Torni Segarra

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* Sólo un día no. Hay que siempre ser agradecidos. Pues, todo puede ir más a peor de lo que nos sucede. Está sucediendo.

* “Recuerde siempre que su situación actual no es su destino final. Lo mejor está por venir”.

No seamos inocentes. Está por venir lo mejor y lo peor. La vida es así.

* “Recuerde siempre que su situación actual no es su destino final. Lo mejor está por venir”.

No seamos inocentes. Está por venir lo mejor y lo peor. La vida es así. Aunque es preciso verlo por igual. Sin dar toda la importancia a lo bueno ni a lo malo. Todo se trata del mismo proceso de la vida.

* “De alguna manera, el silencio parecía conectarnos de una manera que las palabras nunca podrían”.

Lo que está más allá de las palabras. No pueden transmitirlo las palabras. No son adecuadas. Pues las palabras son tiempo, el ego, el ‘yo’. Como pasado, presente, futuro.

* La diferencia entre los animales y nosotros. Es que creemos que podemos elegir. Creer que somos libres. Pero, resulta que no podemos salir del planeta tierra. No podemos liberarnos del cuerpo y su programación. No podemos cambiar nuestra esencia, que es la ignorancia, la impotencia

¿Qué se puede hacer? Sólo ver toda la realidad. Y darse cuenta que no se puede cambiar la realidad mediante el deseo, la mente. Y como no se puede. Me atengo a eso. De manera que,  no genero división ni conflicto. Con la realidad, lo que es la vida. Y si no hay conflicto ni división, ahí está el amor.

* Lo que es. Siempre está ahí. Si es que lo podemos ver.

* Señor yo no tengo ninguna certidumbre. Por tanto, todo eso que me dice. Parece esotérico, supersticioso, cosa de fanáticos religiosos. Que se han entregado a un libro, al que lo ha escrito y los que lo interpretan. Todo es más sencillo. Observar la naturaleza detenidamente. Incluyendo a los seres humanos. Observar y comprender cómo opera nuestro pensamiento, la mente. Y su creación, el ego, el ‘yo’.

Y después de todo eso. Nos daremos cuenta que el único problema que tenemos es la división interna que está en todas las personas. Que, al salir, al exteriorizarse en nuestras vidas cotidianas. Generamos conflicto, confusión, con sus deseos infinitos, desorden. Que acrecienta nuestro miedo ante la inseguridad, los problemas que nos amenazan desde todos los ámbitos.

Hemos probado de todo para salir de esa división. Dioses, religiones, métodos de aquietamiento mentales, la violencia, las guerras, las drogas, los llamados santos. Y todo eso ha fallado. Pues, la división interna está en nosotros.

¿Qué haremos pues? No huir, no querer cambiar esta realidad, ni reprimirla. Si no estar con ella. Como cuando uno está en su soledad. Sólo observando sin pelear con lo que es, con lo que está sucediendo, tanto dentro como fuera. Observando con todos mis nervios, con toda mi energía. Y entonces esa división y sus conflictos, cesan y desaparecen.