corrupción no es de ahora. La corrupción es de siempre; ya que, es nuestra programación. Pues, para sobrevivir uno ha de mentir, ha de competir, triunfar, ganar.

Miren los encuentros en los deportes, en el fútbol, etc., como compiten; y ensalzan al vencedor, olvidándose del perdedor. Y esa inmoralidad, es la plataforma de donde nace la corrupción.

Antes en la selva, eran los machos alfa, los que tenían la autoridad. Y ahora sucede lo mismo, los machos alfa son los políticos, los reyes, los dictadores.

 

* El problema está en que, a pequeña escala -a nivel de los humildes, sencillos, pobres, los trabajadores, la clase media, etc.-, todos queremos vivir como la realeza, los ricos.

Por pobres que seamos, siempre habrá una ‘realeza’, una mafia de los más poderosos, que abusarán de los menos favorecidos.

 

* El problema es nuestra mente, que no puede ver el infinito. Tanto en su parte micro, como en la macro. Por eso, es que no sabemos nada.

Somos impotentes, como los animales que no pueden comprender lo que nosotros hacemos: molestarlos, aniquilarlos, matarlos para comérnoslos.